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» El Ciudadano
Fecha: 30/07/2025 15:02
Por Morena Scarone Llegó el momento del ritual. El primer River de Airbag. Mi mamá cargó los bolsos en el auto, y yo armé el mate. Ya listas, partimos a Buenos Aires. En el auto suena nuestra playlist con las mejores canciones. “Extrañas intenciones” respalda nuestra conversión de siempre. ¿Cómo saldrán a tocar los pibes? ¿Se cambiarán la ropa? ¿ Guido volverá a subir como siempre al escenario con bikers y musculosa negra y Pato en pantalón y borcegos? No sabemos qué remera del merch estrenaremos, ni qué comeremos a la vuelta, al final del show, y el hambre ataque. Encima, no nos funcionarán más las piernas. Estamos listas para Airbag. Los orígenes: de Don Torcuato al mundo Los hermanos Gastón, Patricio y Guido Sardelli nacieron en Don Torcuato, en una casa donde la música no era un hobby, sino un idioma familiar. En 1999 fundaron su primera banda: Los Nietos de Chuck, un tributo a Chuck Berry. Empezaron tocando covers de The Beatles, Creedence Clearwater Revival y el propio Berry. Pero la historia ya había empezado mucho antes. La pasión musical venía de sangre. Su abuela materna, de origen catalán y amante del tango, fue quien sembró la semilla. Patricio —el hermano del medio— creció entre mates y milongas. A los tres años, ya cantaba veinte tangos de memoria. Su favorito era El sueño del pibe, quizás sin saber que él mismo estaba empezando a vivir ese sueño. Tan precoz era su talento que lo convocaron al programa “Grandes valores del tango”, conducido por Silvio Soldán, donde participó en varias emisiones. “Mi papá me compraba casetes de tango para incentivarme”, recordaría años más tarde, ya consagrado. Aquella breve pero intensa experiencia televisiva quedó marcada a fuego: cuando se despidió del ciclo, al comenzar la escuela primaria, recibió como regalo una guitarra del Museo Carlos Gardel. Aquel instrumento sería, dos décadas después, parte del germen sonoro de Airbag. La consolidación de la banda Todo comenzó cuando Gastón, el mayor, formó una banda con amigos. Ensayaban en el garage familiar y, al terminar, Patricio y Guido se sumaban a tocar por diversión. Con el tiempo, esa dinámica fraternal se volvió rutina. Empezaron tocando juntos, compartiendo canciones, improvisaciones y pasión. Tras una etapa de covers como Los Nietos de Chuck, dieron el salto a la composición. Canciones como “Quiero estar contigo” (2004), “Solo aquí” (2005) y “Ya no recuerdo” (2005) marcaron sus primeros pasos, aunque su primer gran éxito llegó con “La partida de la gitana (Si te vas)” en 2004. Al notar que el nombre ya no representaba su identidad artística, decidieron cambiarlo. Así nació Airbag. Gastón por entonces estudiaba bioingeniería. Fue quien tomó la iniciativa de llevar los demos grabados a radios y discográficas. Al final, llegaron a Warner Music, donde grabaron su primer álbum. Hoy, la banda está conformada por Patricio Sardelli (voz principal y guitarra), Guido Sardelli (voz y guitarra rítmica), Gastón Sardelli (bajo), José Luis Berrone (teclados) y Sebastián Roascio Goldar (batería). Los Sardelli hacen historia Airbag no sólo toca. Hace vibrar estadios. En 2016, Guns N’ Roses eligió la banda para abrir sus shows en River. Steven Adler quedó tan impresionado que invitó a Patricio a tocar con él. En 2017, Bon Jovi convocó a los Sardelli como soporte. Ese mismo año, volvieron a encender el mítico Obras tras su reapertura. No era casualidad. También se animaron a lo inesperado: un show sinfónico en la Usina del Arte, donde mezclaron Piazzolla y Mozart con riffs filosos. En 2024, llenaron seis Luna Park y cerraron con tres Vélez reventados. Y en 2025, un hito: agotaron el estadio de River en menos de una hora y sumaron la segunda fecha. El Monumental ya es parte de su historia. El ADN de su música Desde el pop punk al hard rock, Airbag trazó un camino sin copiar fórmulas. Versionaron tangos en clave rockera, rindieron tributo a leyendas como Led Zeppelin, Bon Jovi o Soda Stereo, y mostraron que pueden emocionar con una balada o encender un pogo de miles. Así, convoca a múltiples generaciones. Listas para el disfrute Instaladas mi mamá y yo en el hotel, hacemos tiempo, nos peinamos y preparamos para salir. Llegamos, impactadas por el tamaño del Monumental y chequeamos por enésima vez si tenemos entradas. Adentro. Subimos las escaleras directo al campo y las luces nos encadilan, advirtiéndonos de la increíble noche que viene. Nos adelantamos de a poco. Las luces se apagan, las pantallas se prenden y los tres hermanos que ya son como nuestros amigos hacen vibrar a todo el estadio con guitarras, bajo, teclado y batería. No es sólo música. Es un ritual. Desde baladas que te desgarran el corazón como “Nunca Lo Olvides”, hasta canciones que generan que lo único que quieras sea saltar hasta no sentir más tus piernas (”Jinetes Cromados”). Poesía disfrazada de música en tracks:“Campos Elíseos».Interpretaciones en vivo de canciones representativas de su infancia como “Un velero llamado libertad”, que generan que entre lágrimas y nostalgia la guitarra siga sonando igual de bien. Covers emblemáticos: “Have You Ever Seen The Rain”, “Back To The Bone”, entre otros. “Donde sea y cuando sea”, dice Guido siempre al despedirse. Y miles responden con lágrimas, gritos o abrazos. Porque Airbag no sólo llena estadios: llena almas. Y no sólo es una banda, es una gran familia. Epílogo: otra noche inolvidable Otro show tachado de la lista. Miles de anécdotas para contar que permanecerán en nuestra memoria para siempre. Ahora comienza una nueva cuenta regresiva para el próximo. Otra vez en el auto pero el destino ahora es casa, Rosario. Suena “Diez Días Después” y charlamos con mamá sobre cuál fue nuestro momento del show favorito. No nos ponemos de acuerdo. Como siempre.
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