21/07/2025 22:15
21/07/2025 22:14
21/07/2025 22:14
21/07/2025 22:14
21/07/2025 22:14
21/07/2025 22:13
21/07/2025 22:13
21/07/2025 22:13
21/07/2025 22:13
21/07/2025 22:12
» Voxpopuli
Fecha: 21/07/2025 17:37
Esta brecha, que divide al mundo entre naciones con acceso a la «potencia informática» necesaria para desarrollar sistemas de vanguardia y aquellas que no, amenaza con reconfigurar economías, impulsar el descubrimiento científico y cambiar radicalmente la vida de las personas. La IA no solo desafía los modelos pedagógicos tradicionales; está desnudando una desigualdad tecnológica que podría dejar a regiones enteras, como la nuestra en Latinoamérica, en una desventaja irreparable. La IA Invade Aulas y Oficinas: ¿Estamos Liderando la Transformación? El impactante porcentaje de uso de IA en estudiantes, revelado por una encuesta de ScholarshipOwl a más de 12.000 jóvenes, se inscribe en un fenómeno mucho mayor. Oscar Schmitz, coach transformacional y autor de «La Gran Transformación», advierte que estamos ante un proceso que va más allá de la digitalización, afectando valores, cultura y modelos económicos. En un mundo donde el 45% de las tareas será automatizable antes de 2025, quedarse quieto ya no es una opción. Schmitz enfatiza: «La integración de tecnología no debe reemplazar lo humano, sino liberar su potencial creativo y empático». La pregunta crucial es si estamos liderando esta transformación o simplemente siendo arrastrados por ella, especialmente cuando la capacidad de hacerlo depende de una infraestructura digital que no todos poseen. Una Divisoria Global: ¿Quiénes Tienen la «Potencia Informática»? La inteligencia artificial está marcando una nueva y profunda grieta geopolítica y económica. Solo un puñado de naciones –principalmente Estados Unidos, China y la Unión Europea– concentran más de la mitad de los centros de datos más potentes del mundo, cruciales para desarrollar los sistemas de IA más complejos. Esto significa que solo alrededor del 16% de las naciones cuentan con esta «potencia informática». Esta disparidad crea nuevas dependencias y una carrera desesperada para no quedar excluido de una revolución tecnológica que podría reordenar el poder global. La ausencia de esta infraestructura básica en gran parte del planeta no es solo un problema de conectividad; es una cuestión de soberanía, desarrollo y acceso a las herramientas que definirán el futuro. Del Aula a la Empresa: La IA Como Herramienta y Desafío La irrupción de la IA no se limita a los estudiantes. El Talent Trends Report 2025 de Randstad revela que el 81% de las empresas ya la aplica en distintas áreas de su negocio, y un porcentaje significativo la usa para la búsqueda y gestión de talentos. Esto evidencia una reconfiguración de roles y estructuras que exige resiliencia y culturas de aprendizaje. Para la Generación Z, los menores de 34 años, la IA es una herramienta cotidiana. Desde Roy Lee, exestudiante de Columbia que escribió el 80% de sus trabajos con ChatGPT y hoy dirige una startup de «soluciones automatizadas», hasta los tutoriales virales sobre cómo «recibirse con IA», la realidad es que aplicaciones como ChatGPT, Grammarly o Google Gemini son parte de su arsenal. Esta realidad nos obliga a repensar la educación. No se trata solo de si los estudiantes «hacen trampa», sino de cómo preparar a las futuras generaciones para un mundo donde la IA es ubicua, y cómo asegurar que todos tengan las mismas oportunidades de acceso y aprendizaje en este nuevo paradigma. Diez Claves de la Transición: Un Llamado a la Inclusión La «Gran Transformación» abarca diez aspectos clave, desde la transformación silenciosa en las estructuras empresariales y la integración de tecnología y humanidad, hasta la necesidad de un liderazgo ético, ética digital y gobernanza, y el desarrollo de la resiliencia organizacional. Los datos se consolidan como un activo estratégico, pero lo más relevante es el imperativo de la inclusión y sostenibilidad, y la inversión crítica en infraestructura digital para evitar la exclusión regional. El futuro ya no es solo digital; es un renacimiento de valores humanos amplificados por la tecnología. Sin embargo, para que este renacimiento sea equitativo, es fundamental cerrar la brecha digital y garantizar que la «Gran Transformación» sea una oportunidad para todos, y no solo para unos pocos privilegiados.
Ver noticia original