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» Diario Cordoba
Fecha: 25/07/2025 09:26
Cerca de 27.000 cordobeses están expuestos a una emergencia por incendio forestal por la zona en la que viven según el Plan Local de Emergencias por Incendios Forestales del Municipio de Córdoba. Gran parte de esa población vive en los barrios del distrito Norte-Sierra, donde entran zonas como Valdeolleros o El Brillante, que se presuponen más seguras ante estos sucesos. Pero también hay una importante cantidad de población que reside en urbanizaciones como Las Jaras o Las Siete Fincas, enclavadas en plena Sierra, y con un riesgo alto de tener que enfrentarse a un incendio forestal. Esto es lo que ha ocurrido esta semana con el incendio iniciado el martes en el entorno del Castillo de la Albaida. Allí hay una urbanización, Santa Ana de la Albaida, donde sus vecinos pasaron casi 24 horas fuera de sus casas como medida de protección ante el incendio. Y eso que Santa Ana de la Albaida, dentro de las zonas consideradas de peligro, se encuentra en un nivel bajo. José Reyes es el presidente de la junta de compensación de esta zona, que realmente está divida en tres: la calle Santa Ana de la Albaida (urbanizada), Olivar Viejo y Camino Viejo de Santa Ana. Ramón Azañón Aunque es la primera vez que los vecinos de esta zona tienen que ser desalojados por un incendio, Reyes reconoce que una vez ocurrido, todo se afronta con cierta "inquietud". Las claves para evitar que el peligro pase a mayores, entiende este vecino, es tener las parcelas "lo más limpias posibles". Pero aquí hay un problema, como señala Reyes, y es que eso puede ocurrir en aquellas parcelas donde vive gente, pero en las que están vacías la labor, entiende, debería acometerla el Ayuntamiento. Todo se quedó en un susto Finalmente, el fuego no llegó a las viviendas, aunque sí se quedó muy cerca. Cristina es otra vecina de la misma zona que explica que ella siempre mantuvo el optimismo, aunque siempre hubo "un poquito de susto". Tanto Cristina como José se quedaron con familiares y no precisaron de los recursos municipales que se pusieron a disposición de los desalojados, y la tarde del miércoles la pasaron casi todos juntos, esperando que les avisaran de que ya podían regresar a sus casas. "Fue Eva Contador, con quien estábamos, las que nos dio la buena noticia", recuerda Reyes. Pasado el susto, los vecinos temen que esto pueda volver a ocurrir y abogan por un mantenimiento de la zona y, por supuesto, hacen también un llamamiento a la concienciación, no solo a los residentes de estas urbanizaciones, sino a todos aquellos que hacen uso de la Sierra. Suscríbete para seguir leyendo
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