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  • Se juraron amor eterno en la cárcel, pero él la mató un mes después

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 30/07/2025 14:45

    La historia de amor entre Yesica Noelia Duarte y Nicolás Ángel Castro Oviedo no era lo que parecía. Apenas dos meses después de su casamiento, donde juraron amarse en las buenas y en las malas, él la mató sangre fría delante de su hijo de 7 años e intentó quitarse la vida, pero sobrevivió. Ahora, está internado en el Hospital Larraín de Berisso, donde fue operado dos veces. Tiene una fractura de cráneo y podría perder un ojo, pero “está fuera de peligro”, indicó una fuente de la causa a TN. En las próximas horas, deberá someterse al interrogatorio de la fiscal. Yesica y Nicolás se casaron el 30 de mayo en la Unidad Penitenciaria N.º 9 de La Plata, donde él estaba cumpliendo una condena por dos homicidios. Dieron el sí delante de la jueza, al igual que otras nueve parejas que estaban detenidas en el mismo penal, y postearon fotos en donde se mostraban felices. “En una jornada cargada de emoción, diez personas privadas de su libertad en la Unidad 9 dieron el SÍ y contrajeron matrimonio civil, animándose, de esta manera, a dar un importante paso en la reconstrucción de sus vidas”, publicó el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense en su página oficial. Un mes después, exactamente el 27 de junio, Nicolás salió de la cárcel y volvió a su casa con el beneficio de la prisión domiciliaria. Le colocaron una tobillera electrónica y se fue a convivir con su pareja, que también estaba gozando del privilegio de una morigeración por una causa por venta de drogas. Allí, vivían con su hijo de 7 años, aunque ella tenía tres hijos más con una pareja anterior que estaban con su padre. Se trata de una adolescente de 17 años y dos mellizos de 14, que tristemente cumplían años el mismo día que mataron a su madre. Así fue el brutal femicidio Yesica Noelia Duarte Martínez tenía 33 años. A las 9.20 de la mañana del domingo, ella fue encontrada asesinada en el patio de su casa, toda ensangrentada y con dos disparos que le habían dado por la espalda. A muy poca distancia estaba su esposo, Nicolás Castro Oviedo, de 30. Para cuando llegó la Policía, la mujer ya estaba muerta, pero él agonizaba. Los paramédicos lo llevaron de urgencias al Hospital Larraín, donde entró al shockroom con un tiro en el cuello, casi a la altura del mentón, y otro en el ojo. La autopsia reveló que Duarte sufrió un disparo en la espalda media, con salida en la zona abdominal, y la otra a la altura del hombro, con salida por debajo de la axila. Además, tenía “equimosis en la región frontal”. Es decir, golpes en el ojo. En la casa de calle 38 entre 129 y 130, donde ambos convivían, estaba la madre de Castro. “Entraron a robar y lo quisieron matar”, aseguró la mujer a los investigadores. Pero no se quedaron con esa versión y decidieron indagar más. El arma homicida no estaba en el lugar, pero sí encontraron tres vainas servidas de calibre 9 milímetros. También vieron dos orificios de disparos en el paredón de ladrillos huecos, que estaban del lado de adentro de la casa. Antecedentes, violencia y un testimonio que lo cambió todo A pesar de que el lugar estaba revuelto, y las puertas de los roperos y de los cajones de la habitación matrimonial estaban abiertas, la hipótesis del robo fue descartada casi de inmediato. Así se abrió otra línea de investigación ligada al pasado de la víctima. Duarte estaba presa en su casa y era monitoreada con una tobillera electrónica por una causa de venta de drogas de 2023. Castro Oviedo tenía antecedentes por robo, tenencia ilegal de armas y dos homicidios agravados. Había obtenido la domiciliaria hace un mes. “Posiblemente, fue un ajuste de cuentas”, señalaron fuentes de la causa minutos después del hecho, ya que no encontraron el arma homicida en el lugar. Sin embargo, un testimonio clave dio un giro inesperado en la causa. Una de las declaraciones más impactantes que recolectó la policía en el lugar del crimen fue la de la hija mayor de Duarte, quien aseguró que su hermano menor estaba en la casa al momento del ataque. Tiene apenas 7 años y vio todo. “Nicolás le pegó dos tiros a mamá y después se disparó”, le dijo a su hermana. Ella explicó que su mamá sufría violencia de género y había tenido múltiples episodios de maltrato. También indicó que Castro Oviedo era una persona violenta, que solía tener armas y que incluso le había arañado el cuello ese mismo día para sacarle el celular. También contó que el hombre le daba drogas a su madre para que las vendiera. “Sos mi mujer”: el escalofriante mensaje del presunto asesino Castro Oviedo había salido de la Unidad N.º 9 de La Plata el 27 de junio de este año. Dos días después, posteó en su cuenta de Facebook un mensaje que le dedicó a su esposa con una foto juntos. “Bueno, acá estamos. Esto era lo que adelantamos. Lo que te amo y lo que deseaba estar así, juntos, en este gran momento. Siempre todo lo que quisimos lo pudimos hacer y lo vamos a poder muchas vidas juntos. Te amo, sos el amor de mi vida”, escribió en su perfil en el que se hacía llamar Nicolás Garrincha. Antes de eso, publicó: “Mi vida hermosa. Cómo te amo. Cada día más enamorado de vos. Ya hoy un año y un mes junto y una semana casados. Por vos di mi libertad. Para irme con la pulsera y no perderte me quedé acá y voy a dar hasta mi vida”. “Sé que las p*tas esas de tus amigas, interesadas, te quieren llenar la cabeza para que me dejes. Vos sos mi familia, vos sos mi mujer y sabes bien que te amo y daría y haría lo que sea por vos”, escribió. Castro Oviedo quedará detenido ni bien salga del hospital, que al momento de esta publicación internado por una fractura en el cráneo y posiblemente pierda la visión de un ojo, pero con custodia policial. En las últimas horas, fue pasado a una sala común y ya está en condiciones de declarar. La hipótesis más fuerte ahora es el femicidio seguido de un intento de suicidio. La causa es investigada como homicidio triplemente calificado por el vínculo, por mediar violencia de género y por el uso de arma de fuego. El expediente tramita en la UFI N.º 1, a cargo de la fiscal Cecilia Corfield, quien trata de determinar quién ocultó el arma homicida. Fuente: TN.

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