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  • Secuenció los genomas de 1.400 “superancianos” y afirma que la herencia genética no es tan determinante como se creía

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 18/07/2025 08:49

    El estudio de Eric Topol revela que la genética no es el factor clave para la longevidad saludable (Captura de video) El caso de la señora L.R., una paciente de 98 años que asistió sola a consulta tras conducir su propio automóvil, resultó emblemático para Eric Topol fundador y director del instituto Scripps Research en Estados Unidos. A pesar de no contar con antecedentes familiares de longevidad —sus parientes cercanos habían fallecido jóvenes—, L.R. llevaba una vida activa tanto social como mentalmente, practicando la pintura y manteniéndose conectada con su entorno. Para el especialista, su historia simboliza el potencial de un envejecimiento pleno, más allá de la carga genética. De acuerdo con BBC, el interés de Topol por descifrar los secretos de los “superancianos” desembocó en uno de los mayores estudios poblacionales del área. Durante más de seis años, él y su equipo reclutaron y secuenciaron el genoma de cerca de 1.400 personas mayores de 85 años que no habían padecido enfermedades crónicas ni dependían de medicación prolongada. El ejemplo de los superancianos desafía los límites de la medicina tradicional y redefine el envejecimiento saludable El hallazgo principal fue, según Topol, “liberador”: la genética desempeña un papel secundario en la longevidad saludable, aunque interviene en menor medida. La mayoría de los superancianos del estudio carecían de patrones familiares de vida extensa, lo que sugiere que otros factores influyen más que la “suerte biológica”. El estudio determinó que la clave del envejecimiento saludable reside principalmente en un sistema inmunológico robusto y equilibrado. En diálogo con BBC Mundo, Topol explicó que estos individuos presentan una respuesta inmune eficaz, capaz de ofrecer protección frente a afecciones cardiovasculares, neurodegenerativas y oncológicas, sin registrar respuestas inflamatorias excesivas. El término “inflammaging”, que fusiona inflamación y envejecimiento, describe cómo el control de la inflamación sistémica resulta esencial para evitar el deterioro físico y cognitivo. Topol señala que el estilo de vida es el principal modulador de la salud inmunitaria: una dieta antiinflamatoria basada en plantas, la práctica regular de ejercicio, descanso adecuado y una activa red de vínculos sociales favorecen un funcionamiento óptimo del sistema inmune. Un sistema inmunológico robusto y el estilo de vida son determinantes en el envejecimiento pleno, según la investigación de Topol A partir de estos resultados, Topol subraya la importancia de la prevención primaria en el abordaje del envejecimiento. Advierte sobre los riesgos de la pseudociencia y las promesas de soluciones milagrosas, enfatizando que los hábitos saludables y el equilibrio en el estilo de vida constituyen la única estrategia comprobada científicamente. Se muestra optimista respecto al avance de la medicina de precisión, que permitirá anticipar y abordar riesgos específicos de cada individuo antes de la aparición de enfermedades crónicas, gracias al análisis de biomarcadores personalizados y la inteligencia artificial. Así, la prevención podrá transformarse en una intervención proactiva y adaptada a cada persona. El cardiólogo aclara que nunca es tarde para adoptar rutinas beneficiosas. Afirma que el ejercicio físico es la intervención médica más eficaz disponible en la actualidad. No se trata de realizar rutinas extremas: caminar, montar en bici, trabajar la fuerza o el equilibrio colaboran en fortalecer la inmunidad, prevenir enfermedades neurodegenerativas y aumentar la protección ante cáncer o problemas cardiovasculares. Ejemplos como el de Richard Morgan, quien comenzó a entrenar a los 70 años y alcanzó el título de campeón mundial de remo indoor con 93, demuestran el impacto transformador del movimiento sostenido. A la par del ejercicio, una dieta equilibrada y el sueño profundo cumplen papeles esenciales. Está demostrado que la alimentación vegetal y mediterránea disminuye la inflamación sistémica y que dormir de manera continua favorece la limpieza de toxinas cerebrales, previniendo enfermedades cognitivas. Además, la interacción social y la vida en entornos naturales aportan beneficios medibles a la salud mental y física en la vejez. Topol concluye reconociendo que, pese a los avances científicos y tecnológicos, sigue aprendiendo de sus pacientes. Décadas de consulta le han enseñado a cuestionar los límites de la medicina tradicional y a observar cada caso desde una perspectiva humana. La vida de la señora L.R. y su vitalidad continúan inspirando a Topol a difundir los conocimientos que allanan el camino hacia una longevidad no solo más extensa, sino también más saludable y plena.

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