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Parana » Asdigitalnews
Fecha: 24/07/2025 23:45
Hoy sabemos que el envejecimiento no espera a las canas ni a las arrugas. Empieza en silencio, mucho antes de lo que imaginas, mientras aún te sientes joven y saludable. En este artículo te presentamos los hallazgos más recientes sobre cuándo empieza el envejecimiento del cuerpo, qué cambios lo acompañan y por qué detectarlo a tiempo puede cambiar el rumbo de nuestra salud. ¿Cuándo empieza realmente el envejecimiento? Durante mucho tiempo se pensó que el envejecimiento era una preocupación exclusiva de las personas mayores. Sin embargo, estudios recientes han revelado una verdad inesperada: el envejecimiento biológico puede comenzar mucho antes, incluso desde los 20 o 30 años. Un estudio publicado en PNAS, siguió a más de 900 personas nacidas en 1972-73, evaluando diversos marcadores biológicos a los 26, 32 y 38 años. A pesar de tener la misma edad cronológica, los investigadores encontraron que estas personas ya mostraban diferencias significativas en su envejecimiento biológico. En algunos casos, individuos de 38 años presentaban una "edad biológica" de hasta 60 años. Otros, en cambio, parecían tener un cuerpo de apenas 28. Esto sugiere que la pregunta no es solo a qué edad empieza el envejecimiento del cuerpo, sino cuán rápido ocurre en cada persona. ¿Por qué envejecemos de forma diferente? La velocidad con la que envejecemos depende de una compleja interacción entre nuestros genes, nuestro estilo de vida y el entorno que nos rodea. El mismo estudio demostró que, incluso en personas sin enfermedades crónicas, se podía detectar deterioro fisiológico en sistemas como el inmunológico, cardiovascular, hepático y renal desde los 26 años. Algunos marcadores que se evaluaron incluyeron el nivel de colesterol, la función pulmonar, la salud dental, la presión arterial y hasta la longitud de los telómeros (fragmentos de ADN que se acortan con la edad). Todos estos mostraron un patrón progresivo de deterioro a lo largo del tiempo. Esto quiere decir que mientras algunas personas envejecen a un ritmo de "un año biológico por año cronológico", otras pueden envejecer más rápido, acumulando daño celular equivalente a dos o incluso tres años biológicos en el mismo período. El "velocímetro" del envejecimiento Para medir este fenómeno, los investigadores desarrollaron una herramienta llamada Pace of Aging o "ritmo de envejecimiento", que mide cuánto cambia el cuerpo por cada año que pasa. Esta métrica se convirtió en una pieza clave para entender que el envejecimiento no es un hecho binario, sino un proceso que avanza a distintas velocidades. Más tarde, este método fue refinado en un nuevo estudio publicado en eLife, donde se creó el algoritmo DunedinPoAm, capaz de estimar el ritmo de envejecimiento con solo una muestra de sangre. Esta prueba epigenética se basa en patrones de metilación del ADN, que reflejan cambios moleculares relacionados con la edad. Gracias a este "velocímetro biológico", ahora es posible detectar si una persona está envejeciendo rápido, incluso si todavía se encuentra en sus 30 o 40 años. Momentos clave del envejecimiento Un estudio más reciente publicado en Nature Aging reveló que el envejecimiento biológico no sigue una línea recta. Al contrario, ocurre de forma no lineal, con cambios más marcados en dos momentos críticos: alrededor de los 44 y los 60 años. Durante estas edades, se observaron alteraciones drásticas en el metabolismo, la inmunidad, la microbiota, la expresión de genes y otros indicadores moleculares. Esto sugiere que existen ventanas biológicas donde el cuerpo sufre cambios más intensos, lo cual podría ofrecer oportunidades para intervenciones más efectivas. Este hallazgo cambia el enfoque tradicional del envejecimiento. En lugar de esperar a la aparición de enfermedades, podríamos intervenir antes de esos puntos críticos, cuando los sistemas corporales están empezando a desajustarse. ¿Se puede frenar el envejecimiento desde joven? Aunque el envejecimiento es inevitable, la ciencia demuestra que su velocidad sí se puede modificar. Un ejemplo clave es el estudio CALERIE (Evaluación Integral de los Efectos a Largo Plazo de la Reducción de la Ingesta Energética, por sus siglas en inglés), el primer ensayo clínico en humanos que evaluó los efectos de la restricción calórica moderada en adultos jóvenes y de mediana edad. En este estudio, los participantes redujeron su ingesta calórica en un 25% durante dos años. Los resultados fueron claros: mostraron un ritmo de envejecimiento más lento medido por el algoritmo DunedinPoAm (Belsky et al., 2020). Esto significa que la dieta, el ejercicio, el sueño, la salud mental y la exposición a contaminantes pueden influir profundamente en cómo y cuándo envejecemos. La prevención no empieza a los 60. Empieza desde la juventud. Conclusión Los hallazgos actuales indican que el envejecimiento biológico puede comenzar en la tercera década de vida, mucho antes de lo que la mayoría supone. Este proceso es silencioso pero medible, y sus efectos se acumulan con el tiempo. Gracias a los estudios, hoy sabemos que no todos envejecemos igual ni al mismo ritmo. Esta comprensión abre nuevas posibilidades para detectar el deterioro precoz, aplicar medidas preventivas y, en el futuro, extender nuestra salud más allá de la esperanza de vida. Cuidar nuestro cuerpo desde joven ya no es solo un consejo: es una estrategia respaldada por la ciencia.
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