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  • Una mañana con los vendedores del mercadillo de El Arenal: "Aquí ricos no nos hacemos y pagamos todos los impuestos"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 27/07/2025 23:00

    Son las 11.00 horas de un domingo de julio en Córdoba. El calor aprieta en la ciudad, pero hay miles de ciudadanos concentrados en El Arenal. El mercadillo de los domingos, con 250 puestos y más de 30 años de historia, regresó hace una semana a su sitio original, tras más de un mes y pico en la avenida de las Lonjas. El Rally, la Feria, el Córdoba Live... Varios han sido los eventos que han propiciado el traslado de los puestos, algo que los comerciantes no entienden. Por un lado, consideran que hay espacio de sobra para combinar varias citas y, por otro, la incomodidad que supone montarlo en las Lonjas ha derivado en una caída de las ventas. Lo cuentan Antonio Torcuato, presidente de Comacor; Pepa Torcuato, hija del primero, pero con puesto propio y venta on-line también; Miguel, que no conoce otra vida que la de vender en el mercadillo; Chato, que manifiesta rotundo que «no nos vamos a mover de aquí»; Rafael Plantón, que cree que el Ayuntamiento los tiene por «comercio de tercera» o Rocío y Fernando, un matrimonio cuyo puesto parece más una boutique de ropa que un puesto desmontable. Todos han montado sus negocios estas semanas atrás en las Lonjas y todos coinciden en que las pérdidas han sido evidentes. Chato y Rafael Plantón, comerciantes ambulantes. / VÍCTOR CASTRO El montaje, dicen, es incómodo para ellos, pues el tamaño de los puestos se reduce, pero también es fastidioso para los clientes, dado que el sitio de paso queda muy reducido. Mientras este periódico habla con Pepa Torcuato, dos señoras confirman que el mercadillo allí no les gusta, que no encuentran nada y que «como pase una desgracia, salir de allí es imposible». Pepa Torcuato, en su puesto del mercadillo. / VÍCTOR CASTRO "Lo que hacemos es economía de supervivencia" Según los datos de Comacor, el 80% de los empresarios que venden en el mercadillo son de etnia gitana, mientras que el 20% representan una amalgama de nacionalidades y orígenes. Como señala Miguel, «aquí ricos no nos hacemos, la venta es para sobrevivir y pagamos todos los impuestos que tenemos que pagar», mientras tanto, le pide a una mujer que se eche «por lo alto» un vestido de su puesto para ver cómo le queda. Antonio Torcuato incide en esa día de esfuerzo y trabajo, recordando que «nosotros no somos una multinacional, lo que hacemos es economía de supervivencia». Antonio Torcuato. / VÍCTOR CASTRO También es Torcuato quien pide a la administración, en este caso al Ayuntamiento, que «no tenga complejo por ayudarnos públicamente», dejando entrever que podría existir un estigma con el comercio ambulante. Estos vendedores recuerdan que «somos la madre del pequeño comercio», de aquí vienen el resto, por eso consideran que hay poco mimo y escaso cariño a un sector del que viven alrededor de 800 familias. Más de 30 años El de El Arenal es, además, uno de esos mercadillos punteros no solo en Córdoba, sino en toda Andalucía. Ya no es que venga gente de fuera a comprar, es que también hay comerciantes que no son ni cordobeses. Más de 30 años lleva montándose este mercadillo, más de tres décadas donde sus impulsores, los vendedores ambulantes, han construido no solo un modelo de negocio, sino un espacio social para el que piden más respeto.

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