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» Diario Cordoba
Fecha: 29/07/2025 14:15
Contar con un espacio de aprendizaje y juego y un refugio para los calurosos días de verano en Córdoba es imprescindible para el desarrollo de los niños. Con esa idea, la escuela de verano de la Federación de Mujeres Gitanas Kamira acoge durante julio y agosto a unos 40 niños del entorno del Sector Sur. Con desayuno, comida y picnic para garantizar su alimentación, refuerzo educativo, juegos, manualidades y actividades deportivas y de ocio, como dos días de piscina por semana, las monitoras de la asociación se encargan de fortalecer la comunidad y la igualdad a la vez que brindan un espacio seguro, de descanso y diversión para los menores, en su mayoría de etnia gitana. Los niños están organizados en cuatro grupos por edades, desde los 4 hasta los 16 años, aunque todos son amigos. José Manuel Fernández es uno de ellos, y explica perfectamente lo que hacen en la escuela, incluyendo el refuerzo educativo, una de los pilares más importantes de este programa y que sirve a los niños para mejorar en aquellos aspectos que más se les dificulta durante el curso escolar. "Tengo muchos amigos, mis hermanas, y poder compartir tiempo con ellos y las maestras es lo que más me gusta", asegura José Manuel. Un recurso necesario para las familias Una de sus monitoras, María Dolores Navarro, que lleva asistiendo a la escuela de verano desde 2017, afirma que "hay familias que les hace realmente falta este recurso porque los menores necesitan el apoyo escolar y de alimentación, además de tener un espacio de ocio". De hecho, la escuela de verano de Kamira tiene lista de espera y depende del presupuesto para acoger más o menos usuarios. "Las familias ya nos conocen, saben cómo trabajamos y cómo somos con los niños, demandan nuestro cole porque saben dónde vienen", afirma y, además, agrega que durante el año también están en contacto con los centros educativos donde estudian los niños, lo que les permite saber sus necesidades educativas para reforzarlas durante el verano. Para Mari Loli, como es conocida en la comunidad esta maestra, "es muy gratificante trabajar con los niños en verano, ver que vienen con ilusión, aunque sea verano y estén de vacaciones, poder ayudar en la conciliación de familias que trabajan, ver que están contentos y quieren estar con nosotras, es un trabajo ilusionante". Esta iniciativa se enmarca dentro del programa de garantía alimentaria de la Consejería de Inclusión Social, y forma parte de una red de seis escuelas de verano en Córdoba y su provincia (Baena, Palma del Río y Puente Genil). El proyecto cuenta con un presupuesto de 43.000 euros y se han contratado seis monitores para este año, según la delegada de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Dolores Sánchez, que ha visitado este martes la escuela de verano en el colegio Albolafia junto a la presidenta de la asociación, Carmen Santiago. Sánchez ha explicado que todos los niños cuentan con desayuno al llegar, comida al mediodía y un picnic para llevar a casa (garantizando tres comidas diarias). La escuela tiene continuidad con las actividades que Kamira realiza durante todo el año en distintos barrios.
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