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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/07/2025 14:58
Shadow Labyrinth, de Bandai Namco. Desde el momento en que se anunció, Shadow Labyrinth logró llamar la atención de los jugadores al presentar un metroidvania oscuro basado en una historia alternativa de Pac-Man, una de las figuras y símbolos más relevantes de los videojuegos. Esta extraña combinación está relacionada con un capítulo de la serie Secret Level, estrenada el año pasado, que da pie a este universo. La premisa del juego no es lo único que llama la atención por lo extraño sino que el resultado de la entrega también lo es. Durante los primeros momentos del juego realmente no podía dilucidar si lo que estaba jugando me estaba gustando o no. Algunos elementos como la estética de los personajes, el diseño de los jefes y su misteriosa narrativa me lograban cautivar mientras que los aspectos meramente jugables y de exploración no me terminaban de convencer. Shadow Labyrinth, de Bandai Namco. Con el paso de las horas y con un juego que evoluciona bastante a medida que avanzamos, los aspectos negativos prevalecieron sobre mi experiencia. Por más de que Shadow Labyrinth tenga cosas para destacar y se nota que hay mucho cariño y trabajo detrás de él, la entrega no logra ser satisfactoria por aspectos jugables limitados y por varias decisiones de diseño y ritmo que parecen estar más para molestar y complejizar su experiencia que por una decisión orgánica que tenga sentido dentro de la propuesta. La historia nos pone en la piel del espadachín n.º 8, una misteriosa persona que es atraída a otro universo por Puck, una esfera amarilla que nos necesita para cumplir su misión. Cabe destacar que el nombre original en Japón de Pac-Man era Puck-Man, por lo que la esfera amarilla que nos dará órdenes y acompañará durante todo el juego, es la versión alternativa del Pac-Man que conocemos. Shadow Labyrinth, de Bandai Namco. Al principio del juego no se nos cuenta absolutamente nada, todos los diálogos parecen crípticos pero, a medida que avanzamos, conocemos más de Puck, qué es lo que está ocurriendo en ese planeta y por qué precisa nuestra ayuda. Todo esto ocurre en un apartado oscuro al punto en que Puck varias veces toma una forma demoníaca y debe comer a los cuerpos enemigos una vez que los vencemos. Este componente de misterio en la narrativa y de un Pac-Man demoníaco obviamente logran llamar la atención, y mucho. Sin embargo, la historia no termina siendo el centro del juego ya que, como todo metroidvania, sus puntos centrales están en la exploración, las secciones de plataforma y los combates. Shadow Labyrinth, de Bandai Namco. Algo que me sucede con el género de metroidvania es que el techo de lo que una entrega de este tipo puede ofrecer está muy alto con sus grandes exponentes como son Hollow Knight, Ori and the Blind Forest, Bloodstained y Prince of Persia The Lost Crown solo para mencionar algunos del último tiempo. De esta forma, destacar y tener algo diferencial para ofrecer es difícil. Shadow Labyrinth lo logra, desde la teoría, con la combinación con Pac-Man pero falla en lo jugable. El combate es simple y errático. Si hay algo que frustra en estos tipos de juegos es cuando se sienten injustos y, en este caso, Shadow Labyrinth tiene varios problemas en la respuesta en cómo se controla el espadachín y también en las áreas de golpe. Nunca termina de estar claro cuando algo nos puede golpear y cuando nuestro golpe alcanza al enemigo o no. Esto hace que haya muchos movimientos fallidos y poco precisos. Shadow Labyrinth, de Bandai Namco. A esto se le suma las pocas opciones de combate. Por más de que a lo largo de la aventura aprendemos nuevas habilidades y poderes nunca terminan de cambiar fundamentalmente la forma de juego por lo que la entrega se termina haciendo repetitiva. Algo en lo que busca destacar el juego es que no solamente peleamos en la forma de nuestro espadachín sino que también nos podemos transformar en GAIA, un mecha invulnerable que puede hacer mucho daño en un tiempo limitado. GAIA es como la transformación de Puck y nuestro espadachín y es un poder que dura unos pocos segundos y que se recarga devorando con Puck los cadáveres enemigos. Sí, tan extraño como lo leíste. Por fuera de GAIA, también hay rieles que nos transforman en Pac-Man y que nos permiten desplazarnos y combatir de una manera diferente. Sobre esto, por más de que estéticamente quedan muy bien y es un lindo guiño constante a Pac-Man, la esfera es muy poco intuitiva de controlar. Shadow Labyrinth, de Bandai Namco. En cuanto a la exploración, el juego va de menos a más. Al principio los mapas son lineales al punto en que mientras lo jugaba me planteaba si realmente podía considerarse como algo metroidvania. Sin embargo, luego de unas horas, el juego cambia y se profundiza mucho y el mapa pasa de ser un laberinto interminable de puertas y conexiones. Quizás, hasta innecesariamente grande. El apartado de plataforma y mapa no está mal pero tampoco brilla. Aquí es donde más sentí un problema de ritmo. La lógica de los metroidvania es darte habilidades y maniobras para poder redescubrir lugares ya visitados y acceder a zonas que antes no podías. Shadow Labyrinth tarda mucho en darte nuevas formas de movimiento haciendo algunas etapas muy tediosas y largas, a mi criterio, de manera injustificada. Tanto es así que a las 10 horas de juego aún estás consiguiendo movimientos básicos como puede ser el doble salto. Shadow Labyrinth, de Bandai Namco. Por otro lado, el sistema de checkpoints y puntos de guardado también influyen en que la progresión de la entrega se sienta lenta. Hay mucha distancia entre algunos de estos puntos y, además, están diferenciados en dos. Las esferas de guardado que nos permiten mejorar a nuestro personaje, curarnos por completo y transportarnos a otros puntos iguales y las piedras de guardado o checkpoint que nos curan menos y no nos permiten transportar. De esta forma, morir, implica, muchas veces, volver a realizar un largo camino que no se siente para nada satisfactorio. Desde ya, el mundo de Shadow Labyrinth está lleno de secretos, coleccionables, pasadizos rompibles, atajos y hasta unas misiones que nos lleven al mundo de Pac-Man y donde peleamos contra los fantasmas clásicos en un modo de juego diferente. Me llama la atención como Pac-Man siendo uno de los juegos más accesibles y fáciles de jugar, termina siendo todo lo contrario en esta entrega. Controlar a Puck en los momentos de rieles no es para nada sencillo y traerá dolores de cabeza a más de uno. Shadow Labyrinth, de Bandai Namco. En definitiva, Shadow Labyrinth no es un mal juego pero sus limitaciones y problemas de ritmo atentan contra la experiencia del jugador. Más allá de eso, presenta un universo atractivo, visualmente es muy bonito y tiene algunos bosses interesantes. Sin embargo, teniendo en cuenta los altos exponentes del género, es una entrega difícil de recomendar salvo a fanáticos. 6 Un laberinto de ideas Shadow Labyrinth es un metroidvania basado en un universo alternativo de Pac-Man que genera sensaciones encontradas con una estética e ideas llamativas pero con un ritmo frustrante y un combate sin profundidad. Revisado en PlayStation 5 Plataformas: Nintendo Switch Nintendo Switch 2 PC PlayStation 5 Xbox Series S Xbox Series X
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