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» Corrienteshoy
Fecha: 27/07/2025 02:01
Trump y Epstein: años de fiestas, secretos y amistades peligrosas Donald Trump y Jeffrey Epstein se conocieron alrededor de 1990, cuando este último compró una mansión a tres kilómetros de Mar-a-Lago, el famoso club privado del hoy presidente de Estados Unidos en Palm Beach. Ambos eran ya figuras conocidas en los círculos sociales de la jet set de Manhattan y Florida: neoyorquinos ambiciosos, con fama de ostentosos y mujeriegos. Tenían en común una predilección por los saraos, los contactos de altos vuelos y, según admitieron ambos a lo largo de los años, las jóvenes atractivas.La primera vez de la que hay registros de ambos juntos, compartiendo copas y risas, fue en 1992, cuando Trump organizó una fiesta en Mar-a-Lago con animadoras de los Buffalo Bills, un equipo de fútbol americano. En el vídeo de esa noche, difundido en su día por la cadena NBC, Trump aparece señalando mujeres y comentando en voz baja con Epstein, que estalla a carcajadas.Aunque el presidente lo niegue ahora, Donald y Jeff fueron por un tiempo inseparables. Unos meses después, el empresario George Houraney alquiló Mar-a-Lago para un concurso de chicas de calendario. Quería el glamour de la mansión con una lista de invitados VIP. Cuando llegó el evento, en esa lista estaban solo Trump y Epstein .Noticia Relacionada estandar No Trump niega saber nada de Epstein a pesar de las pruebas que los unen David Alandete La pareja del financiero comienza a dar testimonio a la Fiscalía desde prisiónDe aquella noche se supo más por una denuncia posterior. Jill Harth, pareja del organizador, acusó a Trump de besarla y tocarla a la fuerza en una habitación de Mar-a-Lago. También declaró que una concursante le contó que Trump se metió en su cama sin permiso. Retiró la demanda en 1997, tras un acuerdo entre Trump y su entonces pareja.Hasta a su segunda boda invitó Trump a Jeffrey Epstein . Viejas imágenes que han salido a la luz ahora muestran al financiero en la celebración del matrimonio entre Donald Trump y Marla Maples, en el hotel Plaza de Nueva York, en diciembre de 1993. En una de las fotos, Epstein aparece sonriendo detrás de varios invitados, entre ellos el afamado presentador de radio Howard Stern. Ese mismo año, otra imagen lo muestra con Trump y sus hijos Ivanka y Eric en la inauguración del Harley Davidson Café.Se les vería juntos con frecuencia durante más de una década, hasta 2004, en fiestas privadas, desfiles de moda como el de Victoria's Secret, inauguraciones de negocios y saraos en Palm Beach, Miami y Manhattan. Compartían mesa en cenas exclusivas, apariciones públicas en Mar-a-Lago y vuelos en el jet de Epstein... Eran, a todas luces, amigos cercanos.En los registros que obran en poder del FBI, el nombre de Trump figura en al menos siete trayectos de ese jet. Se le menciona decenas de veces en los archivos del caso Epstein, y la fiscal general, Pam Bondi, se lo dijo en mayo. A pesar de sus promesas, no ha hecho públicos esos dosieres en seis meses en el cargo. Epstein fue compadre de Trump durante el divorcio de Marla Maples, cuando este último inició su relación con Melania Knauss, la hoy primera dama. En 2000, posaron los cuatro juntos —Trump, Melania, Epstein y su novia— durante una fiesta en Mar-a-Lago, en una imagen que hoy resulta incómoda.Donald y Melania Trump, con Epstein y Ghislaine Maxwell ABCDe hecho, en una conversación grabada por el periodista Michael Wolff en agosto de 2017, Epstein afirmó que Trump y Melania pasaron su primera noche juntos a bordo de su avión privado, el apodado 'Lolita Express'. Según Epstein, la relación entre ambos comenzó allí, cuando todavía no eran una pareja oficial.Diez años de compadreoWolff le preguntó cómo sabía todo eso. La respuesta de Epstein fue directa: «Fui el amigo más cercano de Donald durante diez años». En esas cintas, Epstein describe a Trump como un hombre obsesionado con seducir a las esposas de sus amigos y detalla supuestas maniobras para lograrlo, incluso haciéndolas escuchar en secreto las conversaciones íntimas de sus maridos. También se refiere a encuentros que ambos habrían tenido con mujeres en Atlantic City y en la Torre Trump, retratando una amistad basada en el ejercicio del poder, la ostentación y el deseo.El contenido de esas grabaciones es parte del archivo de Wolff utilizado para su libro 'Fuego y furia', y contradice la versión pública de Trump, quien ha intentado desmarcarse de Epstein desde su detención en 2019. El presidente calificó las grabaciones como «difamaciones falsas» y «una injerencia electoral». Epstein murió en prisión por suicidio en 2019 y no puede ya responder a esas alegaciones.Del brazo de Epstein, una mujer británica, morena, de pelo corto, mirada plácida y sonriente, comenzó a aparecer con frecuencia por Mar-a-Lago. Se llamaba Ghislaine Maxwell. Era hija de un magnate de prensa, amiga —y a veces algo más— de Epstein. En Palm Beach se movía con soltura, elegante y discreta, pero con una función concreta: era su conseguidora.Según múltiples testimonios hechos públicos en su juicio, Maxwell reclutaba a chicas jóvenes para Epstein, les prometía trabajo como masajistas y luego las introducía en una red de abuso sexual al servicio de su pareja y sus poderosos amigotes.Hoy, Ghislaine Maxwell cumple una condena de 20 años en una prisión federal por tráfico sexual de menores. Según ha confirmado su abogado, está colaborando con el Departamento de Justicia. Desde su celda, ha sido interrogada varias veces por fiscales que intentan reconstruir el alcance de la red y aclarar los vínculos con figuras políticas, empresariales y diplomáticas que orbitaban en torno a Epstein.En el verano de 2000, mientras Donald y Jeffrey compartían fiestas, vuelos y cenas, una joven rubia de ojos azules, de aspecto inocente y confiado, trabajaba en los vestuarios de Mar-a-Lago, empleada de Trump. Había obtenido el trabajo porque su padre era técnico de mantenimiento allí. Se llamaba Virginia Roberts, luego conocida como Virginia Giuffre. Era de California. Tenía entonces 16 años. Según testificó, fue reclutada por Maxwell mientras leía un manual de masajes durante su turno. Le ofreció trabajar como masajista privada para Epstein. Lo que siguió, denunció años después, fue una rutina de abusos, viajes en jets privados y encuentros forzados con hombres poderosos.Fue la primera víctima en romper el silencio. Demandó a Epstein, señaló a Maxwell como reclutadora y acusó al príncipe Andrés del Reino Unido de haber abusado sexualmente de ella cuando era menor de edad. En 2021, lo demandó en una corte federal. Un año más tarde, el príncipe selló un acuerdo extrajudicial por una suma confidencial. Fue la primera en dar un valiente paso, quien tiró de la manta. Nunca superó el trauma de aquellos años. Giuffre se suicidó el pasado 25 de abril en su granja de Australia Occidental. Tenía 41 años. Su testimonio fue clave en la caída de Epstein y en la condena de Maxwell. Su historia es una de las piezas centrales del caso.El presidente niega ahora que supiera nada de las aberraciones de Epstein, de lo que la Justicia ha tratado de probar: que su fortuna venía en gran parte de haber armado una gran red de explotación de menores para ponerlas al servicio de una panda de millonarios sin escrúpulos que pagaban por disfrutar de ellas en sus vuelos, en su isla perdida en el Caribe, en sus fortificadas mansiones.Pero algo debía saber, a tenor de unas declaraciones suyas en 2002, cuando aún era cercano a Epstein. «He conocido a Jeff durante 15 años. Es un tipo estupendo. Es muy divertido estar con él. Incluso se dice que le gustan las mujeres bellas tanto como a mí, y muchas de ellas son bastante jóvenes», dijo Trump entonces a 'New York Magazine'.Ruptura por una mansiónLa ruptura entre Trump y Epstein llegó en 2004, y fue por una mansión. Ambos pujaron por la compra de la llamada Maison de l'Amitié, una enorme residencia frente al mar en Palm Beach que había caído en desuso y bancarrota. Los dos querían la propiedad. Sus abogados presentaron ofertas rivales, pero fue Trump quien se la quedó por unos 41 millones de dólares. Años después, él mismo contó que aquello marcó el fin de su amistad con Epstein.Donald Trump habla con Jeffrey Epstein, en el documental ABCTrump alegó después otro motivo: que Epstein se había comportado de forma inapropiada con la hija de una socia del club Mar-a-Lago, y que por eso se desentendió. Pero la disputa por la mansión dejó claro que ya no eran aliados.Un año después, la Policía de Palm Beach inició la investigación que acabaría destapando la red de tráfico sexual de Epstein. La caída fue lenta. El círculo empezó a cerrarse. Y Trump, que había estado dentro, intentó salirse. Lleva dos décadas marcando distancias, pero la hemeroteca es clara.En 2005, una mujer denunció que su hijastra de 14 años fue pagada para ir a casa del millonario a darle un masaje desnuda. La policía de Palm Beach abrió una investigación que pronto destapó un patrón: adolescentes captadas por otras chicas o por intermediarias para ir a la mansión, cobrar en efectivo y ser sometidas.El caso llegó después a manos de fiscales estatales y federales, pero Epstein consiguió evitar el juicio. En 2008 firmó un acuerdo secreto: se declaró culpable de un cargo menor y pasó trece meses en una cárcel del condado, con salidas diarias. El trato, negociado por abogados de alto perfil como Alan Dershowitz y Ken Starr, le dio inmunidad federal a él y a sus cómplices. El fiscal que lo firmó fue Alexander Acosta, quien más tarde sería secretario de Trabajo con Trump.Durante años, Epstein vivió sin consecuencias: viajó entre Nueva York, Palm Beach y su isla privada en el Caribe. En 2019 todo cambió. Una serie de reportajes del 'Miami Herald' y nuevas denuncias, como la de Giuffre, llevaron a su arresto en el aeropuerto de Teterboro. Un mes después apareció muerto en su celda.Oficialmente fue un suicidio, pero las cámaras de vigilancia fallaron, los guardias aparentemente se durmieron y la autopsia dejó más preguntas que respuestas. Su mano derecha, Maxwell, fue detenida en 2020 y condenada en 2021 a 20 años de cárcel. Desde prisión, ahora habla, y puede arrojar más luz sobre el asunto, y sobre las relaciones con Trump. Fuente: https://www.abc.es/internacional/trump-epstein-anos-fiestas-secretos-amistades-peligrosas-20250726040107-nt.html
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