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» tn24
Fecha: 29/07/2025 21:22
Un hombre armado irrumpió en un edificio de oficinas en pleno Midtown. Disparó contra varias personas y luego se suicidó. La policía investiga los motivos del ataque. Un nuevo episodio de violencia con armas sacudió este lunes a la ciudad de Nueva York. Un tiroteo registrado en un edificio de oficinas en Midtown Manhattan dejó como saldo cuatro víctimas fatales, entre ellas un oficial de policía que se encontraba fuera de servicio. El agresor, identificado como Shane Tamura, un hombre de 38 años con residencia en Las Vegas y antecedentes de salud mental, se quitó la vida tras el ataque. Todo ocurrió cerca de las 18:30, cuando Tamura descendió de un vehículo BMW frente a un edificio ubicado sobre Park Avenue, portando un rifle tipo M4. El primero en ser alcanzado fue el oficial Didarul Islam, de 36 años, quien ingresaba al edificio en ese momento. El oficial murió en el acto. Islam, oriundo de Bangladesh, llevaba más de tres años en la fuerza y era padre de dos hijos, con un tercero en camino. Tras ese primer disparo, el atacante avanzó por el vestíbulo, abrió fuego contra una mujer que intentaba esconderse y siguió disparando hacia la entrada. Luego alcanzó a un guardia de seguridad y a otra persona cerca de los ascensores. Finalmente, en el piso 33, disparó contra otra víctima y se quitó la vida. En total, cinco personas fueron alcanzadas por las balas: cuatro murieron y una permanece en estado crítico. Las autoridades aún intentan determinar qué motivó el ataque y por qué Tamura eligió ese edificio, que alberga oficinas de importantes firmas financieras, el consulado irlandés y la sede de la NFL. El incidente provocó caos en la zona, a metros de Grand Central y la Catedral de San Patricio. El sistema de emergencias de la ciudad emitió alertas por cortes de calles y demoras en el transporte. Testigos describieron escenas de pánico, mientras otros empleados se refugiaban en salas de conferencias para resguardarse. La policía encontró en el auto del atacante un revólver, municiones, cargadores y una funda para el rifle. El caso reaviva el debate por el acceso a armas de alto poder en espacios públicos y laborales.
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