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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 17/07/2025 20:46
La investigación, liderada por la Universidad de Kioto, no halló pruebas de que los perros formen reputaciones sobre las personas (Imagen Ilustrativa Infobae) Durante años, la idea de que los perros pueden “juzgar” a las personas ha circulado tanto entre amantes de los animales como entre científicos. Muchos dueños confían en el instinto de sus mascotas para interpretar el carácter de quienes los rodean. Sin embargo, una investigación de la Universidad de Kioto, cuestiona esta creencia. Según el estudio, publicado en Animal Cognition (de Springer), los perros domésticos no presentan pruebas de formar reputaciones sobre los humanos, ni siquiera después de interactuar o presenciar comportamientos generosos o egoístas. El trabajo, realizado en el Clever Dog Lab de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, Austria, involucró a 40 perros de diferentes edades y desafía la percepción de que los canes evalúan socialmente a las personas. ¿Pueden los perros detectar a una “buena persona”? El gran experimento europeo El experimento con 40 perros de distintas edades mostró que no distinguen entre humanos generosos y egoístas (Imagen Ilustrativa Infobae) Un equipo internacional, liderado por Hoi-Lam Jim, sometió a cuarenta perros domésticos a un desafío inédito: poner a prueba su habilidad para distinguir entre personas generosas y egoístas. El ensayo dividió a los animales en tres grupos según su edad: jóvenes, adultos y senior. Todos participaron en pruebas que simulaban situaciones de reparto de comida con dos humanos desconocidos. Las condiciones variaron entre interacción directa, observación de otro perro y una situación control sin presencia canina. En cada escenario, uno de los humanos compartía comida con el animal, mientras el otro rehusaba hacerlo. Para asegurar imparcialidad, los científicos asignaron roles y colores de vestimenta de forma aleatoria y documentaron cada reacción con marcadores en el suelo y cámaras de video. El experimento reveló algo sorprendente: los perros, sin importar su edad ni experiencia, no mostraron tendencia clara a elegir al humano generoso. No importó si habían interactuado o solamente observado, su comportamiento no superó los niveles que se esperarían por azar. La precisión metodológica del estudio permitió descartar sesgos y reforzó la validez de los resultados. Según explicó Hoi-Lam Jim en el comunicado de prensa emitido por la universidad japonesa, “está claro que la formación de la reputación puede ser más compleja de lo que se creía, incluso para animales como los perros que cooperan estrechamente con los humanos”. Tanto la primera elección de los animales como el tiempo que dedicaron a cada persona arrojaron datos similares, sin diferencias estadísticas relevantes. Instinto, intuición y ciencia: ¿qué dice la evidencia sobre el “sexto sentido” canino? El debate científico sobre la intuición canina persiste, pero la evidencia actual no respalda la creencia popular (Imagen Ilustrativa Infobae) El debate acerca de si los perros evalúan a las personas ha estado vivo en la comunidad científica. Algunos experimentos previos con perros sugerían la existencia de ese “sexto sentido” para juzgar a los humanos según su comportamiento. Sin embargo, otros trabajos contradicen esa idea y muestran resultados inconsistentes, incluso en especies reconocidas por su inteligencia social, como los lobos o los chimpancés. En gatos, la evidencia favorece la hipótesis de que son indiferentes al carácter humano, probablemente por su historia evolutiva solitaria. Los caballos, en contraste, parecen identificar a individuos amigables en interacciones directas, aunque la evidencia en pruebas de observación es menos clara. El caso de los perros es especialmente intrigante: pese a ser animales altamente cooperativos y domesticados para convivir con las personas, la ciencia aún no logra consenso sobre su capacidad para formar reputaciones. El nuevo estudio aporta claridad y rigor a este debate. Modelos estadísticos avanzados, un diseño libre de sesgos y una muestra diversa fortalecen sus conclusiones: los perros no parecen distinguir a una persona generosa de una egoísta en un entorno experimental controlado. La posibilidad de que factores como la motivación, el tipo de prueba o señales sutiles de los experimentadores influyan en los resultados sigue abierta y será clave en futuras investigaciones. Tal como reconoció el equipo de Hoi-Lam Jim, aún no existen pruebas concluyentes de que los perros evalúen socialmente a quienes los rodean. La creencia popular, si bien arraigada, choca con la realidad de los datos científicos más recientes. Más allá del mito: la convivencia humano-canina La ciencia aún no encuentra pruebas concluyentes de que los perros tengan un 'sexto sentido' para juzgar a los humanos (Imagen Ilustrativa Infobae) ¿Por qué los perros no “juzgaron” a los humanos en el laboratorio? Los investigadores aventuran varias hipótesis. Una de ellas señala que los canes domesticados reciben premios y buen trato de manera regular, por lo que pueden no sentirse motivados a diferenciar entre personas generosas y egoístas dentro de una prueba experimental. Además, la presencia constante de comida puede distraer y desenfocar la atención del animal, impidiendo la formación de una reputación clara basada en la observación. A pesar de la falta de evidencias en este contexto, los científicos no descartan que los perros sí puedan evaluar a las personas en otros escenarios, especialmente fuera del ambiente doméstico. Por ello, el futuro de esta línea de investigación apunta a comparar diferentes poblaciones caninas: perros en libertad, de servicio o policía, y seguir afinando los métodos experimentales para captar posibles diferencias sutiles o contextuales. En resumidas cuentas: ni la edad, el grupo o la experiencia previa influyeron en la capacidad de los perros para formar reputaciones. El misterio persiste. La relación entre los humanos y los canes sigue siendo una fuente inagotable de preguntas científicas, desafíos y sorpresas; y ese “instinto infalible” que muchos atribuyen a los perros para juzgar a las personas aún no ha sido comprobado.
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