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» El Sur Diario
Fecha: 24/07/2025 18:23
Diego Fernández es un vecino comprometido, de esos que no se quedan en la crítica desde el sillón. Como presidente de la vecinal del barrio 25 de Mayo, trabaja día a día para mejorar la calidad de vida de su comunidad. Recorrer las calles, atender reclamos, coordinar con el municipio y empujar proyectos son parte de su rutina. “Al principio fue golpear puerta por puerta, educar al vecino. No fue fácil”, recuerda. Con el tiempo, ese esfuerzo se transformó en resultados. “Ahora el vecino ya la tiene re clara. Sabe cuándo pasa el chatín, qué sacar y qué no. Se informan por redes y estamos en contacto permanente”. Ejemplo de participación colectiva Uno de los logros más visibles en el barrio es el sistema de reciclado. Diego ya va por su noveno botellón para plásticos y vidrios, y no solo es usado por los vecinos del barrio, sino también por habitantes de otros puntos de Villa Constitución. “Vienen de otros barrios porque no encuentran dónde reciclar en sus zonas. Por eso quiero ubicar otro botellón en un punto estratégico. Se llenan muy rápido”, explica con entusiasmo. La Llave de la Ciudad Una de las obras más simbólicas que logró gestionar fue la colocación de la “Llave de la Ciudad”, una imponente escultura de hierro de cuatro metros de alto por tres de ancho, creada por el artista Fabián Villani. “Villani tenía este proyecto hace más de diez años. Nadie lo tomaba. Cuando me lo contó, lo agarré y empecé a gestionar. Me encantó el simbolismo: el engranaje, la cinta, el ancla, el trigo. Representa nuestra historia”, dice con orgullo. La obra se concretó en tiempo récord gracias a la colaboración entre la Municipalidad, el Rotary Club y la vecinal. “La ansiedad era todos los días. Iba día por medio al taller, me asombraba el progreso”, relata. Relación activa con el Municipio Diego mantiene un vínculo permanente con el municipio, gestionando desde luminarias hasta veredas. Aunque reconoce que a veces hay frustraciones, no se detiene. “Las veredas en la ruta, para cruzar a los jardines o a la plazoleta, las pedí diez veces. Ahora me prometieron que las dibujan de nuevo. Si no lo hacen, voy yo y las coloco. Porque ya está todo gestionado”, remarca con firmeza. También valora lo realizado por el intendente Berti: “Hay obras, los espacios públicos han mejorado. Pero hay que mantenerlos y escuchar más a los vecinos. Ahí está el desafío”, opina. Más allá del barrio Aunque su corazón está en el barrio 25 de Mayo, Diego no se limita a su zona. “Ando por toda la ciudad. Saco fotos, informo, me involucro. No me quedo con lo que ya hicimos, siempre hay que evolucionar”, dice. Colabora con merenderos como el 9 de Julio, acompaña causas sociales y apoya a cooperadoras. “El compromiso se demuestra con hechos, no con likes. La crítica desde casa es fácil, pero lo importante es participar”, reflexiona. ¿Un futuro como intendente? En un momento de la entrevista, surge una pregunta clave: ¿le gustaría ser intendente? Su respuesta es clara: “Sí, me encantaría”, aunque lo dice con cautela. “Siempre lo pienso, pero mi señora me baja de un hondazo”, comenta entre risas. “Tengo pasión por gestionar, pero también sé que ser intendente es otra cosa. Hay que estar preparado y contar con el respaldo familiar”. Diego no quiere quedar atado a estructuras tradicionales. Sueña con formar un partido vecinalista, sin dependencia de líneas nacionales o frentes partidarios. “Los que vivimos el día a día sabemos realmente los problemas. Desde una ramita hasta una luz quemada. Eso no lo ves desde un despacho”, sostiene. Pese a los ofrecimientos para ocupar cargos o integrar listas, sigue eligiendo la trinchera vecinal. “Me han llamado para integrar el gabinete, para dirigir vecinales… pero por ahora prefiero seguir como estoy. Desde acá también se puede hacer mucho”, afirma. Agradece el reconocimiento, pero insiste en que su motivación no es la búsqueda de un cargo: “Lo hago porque me gusta, porque quiero que mi ciudad mejore. Hay muchos vecinalistas comprometidos que hacen lo mismo, y eso me llena de orgullo”. Diego Fernández es ejemplo de participación activa, de esa política barrial que transforma desde abajo. Sueña, gestiona, escucha y trabaja, siempre con una mirada puesta en el bien común.
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