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Parana » AIM Digital
Fecha: 27/07/2025 05:22
“Hay masculinidades y feminidades alternativas, podemos corrernos de los mandatos de la reproducción de roles y estereotipos, para generar un mundo más libre, igualitario, soberano, incluso feliz para todas las personas”, dijo a AIM Tatiana Richardet, militante de la Asamblea Feminista de Paraná y politóloga especialista en género. “El machismo es la reproducción cultural del patriarcado –sistema político económico histórico- que jerarquiza la desigualdad basada en lo sexogenérico. La desigualdad basa en los géneros es la estructura del sistema patriarcal, y el machismo no es otra cosa que esa reproducción cultural del patriarcado”, señaló Richardet a esta Agencia. “¿Cuál es la problemática de seguir viviendo en sociedades machistas, patriarcales? Quienes somos especialistas en género, replicadoras, o capacitadoras en Ley Micaela, también desde los activismos feministas, venimos diciendo que lo primero que aprendemos en estas sociedades occidentales modernas es la reproducción de roles y estereotipos de género, lo que en términos conceptuales llamamos socialización de género o socialización sexogenérica: las personas somos socializadas en términos de diferencias que implican desigualdades de género, y la problemática sigue siendo lamentablemente la misma: la reproducción de pautas, de conductas esperadas en las personas, de normas para encajar en la `normalidad´ de las cosas que se esperan que seamos, no solo en términos de género, sino de todos los componentes que tiene el género (sexo biológico, identidad de género, orientación sexual, expresión de género)”, explicó la especialista. En una sociedad machista y patriarcal, desde la socialización de género, “se reproducen estas pautas culturales, roles y estereotipos de género. Desde esa socialización sexogenérica, que es el origen de la reproducción cultural del machismo, que es donde aprendemos a diferenciarnos y la desigualdad en términos jerárquicos y de género, todo eso abona, allana el camino, a la expresión más extrema de la violencia machista o por razones de género que son el femicidio, el trabesticidio, el transfemicidio y el lesbicidio”. Remarcó Richardet que “la problemática de seguir siendo socializados con las mismas pautas históricas –el patriarcado tiene siete mil años- es que las consecuencias siguen siendo la violencia, la discriminación y la muerte”. Por eso, “la importancia de educar, visibilizar, concientizar en nuevas masculinidades, masculinidades no hegemónicas, masculinidades alternativas, masculinidades sin violencia, o masculinidades que se corren del mandato esperado”. Enfatizó Richardet: “Hoy la derecha extrema y el gobierno a través de sus trolls, twitteros, voceros y streamers están volviendo sobre esta preocupación de los roles de género y en las redes sociales dicen `las mujeres tienen que volver a estar en sus casas, criando a sus hijos y no salir a trabajar. En el momento en que las mujeres cambiaron el rol peligra la reproducción de la especie´. Esto lo está diciendo también la derecha a nivel global, que el problema de la diversidad sexogenérica es que las mujeres ya no están en la casa, que es donde `se supone´ que pertenecen. La derecha está arremetiendo con eso y diciendo que acá el enemigo es el feminismo, tienen que volver a los roles históricos y déjense de joder con el mundo laboral. Quieren volver a la reproducción irrestricta de esa pauta cultural donde solo tenían la posibilidad de ser madres y estar a cargo de las tareas de cuidado”. La importancia de visibilizar en las nuevas masculinidades “va desde lo que desde el feminismo, desde el campo de las ciencias sociales venimos diciendo hace muchos años, que es desde el origen, desde la socialización sexogenérica. En Argentina tenemos una experiencia maravillosa, la Educación Sexual Integral (ESI), que fomenta la afectividad, una educación libre de estereotipos de género y por eso ha sido tan atacada”. “Hay masculinidades y feminidades alternativas, podemos corrernos de los mandatos de la reproducción de roles y estereotipos, para generar un mundo más libre, igualitario, soberano, incluso feliz para todas las personas, no solo para las mujeres, sino también para los varones que sufren los mandatos de masculinidad hegemónica y son víctimas del sistema patriarcal”. Dentro de las nuevas masculinidades, “también cuidan y las femineidades pueden trabajar en construcción. Esto es romper con los roles de género y también permitirle a los varones correrse del rol del único proveedor”, concluyó.
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