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» El litoral Corrientes
Fecha: 15/07/2025 19:56
Jorgesimonetti.com “VAAAMOOOO TOTO…!!! IPC 1,6%, lo festeja los argentinos de bien y lo llora toda la mandrilandia. Fin” Javier Milei, posteo en X A esta altura del partido, debemos reconocer que el principal activo del gobierno del Presidente Milei es la baja de la inflación. Por segundo mes consecutivo, el índice del precios al consumidor que mide el INDEC se ubicó por debajo del 2% (junio: 1,6%), lo que en términos generales constituye una buena noticia para la ciudadanía en general. Los argentinos, que estamos formados en una cultura inflacionaria, somos expertos para navegar en aguas tumultuosas y conocemos algunas maneras de neutralizar los efectos de las subas de precios, aunque finalmente terminemos siempre más pobres. En este rubro, la receta libertaria fue anunciada en la campaña electoral de 2023, y practicada durante los dieciocho meses de gobierno: la eliminación del déficit fiscal y, consecuentemente, la no impresión de moneda para eventualmente financiarlo. La ortodoxia liberal, uno de cuyos representantes más conspicuos fue Milton Friedman, de la escuela de Chicago, indica que la inflación es siempre un fenómeno monetario. Más pesos en la economía, más poder de compra y consecuentemente más demanda, que culmina en el aumento de precios. “Por segundo mes consecutivo, el índice inflacionario se ubicó por debajo de los dos puntos porcentuales” Por ello, los libertarios entendieron que el objeto fundamental de la política macroeconómica es la disciplina monetaria. Y para lograr tal cosa, debía eliminarse la necesidad de financiamiento de un estado gordo e ineficiente. La motosierra fue el instrumento representativo de la política gubernamental. En el sentido expresado, días pasados dijo el presidente en un discurso en la Bolsa de Comercio que “tarde o temprano la tasa de inflación va a colapsar, porque la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario.”. Y pareciera que mal no le va con su decisión, se muestra como un jinete enérgico para la doma de la inflación, y comienzan a verse sus efectos. John Maynard Keynes conforma la otra parte de la biblioteca. Postula la intervención del Estado en la economía para estabilizarla, especialmente durante períodos de crisis. La idea central es que la demanda agregada, impulsada por el gasto público y la inversión, es el motor de la actividad económica. El New Deal, implementado por el presidente norteamericano Franklin D. Roosvelt, se inspiró en la teoría económica de Keynes, para rescatar al país de las consecuencias de la Gran Depresión en la década de 1930. Así, aplicando esta teoría, con la inversión en obras públicas, la creación de empleos y programas de asistencia social, logró reactivar la economía y reducir el desempleo. El keynesianismo es mala palabra para los monetaristas, y lógicamente para Javier Milei. Lo cierto es que, mas allá del aspecto teórico de las posturas, el gobierno está domando la inflación con la ortodoxia monetaria. “El gobierno apuesta a que con la baja inflacionaria y la no emisión de moneda, el resto -como la reactivación económica, la creación de empleo de calidad y la recuperación del salario- lo acomodará el mercado” En pocas palabras. Por el lado de los monetaristas, disciplina fiscal y monetaria, el resto lo acomoda el mercado. Para el keynesianismo, la participación activa del estado en la promoción de las actividades económicas, y la creación de empleo. Ahora cabe preguntarse: ¿qué le sigue al superávit fiscal y la reducción de la inflación? ¿Qué nos propone el gobierno hacia adelante? Hasta ahora, nada. Supuestamente el resto vendrá por añadidura a la eliminación de la inflación. El gobierno tiene para mostrar la reducción de los índices de pobreza. ¿Es este número el desiderátum del éxito del gobierno libertario? Días pasados, entre insultos a periodistas y políticos, Milei lanzó un número importante: en el último año, once millones de personas salieron de la pobreza. El cálculo se había difundido unos días antes. Se trataba de una proyección con base en datos del Indec realizada por el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS). El cálculo parece raro. Son muchos los expertos que opinan que la consecuencia negativa de la baja inflacionaria es la recesión y la falta de creación de empleo de calidad. Y, debemos decir, que el fenómeno negativo también se produjo con la convertibilidad, cuyos estertores finales generaron la crisis de proporciones de 2001. Pero, parece que hubiera un choque entre la realidad y las estadísticas, o sea entre lo que pasa y lo que los números dicen que pasa, o tal vez, de modo diferente, lo que dice la temperatura y lo que apreciamos como sensación térmica. “Pareciera que lo que pasa y lo que los números dicen que pasa, no son lo mismo. La paradoja de muchos hogares de no llegar a fin de mes” Porque si vamos a consultar a lo que la gente percibe en su economía familiar, pareciera que existe un fenómeno distinto a las cifras, cuál es la paradoja de no llegar a fin de mes. Según un relevamiento del economista Fernando Moiguer, el 50% de la clase media confiesa no llegar a fin de mes con sus ingresos, número que se eleva considerablemente en las capas más bajas. ¿Es posible, entonces, la convivencia de una baja inflacionaria con la disminución de la capacidad de gasto de los hogares? A esta altura, es casi inoficioso cuestionar en números la exitosa baja de la inflación, pero también es difícil contraponer la realidad del aumento de familias que subsisten con ingresos que generalmente fueron por debajo de los índices. Si tenemos en cuenta la estación de la que partimos, diciembre de 2023 con una carga casi imposible de sostener, seguramente las comparaciones serán exitosas para el gobierno libertario. Pero, mientras vamos sumando kilómetros en el viaje hacia una realidad mejor, las aspiraciones ciudadanas comienzan a variar. Y no será sólo la inflación baja la que reclamaremos, también lo haremos con la reactivación económica, la creación de empleo formal y la actualización de los ingresos. Por lo pronto, “vaaamoooo Toto”, que nos trajo hasta aquí. ¿Alcanzará el combustible para llegar a octubre?
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