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» Diario Cordoba
Fecha: 24/07/2025 15:57
La semifinal entre España y Alemania tuvo tensión, goles, lágrimas y épica. Pero 'lo que no se vio' fue aún mejor: una portera con códigos secretos, cánticos bajo la lluvia, altavoces encendidos, cervezas pedidas (y no encontradas), un bombo que casi acaba roto y una frase que resume toda la noche: “A ver quién duerme ahora…” El partido empezó a ganarse en el último minuto del añadido, cuando Alemania ya se veía en la prórroga. Cata Coll, inmensa, salvó el empate con una doble parada milagrosa. Y justo después se llevó los guantes a la boca. No fue un gesto cualquiera: es una señal que tiene pactada con su psicólogo para indicarse que ese peligro ya ha pasado. Que va a por la siguiente parada. Antes del tiempo extra, Hendrich —baja por sanción— cruzó el campo para dcirigirse al fondo norte, donde estaba la afición alemana, y pedirles que animasen aún más. No sirvió de mucho. En el otro bando, cuando Aitana marcó en la prórroga, Patri se dejó caer de rodillas. Olga se tiró al suelo. “Ya está”, se dijeron. “Por fin entró”. La explosión fue contenida, de puro alivio. Dos mundos y un orgullo Y cuando la árbitra Edina Alves pitó el final, se cruzaron dos mundos. En uno, Bühl, Kleinherne, Knaak, Brand… derrumbadas. En el otro, todas las jugadoras españolas corriendo hacia Aitana o hacia Cata. Se abrazaron a la balear Sullastres y a Nanclares, las otras dos porteras, en una imagen preciosa. Luego, todo el equipo formó una piña. Unidad, emoción, orgullo. Alexia, con los ojos algo húmedos, celebraba con el puño cerrado. Primera final de Eurocopa. En el palco, Alex Morgan sonreía: se reconocía en ella. Cata Coll celebra con Sullastres el pase a la final de la Eurocopa / RFEF La primera en aparecer en zona mixta fue Irene Paredes. Lejos de su versión seria y contenida, la capitana avanzaba como Messi cuando fue a levantar la Copa del Mundo: pasos lentos, sonrisa traviesa y un “¡Vamos!” en la boca. Mientras respondía una última pregunta a un periodista inglés, ya esperaba Cata con Diego, del departamento de comunicación. “Espabila, venga, que hay que celebrarlo, tío”, le soltó, muerta de risa. “Venga, rapidito”, dijo luego, cuando le tocó su turno. Contó que no había visualizado los penaltis —aunque quería lanzar el quinto— porque estaba convencida de que marcarían antes. Y acertó. También confesó que tienen una canción secreta para esta Euro, pero no la dirán… hasta que termine el torneo. La banda sonora Camino del autobús se encontró con Martín-Prieto tocando el bombo bajo la lluvia, rodeada del staff, al ritmo de 'La Morocha', de Luck Ra y BM. Ya había dicho que su fiesta sería mejor que la de las italianas, y tras la semifinal, desde luego, estuvo cerca. “¡Bajad del bus, que toca celebrar!”, pidió Cata a sus compañeras. Patri sacó el altavoz y puso 'El principio de algo', de La La Love You y Samuraï. Se hizo una piña. Todas cantando. Luego empezó a sonar: “The roof, the roof, the roof is on fire”… y ya sabías lo que venía. 'Follow the leader'. Izquierda, derecha, izquierda, derecha. Mientras tanto, Martín bromeaba con los periodistas: “¡Dejad de grabar, que creo que he roto el bombo!”. Pina también le había dado fuerte. En las escaleras del bus, Olga Carmona lo remataba cantando a gritos: “¿Dónde están las cervezas?”. La respuesta llegó de boca de Cata: “Hasta aquí. Si alguien quiere fiesta, que venga a Lausana”. La selección volvía esa misma noche en autobús al campo base para poder despertarse ya en casa y disfrutar del merecido día libre. Pero, como había dicho Olga… a ver quién duerme ahora
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