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» Voxpopuli
Fecha: 18/07/2025 20:15
El último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha encendido las luces de alarma para la economía argentina. A contramano del crecimiento del 7,1% interanual en la IED de Latinoamérica, nuestro país experimentó una marcada caída en 2024. Las estadísticas del Banco Central son contundentes: los flujos netos de IED se desplomaron un 54% en 2024 respecto a 2023, pasando de US 23.866 millonesa apenas US10.996 millones. Un claro síntoma de que el interés de las empresas extranjeras por establecerse en Argentina se ha esfumado. La situación, lejos de mejorar, se agrava drásticamente en el presente año. Los datos de los primeros cinco meses de 2025 son alarmantes: la IED en Argentina registró un saldo neto negativo de US$1.679 millones. Este es, de hecho, el peor resultado en al menos los últimos 10 años. Este déficit se compone de ingresos por solo US 551millones y una abrumadora salida de US2.190 millones, lo que confirma y profundiza la tendencia negativa observada el año anterior. Este panorama desolador revela la profunda dificultad del gobierno de Javier Milei para atraer capitales, incluso con la sanción a mitad de 2024 del promocionado Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). La promesa de un tsunami de inversiones parece haber quedado en una mera ilusión, con los inversores optando por retirar sus capitales en lugar de apostar por el país. Si bien Argentina tuvo una participación destacada en el sector de hidrocarburos, con un aumento del 44% en las inversiones, este nicho específico no logró compensar la debacle general. La CEPAL advierte que el incremento de las inversiones regionales fue traccionado principalmente por la reinversión de utilidades de empresas ya establecidas, mientras que los aportes de capital nuevo continúan estancados, reflejo del «bajo interés de nuevas empresas por localizarse en la región». Y en el caso argentino, este desinterés se tradujo directamente en una sangría de divisas. El informe de la CEPAL también lanza una alerta sobre el potencial impacto de los cambios en las políticas arancelarias y comerciales de Estados Unidos, que podrían influir en las decisiones de inversión futuras y en las cadenas de suministro. En un contexto donde Estados Unidos se consolida como el mayor inversor en la región, la salida de capitales de Argentina adquiere una relevancia aún mayor, subrayando la urgencia de estrategias que logren revertir esta preocupante tendencia. La fuga de dólares y la caída de la inversión extranjera directa en Argentina durante 2024 y, con mayor crudeza, en 2025, representan un desafío crucial para la economía. La falta de confianza y el retiro de capitales no solo comprometen la capacidad de crecimiento, sino que también ejercen una presión adicional sobre las reservas y la estabilidad cambiaria. El desafío es inmenso y las señales actuales no invitan al optimismo.
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