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Concordia » Hora Digital
Fecha: 24/07/2025 21:00
En el mundo del deporte, especialmente en el tenis, es común conocer inspiradoras anécdotas de esfuerzo, disciplina y éxito, sin embargo, en ocasiones también surgen historias que van más allá de las canchas, de los rankings o los trofeos. Es el caso de Paulina Nieto y Daniel Altmaier, una pareja que ha demostrado que el amor también tiene su lugar en el circuito profesional. Daniel Altmaier nació en Alemania y comenzó a jugar tenis a los siete años, impulsado por sus padres. De acuerdo con el sitio web de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), habla alemán, inglés, ruso y español, éste último perfeccionado gracias a su pareja. Su superficie favorita es la pista dura, su mejor golpe es el revés y su torneo predilecto es Wimbledon. Además, en su juventud, admiraba a Roger Federer y Stan Wawrinka. Más allá del tenis, Altmaier disfruta de la pesca y es aficionado del Real Madrid y del Hertha BSC. Su vida profesional lo mantiene en constante movimiento, pero ha encontrado en Nieto un apoyo sólido que lo acompaña dentro y fuera de la cancha. La mexicana Paulina Nieto es originaria de Cuernavaca, Morelos, donde vivió sus primeros años antes de mudarse con su familia a la Ciudad de México al ingresar a la preparatoria. Posteriormente, de acuerdo con lo detallado por la revista Quién, continuó su formación académica en la carrera de Inteligencia de Negocios en el Tecnológico de Monterrey. Desde joven, Nieto compartió con su familia una profunda afición por el tenis, un deporte que seguían con entusiasmo, en especial un torneo celebrado a finales de febrero, al que asisten cada año. Fue precisamente en una de esas ediciones cuando, sin esperarlo, un encuentro marcaría un antes y un después en su vida. De acuerdo con Quién, la pareja se conoció en 2020 durante la tradicional fiesta de blanco del Abierto Mexicano de Tenis en Acapulco, un evento social que reúne a jugadores y aficionados. En esa edición, Nieto y Altmaier coincidieron, conversaron brevemente y se siguieron en la red social Instagram. Nada parecía indicar que aquel intercambio inicial derivaría en una relación duradera. Poco después, la pandemia por COVID-19 detuvo al mundo entero, y con ello, cualquier posibilidad de interacción inmediata. Altmaier se apegó a su calendario competitivo, mientras que Nieto continuó sus estudios. No obstante, fue el propio atleta quien retomó el contacto con ella vía Instagram. “Al principio no le contestaba mucho”, confesó Paulina a Quién. “Yo pensaba: ‘Se la vive viajando y acaba de empezar una pandemia, obviamente nunca va a pasar nada’”. A pesar de las distancias, la comunicación persistió y con el tiempo la relación se fortaleció. Nieto adaptó sus tiempos para acompañar a Altmaier en el tour cada vez que le era posible. “Cada vez que podía tomaba el primer vuelo para ir a verlo. En la carrera me echaba todo el verano en el tour hasta entrar a la escuela otra vez. Muchas veces llegaba ese mismo día directo al salón, y movía mis faltas para poder ir a los torneos lo más posible”, relató. La propuesta de matrimonio se llevó a cabo en Alemania, en un castillo, y tomó por sorpresa a la joven, quien no esperaba este paso tan pronto, ya que ambos habían acordado esperar a que ella concluyera su formación universitaria, sin embargo, enamorados, decidieron formalizar el compromiso. Según los datos proporcionados por Quién, la boda se celebrará el próximo 6 de diciembre en Cuernavaca, ciudad natal de la novia y lugar elegido para iniciar una nueva etapa en la vida de la pareja. A pesar de las diferencias culturales, pues Altmaier es alemán, de raíces ucranianas y rusas, la integración entre ambas familias ha sido natural y cercana. “A pesar de que mis suegros no hablan inglés, nos llevamos increíble. Daniel es súper familiar y me llevo increíble con su hermana Evelyn. Toda su familia vendrá a México para la boda”, compartió Nieto. Por su parte, la familia Nieto ha mostrado una gran aceptación hacia el tenista, pues lo acompañan con frecuencia en sus torneos y valoran su dedicación. Inicialmente, la comunicación fue en inglés, pero con el tiempo Altmaier ha aprendido español, idioma que hoy domina con fluidez, en gran parte gracias a su relación con Paulina.
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