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  • Murió Carlos Octavio Capdevila, el médico torturador de la ESMA

    Parana » APF

    Fecha: 30/07/2025 13:30

    Fue un traidor para sus camaradas de armas porque, para aliviar su situación, comenzó a aportar documentación que apuntaba hacia otros represores. Fue condenado en tres juicios. miércoles 30 de julio de 2025 | 12:40hs. Partero, secuestrador y torturador. El médico Carlos Octavio Capdevila cumplió casi todos los roles imaginables en el campo de concentración de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Con el tiempo sumó también la etiqueta de “traidor” para sus camaradas de armas, a quienes delató en una larga nómina que confeccionó y entregó al Poder Judicial cuando los juicios por crímenes de lesa humanidad empezaban a tenerlo como uno de sus protagonistas siniestros. A los 79 años, y mientras cumplía prisión domiciliaria en la provincia de Córdoba, murió el “Tomy” Capdevila. Hasta sus últimos días, lo habrían perseguido las pesadillas que declaró padecer ante la Armada Argentina por todo lo que había hecho en aquellos años. “Los sentimientos o conceptos de moral y legal se habían borrado en mí, por así decirlo”, había escrito a modo de desahogo. Capdevila había nacido en junio de 1946 en la provincia de Santiago del Estero. Estudió medicina e ingresó a la Marina, donde hizo todo lo contrario a lo que indicaba su juramento hipocrático. Estuvo, al menos, entre 1979 y 1981 en la ESMA, aunque hay testimonios que lo sitúan en tiempos anteriores. Su destino anterior fue el Arsenal Azopardo. Hacia finales de la dictadura fue destinado al Hospital Naval de Ushuaia. En los ‘90 fue enviado como médico a la Guerra del Golfo, lo que terminó detonando una confesión administrativa ante la propia Armada –en tiempos en los que reinaba la impunidad. En enero de 1993, Capdevila declaró: “Fui asignado por orden del señor director de dicha Escuela a una Unidad de Tarea cuya misión era desarrollar operaciones contra la subversión. El marco en que se desarrolló mi actividad y el tipo de tareas que debí cumplir hicieron que permanentemente me encontrase en la disyuntiva de cumplir con mi juramento hipocrático como profesional médico y mi carácter de militar; opté por cumplir con las exigencias que el servicio militar me imponía y en medio de una gran presión psíquica”. Capdevila también reconoció allí que estuvo dedicado a la acción. “También participé en diversos operativos para detener subversivos y en actividades de inteligencia contrasubversiva”, declaró. “En los años 1980 y 1981, además de las misiones he relatado, pasé a hacerme cargo de las comunicaciones de la Unidad, que incluía escuchas telefónicas”. En los primeros meses de la democracia, se pudo conocer la cara y el nombre de Capdevila gracias a las fotografías que logró sacar el sobreviviente Víctor Basterra de la ESMA, resalta Mercedes Soiza Reilly, que representó a la fiscalía en el juicio conocido como ESMA Unificada (2017). Tenía una foto que había sido tomada en 1980 en la que se veía a Capdevila flaco y de bigotes. Allí, Basterra detallaba que su nombre de cobertura era Conrado Tomás Wietzorek, que había actuado en Operaciones, que fue jefe de operativos y que era médico urólogo. Toda la información fue corroborada con el tiempo. Basterra también lo situó como uno de los represores que lo secuestró y mencionó que él fue uno de los médicos que lo recuperó cuando sufrió un paro cardíaco en medio de la tortura. Hay otros testimonios que indican que Capdevila intervino en los tormentos de otros secuestrados y otras secuestradas, como es el caso de Ana Testa y Susana Leiracha de Barros. Norma Cristina Cozzi recordó que Capdevila era particularmente desagradable con las mujeres. Su rol no se circunscribía a la ESMA. A María Eva Bernst la controló en su casa después de que le otorgaran la libertad vigilada. Capdevila fue un personaje molesto para sus compañeros de armas. Desde 2007, para aliviar su situación, empezó a aportar documentación que apuntaba hacia otros represores de la Armada: un listado de oficiales superiores que habían actuado en la ESMA entre 1979 y 1981; la lista de los condecorados por Emilio Eduardo Massera antes de dejar la jefatura de la Armada y un documento que daba cuenta de que más de 1200 marinos habían estado al servicio de lo que pasaba en el campo de concentración. La información indica que él habría participado de, al menos, tres partos: el de María del Carmen Poblete, el de Susana Pegoraro y el de Silvia Dameri. Fue condenado en 2015 a diez años de prisión por la sustracción de la hija de Dameri y Orlando Ruiz, que fue apropiada por el prefecto Juan Antonio Azic, otro integrante del grupo de tareas de la ESMA. Azic es, además, el apropiador de Victoria Donda Pérez. Capdevila fue, además, condenado en el segundo juicio por crímenes en la ESMA, que concluyó en 2011. Allí recibió una pena de 20 años de prisión. En ESMA Unificada --el proceso que terminó en 2017--, la condena fue de quince años. En 2020, por pedido del fiscal Leonardo Filippini, el Tribunal Oral Federal (TOF) 5 dictó una pena unificada de 25 años de prisión. Según comentaron fuentes judiciales, el lunes 28 de julio llegó un correo electrónico avisando al TOF5 que Capdevila había muerto. La unidad fiscal, que encabeza Félix Crous, pedirá medidas excepcionales para comprobar la muerte, dadas las características del condenado, publicó Página/12. (APFDigital)

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