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  • La historia cobra vida en Medina Azahara en las noches de verano

    » Diario Cordoba

    Fecha: 27/07/2025 22:21

    Durante los meses de verano, el Conjunto Arqueológico de Medina Azahara se convierte en un escenario nocturno donde historia y teatro se funden para revivir el esplendor del Califato. Todos los viernes y sábados entre el 11 de julio y el 20 de septiembre, el público tiene la oportunidad de asistir a una actividad teatralizada nocturna que nos traslada a cuando se estaban construyendo algunos de los edificios más emblemáticos de Medina Azahara. La experiencia se desarrolla en dos pases por noche y con un aforo no muy grande, lo que permite una visita íntima y envolvente. En escena, cuatro actores interpretan a personajes cruciales de esa época de la ciudad, guiando al espectador por los entresijos del arte, la arquitectura y el poder califal. Pero también, por sus vidas personales y emociones. La cita comienza como una visita guiada habitual, conducida por una guía cercana. Con el perfil de la Sierra de Córdoba como telón de fondo, se pone en contexto al espectador: Medina Azahara fue concebida por Abd al-Rahman III, el primer califa de Al Ándalus, como símbolo de poder y legitimidad. Una ciudad nueva, lujosa, protegida por la sierra, construida para albergar a la corte, los ministros y la maquinaría política del Califato. Una ciudad manifestación tangible del poder: arte y arquitectura al servicio del prestigio. Entre los personajes que reviven en Medina Azahara está la concubina Subh, madre del califa Hisam II. / MANUEL MURILLO Y cuando todo parece seguir el curso habitual de una visita cultural, ocurre algo inesperado: irrumpe en escena Fátima, una escriba de la corte, que atraviesa el grupo apresurada: «¡Voy a una reunión con el príncipe y siempre llego tarde a todo!». Con esa primera aparición, simpática y espontánea, interactuando directamente con el público, el relato de historia se transforma en una obra teatral inmersiva. Desde ese momento, la guía se convierte en hilo conductor y cede protagonismo a los personajes, que interrumpen y dialogan entre piedras milenarias. La historia cobra vida en Medina Azahara en las noches de verano / MANUEL MURILLO Los cuatro personajes principales, - Fátima, el príncipe heredero Al-Hakam II, el visir Jafar al-Mushafi y la concubina Subh al-Bashkunsiyya, conocida simplemente como Subh o la Vascona- dan vida a una historia que, más allá de los hechos, nos acerca a las personas. La historia cobra vida en Medina Azahara en las noches de verano / MANUEL MURILLO Fátima representa a las mujeres cultas que formaron parte de la corte, formadas en escritura, jurisprudencia, idiomas y ciencias. Aunque no es un personaje histórico documentado, recuerda a figuras como Lubna de Córdoba, que trabajó como copista y secretaria para Al-Hakam II. Este, hijo de Abd al-Rahman III, es aquí un joven lleno de dudas, educado desde los ocho años para convertirse en califa. El teatro nos muestra un heredero que, aunque preparado, siente el peso de su linaje. Jafar al-Mushafi, visir durante el reinado de Al-Hakam II, es el hombre que empezó como jefe de las caballerizas y terminó como primer ministro. El teatro lo retrata como un consejero leal, conocedor de las tensiones palaciegas y defensor del proyecto de Medina Azahara como una carta política al mundo. Por último, Subh, la concubina vascona convertida al islam, madre del futuro califa Hisam II, y figura central del harén. Ella representa las contradicciones de ese mundo cerrado: mujeres educadas, expertas en medicina, astrología o derecho islámico, pero relegadas a competir por la atención del califa. «Solo somos sombras que compiten por un rayo de sol», dice. Pero ella no quiere competir: quiere dejar huella. Y lo hizo. Su hijo accedió al trono siendo niño, y ella jugó un papel muy importante, actuando como regente y tomando decisiones políticas . La historia cobra vida en Medina Azahara en las noches de verano. / MANUEL MURILLO Las escenas se desarrollan entre los rincones más emblemáticos del conjunto. En cada lugar, el diálogo entre pasado y presente va tomando forma. El público no solo escucha: se siente parte de una historia viva. Las conversaciones entre Fátima y Subh revelan el papel de la mujer, las tensiones entre orígenes, el deseo de pertenecer. Las discusiones entre el príncipe y Jafar hablan de poder, de legado, de miedo, de inseguridades. Y todo ello sin imposturas, con un guión cuidado, riguroso, pero también cercano. Además, de la mano de una guía que pone en contexto y hace navegar al espectador por toda esta historia. Así, hoy, más de mil años después, caminar por las ruinas de Medina Azahara bajo la luz de la luna y con las palabras de sus antiguos habitantes resonando entre los muros, es una experiencia que trasciende la simple visita cultural. Uno no solo aprende: conecta. Conecta con el pasado, la fragilidad del poder, los silencios de la historia y las voces que, durante siglos, no se escucharon. La historia cobra vida en Medina Azahara en las noches de verano / MANUEL MURILLO Gracias a esta propuesta impulsada por Eventour Córdoba, la ciudad enterrada vuelve a hablar y lo hace a través del rigor, del arte y la emoción del teatro. La actividad está pensada para todos los públicos: es accesible, disfrutable, recomendable para descubrir la historia que no siempre está en los libros... a veces está a la vuelta de una columna, en los ojos de una actriz, o en palabras que alguien pronuncia como si aún estuviera allí. Medina Azahara fue construida con el propósito de perdurar. Y en noches como esta, con su historia totalmente viva, lo consigue. Suscríbete para seguir leyendo

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