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  • Carlos Pellegrini y el Banco Nación en Curuzú

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 28/07/2025 06:13

    n Carlos Pellegrini murió el 17 de julio de 1906. “El Gringo” -así apodado por sus contemporáneos- fue una de las figuras prominentes del orden conservador que gobernó ininterrumpidamente hasta 1916. Su actuación política comenzó en 1872, cuando a los 26 años de edad ocupó una banca en la Legislatura bonaerense en representación del Alsinismo. Fue el inicio de una trayectoria pública notable, siendo sucesivamente diputado nacional (1873), ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires (1878), ministro de Guerra de la Nación (1879), senador nacional (1881), otra vez ministro de Guerra (1886), vicepresidente de la Nación (1886), presidente de la Nación (1890), nuevamente senador nacional (1895) y diputado nacional (1906). Sin embargo, más allá de la extensa lista de cargos que ocupó a lo largo de los años, su mayor aporte a la construcción de la joven nación fue la consistencia de sus convicciones y la fuerza con que las defendió. Descolló en los vibrantes debates de 1875 en ocasión del tratamiento de la ley de aduanas. En medio de la dura polémica desatada entre “proteccionistas” y “librecambistas” o “aperturistas”, asumió la defensa de la industria nacional y del trabajo argentino, amenazados por la invasión de manufacturas extranjeras. En el transcurso de aquellos ardorosos debates, al mismo tiempo que gesticulaba con vehemencia y retorcía la punta de sus bigotazos, alzaba su vozarrón para exclamar: “¡Sin industria no hay Nación!”, remate obligado de sus encendidos discursos acerca de la cuestión.Amante del turf, junto a algunos de sus amigos más dilectos fundó el Jockey Club Argentino, del que fue el primer presidente y gran animador. En 1886 integró la fórmula del Partido Autonomista Nacional (PAN) encabezada por el cordobés Miguel Juárez Celman. Desde su puesto -aunque mantuvo un deliberado bajo perfil, viajando a menudo al exterior-, advirtió las claras señales de la crisis que se avecinaba y que Juárez Celman desdeñaba. En cuatro años, la deuda del Estado había trepado de 25 millones de pesos oro a 350 millones y la devaluación del peso era incontenible.En 1890, tras la renuncia del presidente, puso como condición que un grupo de banqueros, terratenientes y comerciantes suscribieran un empréstito para evitar el default. Logrado ese propósito, debió poner en juego toda su “muñeca” política y capacidad de estadista para remontar la crisis. Logró sanear las finanzas y estabilizar la moneda, condiciones necesarias para la normalización institucional de la Nación.Durante su gestión, se crearon la Caja de Conversión y el Banco de la Nación Argentina.Curuzú Cuatiá - Apenas nueve meses después de creado el 26 de octubre de 1891, fue abierta en mi ciudad (Juan Carlos Raffo lo comenta) la primera sucursal del Banco del Banco Nación. Este prestigioso abogado, la gran figura política después del General Julio Argentino Roca, timoneó la crisis del 90 y logró que los capitales de los productores no quedaran prendados por la Banca extranjera.El 4 de julio de 1892 alquilan en Curuzú las dos habitaciones del frente de la casa de Pedro Ezcurra, sita en Juan de Vera 835, poniéndolo como su primer Gerente al dinámico vecino don Pedro Chantry, integrante de las Sociedades Italiana y Española. Como Contador a Francisco López, de Tesorero a Manuel Pérez y de Auxiliar a Ángel A. Iñiguez.Fue establecida en esta ciudad como la primera del litoral, debido a la prosperidad creciente de los ganaderos y comerciantes de la zona que llevaban a Concordia sus dineros a depositarlos en bancos extranjeros. Al poco tiempo de abierta figuraba ya entre las más importantes del interior del país. Más que depositaria de las utilidades de los productores cumplió una función crediticia de enorme importancia para el mejoramiento del ganado, la industrialización de la cal, la extracción del pedregullo y la renovación de los comercios.A Pedro Chantry lo sucedió Pedro Salgueiro en 1896, quien permaneció once años entre nosotros. Por sus dotes personales fue el tipo de hombre que el “Gringo” Pellegrini indicó como apropiado para cumplir desde el modesto puesto bancario, esa tremenda tarea de demostrar un nuevo estilo de gestión, restituyendo la moral quebrantada por la crisis financiera del 90. Debía trasmitir una sensación de seriedad y honradez como necesitaba el país para levantarse y ponerse nuevamente en marcha hacia un destino promisorio.Mudó la entidad a una casa ubicada estratégicamente en Berón de Astrada al 663 (calle principal) donde a partir de 1950 tuvieron sus bufetes los abogados Cáceres Monié, Mestre, Galeano y hoy Tripaldi). Su esposa, como tenía una hermosa caligrafía cursiva inglesa, hacía las notas oficiales ya que no poseían una máquina de escribir. Además daba lecciones de piano a las niñas de las familias Perazzo, Bobbio, Escalada Gauna, Borderes y otras. Y como sus habilidades no eran pocas, en una oportunidad al atardecer se cerró la caja fuerte de hierro con todo el dinero y las llaves dentro. Como los duplicados tenían que venir de Corrientes, ella misma y una persona que la alumbraba con una lámpara Aladino, con perseverancia y con un pequeño alambre logró abrirla, con gran alegría de todos, pues al otro día debían atender a los clientes normalmente.El farol grande “ALADINO” de cuatro mecheros empotrado en la pared del frente, iluminaba el paso de los pocos transeúntes de esa época sin electricidad. Las autoridades le pedían al Gerente que lo mantuviera encendido hasta la finalización de los festejos de las fechas patrias y de los Corsos carnavalescos. Esos faroles eran un lujo en su época, y en esas celebraciones los vecinos de esa cuadra arrimaban sus faroles a las rejas de las ventanas para iluminar las veredas.Los subsiguientes gerentes fueron Sebastián Lezica en 1907; Juan F. Daneri en 1908; César Goizueta Gálvez en 1914 (durante su gestión se inauguró el nuevo y monumental edificio, donde asistieron el Gobernador de la provincia, Dr. Juan Ramón Vidal, el Intendente Municipal, Carlos Abadie Acuña; el Comisario Departamental, Escribano Justo Pastor Pintos; los dos jueces de Paz, Francisco López Hidalgo y José V. Botello; la Comisión Directiva de la Sociedad Rural, de la Sociedad Italiana, Sociedad, Española, numerosos comerciantes y estancieros).Otros gerentes fueron en orden cronológico: Justo B. Montenguero en 1922; Justo Burbridge en 1923; Alfredo R. Mabragaña en 1925; Antonio R. Márquez en 1926; Augusto L. Levray en 1927; Aurelio Mayol en 1930; Eduardo C. Tríbede en 1933; José Arias Ramírez en 1937; Eduardo Francheri López en 1940; Julio Ibarra en 1941; Ramón Díaz en 1943; José A. Gatti en 1944; Héctor Chiodini en 1945; Enrique Martegani en 1946; Juan E. Etcheverry en 1947; Eduardo Fonseca en 1950; Máximo Diez Arias en 1954; Francisco Cadenas en 1956; Roberto P. Almagro en 1959; Ronaldo Ansaldi en 1965; Marcelo Petrone en 1970; Oscar Juan Frau en 1972; luego se sucedieron Alfredo Malvasio, Oliven C. Risso, Juan Carlos Sechi, Leopoldo Silva, Bernardo Monti, Víctor Moreno, Fernando Torres, Juan Mones Ruíz, Rafael Burruchaga.Así expongo el porqué de nuestra admiración por Curuzú y nuestro orgullo. El hecho histórico más significativo ha sido la visita que nos hizo, de 11 días, el general Dr. Manuel Belgrano en su trayecto hacia el Paraguay. El 7 de noviembre arriban a Curuzú Cuatiá al anochecer. En la Plaza de la población “con veinte o treinta ranchos diseminados” (según deja constancia Belgrano en sus “Memorias”), frente a la Comandancia (actual Comisaría) lo esperaban el Juez Comisionado por Corrientes, Don José Ignacio Ledesma. Vaya mi homenaje para ilustres curuzucuatienses de los últimos tiempos como el Dr. René Borderes, José Francisco Candia Profesor Eduardo Sánchez Avalos y la institución ACYAC (Asociación Cultural y Artística Curuzucuatiense) fundada en 1943.

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