21/07/2025 05:51
21/07/2025 05:50
21/07/2025 05:43
21/07/2025 05:43
21/07/2025 05:43
21/07/2025 05:43
21/07/2025 05:42
21/07/2025 05:42
21/07/2025 05:41
21/07/2025 05:40
» Elterritorio
Fecha: 21/07/2025 01:31
Kicillof definía cabezas en la Primera y la Tercera, y el kirchnerismo se reservaba prioridad para las nacionales. Karina, dueña de la lapicera en la sociedad con el PRO. Radicales lograron sumar a macristas descontentos domingo 20 de julio de 2025 | 20:54hs. Reuniones, contra reuniones, amenazas de quiebre, unidad, ruptura, todos adentro, intendentes afuera. Frenéticas horas finales en el cierre de listas para las elecciones desdobladas de septiembre en la provincia de Buenos Aires, que finalmente se extendió hasta el lunes. La información que llegaba desde La Plata cambiaba a cada minuto. Ocurrió lo predecible: las alianzas se cerraron a la fuerza, entre socios unidos por espanto y por necesidad, y la negociación por las listas podía dinamitar las bases de acuerdos resbalosos. Se tensó hasta el final. Abundan ahora figuras de peso -candidaturas que huelen testimoniales- en todas las fuerzas para una fecha clave del calendario electoral, por sus posibles resonancias en octubre. Se inscribieron diez alianzas que se presentarán el domingo 7 de septiembre. Hubo prórroga hasta el lunes para el cierre final. La elección bonaerense es una de las fechas claves en este año electoral, de cara a las legislativas nacionales de octubre. El PJ provincial presentó el frente Fuerza Patria. La Libertad Avanza sumó a sus filas al PRO, mientras que la UCR integra el frente Somos Buenos Aires con peronistas no kirchneristas, la CC y el GEN. Por un lado, el peronismo llegó a esta instancia con la interna descarnada entre el Movimiento Derecho al Futuro de Axel Kicillof y La Cámpora de Máximo Kirchner, en el contexto de un justicialismo que discute nuevos liderazgos desde antes de la detención de Cristina. En esos diretes llegó a las 00 sin definiciones y a la madrugada se desconocían las listas. Por otro, tomó cuerpo una alianza entre La Libertad Avanza y el PRO bajo el predominio violeta, más una imposición de condiciones que una negociación entre fuerzas. Las internas peronistas no son novedad, acaso ahora solo subió el voltaje y la desprolijidad, al tiempo que se difumó el verticalismo que el PJ requiere para ordenar la tropa. En tanto, el joint venture entre el partido de Milei y el de Macri era un hecho previsible por la tiranía de los números, aunque esa necesidad no le quita valor como acontecimiento. Por su parte, la UCR buscó a sus socios naturales como la Coalición Cívica y sumó a los desencantados del PRO que no avalaban integrarse a la lista violeta. También inscribió bajo el sello Somos Buenos Aires a peronistas residuales (como el intendente de Tigre Julio Zamora) y a sectores de centro, como los espacios de Juan Schiaretti o Facundo Manes. Un “tira y afloje” para otra elección local que gana una inédita trascendencia. La anterior, los comicios porteños de mayo para renovar bancas de la Legislatura. En aquella oportunidad, hubo un escenario inverso, de fragmentación al extremo. Una dispersión que corrió de la cancha a los discursos locales y a los exsocios de Juntos por el Cambio. También fue una suerte de línea de largada para 2027 y una pulseada abierta entre el PRO y LLA para establecer criterios de cara a la nacionales. Ganaron los libertarios y arrastraron a los amarillos a una alianza en Provincia, donde la lapicera quedó en manos de Karina. Lo que menos se discutió en mayo fueron planes para la Ciudad. Con ese mar de fondo, las elecciones del 7 de septiembre tienen también una importancia pocas veces vista. No habrá arrastre de cargos nacionales tras el desdoblamiento, y la cercanía con la fecha nacional llevó a un coincidente análisis en todos los campamentos: lo que ocurra en suelo bonaerense determinará el score en la nacional del 26 de octubre, cuando Javier Milei se jugará la gobernabilidad del segundo tramo de su mandato. Las fuerzas políticas tomaron nota de los errores estratégicos de mayo y ahora determinaron que era mejor el frentismo, aunque sea a los codazos, que una marcha en soledad al precipicio.
Ver noticia original