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Parana » Ahora
Fecha: 18/07/2025 11:41
* Se vuelve lisa el agua después del despegue, se repite en su tersura aunque antes haya habido tantos cuerpos encimados. Hileras de macás, la elegancia de las garzas, el destello de los bichos que despliegan alas tornasol. Los círculos como grandes O abiertas se callan. ¿Nadie escucha los gritos silenciosos del agua? Una familia de patos desparrama sus huellas, en las orillas los boqueos de las mojarras sobre la superficie dejan otro rastro, las tortugas asoman la cabeza y replican el movimiento indeciso de las cosas que pretenden ser vistas apenas, las moscas chiquitas de las pudriciones zumban sin alarde. El agua vuelve a su condición de agua por más que arriba de ella nos zambullamos y hagamos burbujas en su panza. Mansa se deja deformar y verter hacia los lados, escarcharse quieta con la helada, esfumarse con el fuego del calor. Agua y vapor, las nubes como un techo derrumbado en el reflejo bruto del cristal blando. Hombres y mujeres nos juntamos a mirarla hasta ya no verla, el agua no es espejo, es disolución de nuestra imagen. ¿Será el agua la fuga de los tiempos y de las vidas? Ayer un cura bendijo panes y los tiró al río. Dijo que estaban buscando a un muchacho, que el pan es el cuerpo de Cristo y que donde se arremolinaran las piezas podrían encontrar al hijo que la madre espera aún en la orilla. Harina y agua forman el pan. El cuerpo leuda en el fondo. Es también el alimento de otras especies. Si esa madre arrojara una red y la llenara de algas y de peces, sostendría entre escamas a su hijo. El primer movimiento dentro de su panza, con los coletazos del embrión podría hacer un altar en su palma. En la tierra avistamos aves, miramos con envidia las cosas que flotan. Nos hundimos en problemas. Pero la madre guarda migas en su mano. Ajusta el puño como a una cruz. Amarra su fe en los muelles. Acompaña a los pescadores en sus canoas. Madre del agua, se va convirtiendo en camalote, la raiz blanda como otro pecho que el hijo ajusta con su paladar.
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