28/07/2025 14:14
28/07/2025 14:14
28/07/2025 14:13
28/07/2025 14:12
28/07/2025 14:12
28/07/2025 14:12
28/07/2025 14:12
28/07/2025 14:11
28/07/2025 14:11
28/07/2025 14:11
» Comercio y Justicia
Fecha: 28/07/2025 08:00
La medida que alcanza a diferentes productos, entre ellos a la soja, fue celebrada incluso por el gobernador Llaryora, más allá de insistir con su eliminación. El costo fiscal será de 0,1% del PIB. La reducción afloja tensiones con el sector y también por las expectativas de un dólar más alto La baja permanente de retenciones a diferentes productos agropecuarios que anunció el sábado el presidente Javier Milei en la apertura de la Rural de Palermo significa una mejora de competitividad para el sector sin necesidad de un mayor ajuste en el tipo de cambio. La medida que, en general, tuvo una buena recepción en todos los sectores, incluso expresada por el propio gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, quien, no obstante, reclamó la eliminación de esos impuestos, se concreta en el marco del proceso electoral de cara a octubre. Con todo, el Presidente fue claro y señaló que la medida se puede adoptar por el mantenimiento en el tiempo del superávit fiscal. Distintos sectores del campo venían expresando la preocupación por problemas crecientes para llevar adelante la producción pensando en la próxima campaña. Muchas zonas del país ya presentaban una ecuación negativa por ejemplo para la siembra de soja por una combinación de costos crecientes en dólares y una reducción de los ingresos medidos en moneda dura. Ahora hay dos buenas noticias que llevan algo de alivio para los productores agropecuarios. Una está relacionada con los anuncios del Presidente respecto a las retenciones. Pero por otra parte el tipo de cambio real ya aumentó más de 15% en los últimos dos meses, producto de la suba del dólar oficial de 1.200 a 1.300 pesos, al mismo tiempo que se produjo una apreciación del real en Brasil, el principal socio comercial de la Argentina. La baja permanente genera un impacto positivo en la competitividad exportadora del agro sin un mayor ajuste cambiario en el corto plazo. Ningún país de los que compiten con la Argentina en exportaciones agropecuarias grava sus exportaciones. Impacto y expectativas Los anuncios significan una señal que va en el sentido correcto y mejoran la competitividad del agro. Sin embargo, la reducción es parcial y se hizo de una manera cautelosa para evitar un impacto fiscal significativo. Según los cálculos preliminares de Fernando Marull citados por Infobae, todas las reducciones de alícuotas anunciadas impactan en 0,1% del PBI. Se trata indudablemente de una cifra insuficiente para poner en peligro el superávit anunciado por el Gobierno para este año de 1,6% del PBI. La reducción Las retenciones a la carne aviaria y vacuna bajarán de 6,75% a 5%”, detalló Milei en el predio de la Sociedad Rural Argentina. “Las retenciones al maíz bajarán de 12% a 9,5%; las del sorgo, también de 12% a 9,5%; las del girasol, de 7,5% a 5,5%; y las retenciones a la soja bajarán de 33% a 26 por ciento”. Son cambios menores. Los principales fueron la baja de 1,75 punto en la retención a las exportaciones de carne aviar y vacuna (parte de esta última ya estaba exenta) y la reposición de la rebaja de alícuotas que el gobierno había anunciado en enero y mantuvo hasta junio a la soja, maíz y subproductos, rebaja que habían perdido hace menos de un mes y ahora vuelven a tener, aunque de modo permanente. El equipo económico indicó que las medidas “no deben ser analizadas desde el punto de vista del impacto fiscal. ”Lo que provocarán es un fuerte impulso a la producción para la próxima campaña, lo que a su vez generará más actividad y por ende un incremento de la recaudación”, se argumentó. Por supuesto, en la oposición aparecieron rápidamente las críticas del kirchnerismo. Mariano Recalde, por ejemplo, advirtió que se trata de un Gobierno que favorece a “la oligarquía de la Sociedad Rural” en desmedro de “los jubilados y los laburantes”. Dólar El anuncio le permite a Milei, además, correr el eje del debate económico de las últimas semanas, muy centrado en la política cambiaria y monetaria. El Gobierno pudo estabilizar el dólar en $1.300, pero a costa de subir de manera sustancial las tasas de interés. En el medio se implementó la eliminación de las LEFI, que supuso una repentina inyección de liquidez para los bancos. Casi tres semanas tardó el Gobierno para subsanar una situación que podría haberse evitado. La pregunta ahora es cuánto tardarán en normalizarse las tasas de interés, que en el caso de las Lecap que emite el Tesoro quedaron en niveles de 45%. A su vez, los bancos también elevaron la tasa de plazo fijo en algunos casos hasta 36% anual en pesos. En la medida que estos niveles persistan, aumenta el peligro de un impacto negativo sobre la actividad. Por eso, se vuelve muy relevante no sólo la baja de retenciones para apoyar al sector exportador, sino al mismo tiempo bajar las tasas de interés a niveles más razonables. La expectativa es que con una inflación que en julio volvería a ubicarse en torno a 1,6%, los rendimientos anuales en pesos no superen 32% o 33% en un plazo relativamente breve.
Ver noticia original