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  • Shein: el lado oculto del gigante chino que redefine el consumo de ropa en la Argentina

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 14/07/2025 16:33

    Las importaciones vía courier, entre enero y mayo, subieron 58% frente a igual período del año pasado. REUTERS/Dado Ruvic La plataforma online de moda ultra fast fashion Shein se consolidó como uno de los mayores actores en el mercado local con precios bajos y envíos rápidos, en el marco de la desregulación del comercio exterior. El debate se centra en sus prácticas de producción, el debate por el impacto ambiental y la tensión con la industria textil nacional. La empresa con sede en Singapur, que opera desde Guangzhou, China, aprovecha un contexto local marcado por la apreciación cambiaria y la búsqueda de precios más económicos. Ofrece prendas a valores que, en algunos casos, resultan significativamente más bajos que los precios locales, incluso con impuestos de importación. En este sentido, según fuentes del sector, las importaciones vía courier, entre enero y mayo, subieron 58% frente a igual período del año pasado, con tecnología, ropa y accesorios liderando la demanda. Asimismo, se estima que el 80% de la ropa importada a través de este sistema ingresa a través de Shein. Esto se ve también en redes sociales, donde decenas de influencers postean videos mostrando las prendas adquiridas. La empresa con sede en Singapur opera desde Guangzhou, China (REUTERS/Casey Hall/File Photo) En muchos casos, los mismos usuarios afirman que compraron porque era muy barato, pero los productos terminaron siendo de mala calidad. Así, la plataforma se convierte en un incentivo constante al consumismo. De todos modos, al mismo tiempo implica una ventana de acceso a la indumentaria para los sectores de menor poder adquisitivo. El modelo de ultra fast fashion que la compañía consolidó se apoya en una estructura productiva cuyas condiciones laborales han sido fuertemente cuestionadas. En Panyu, un distrito de Guangzhou conocido como el “pueblo Shein”, miles de fábricas trabajan casi sin pausa para abastecer al gigante chino del fast fashion. Según un informe de la BBC, la producción se sostiene con jornadas de hasta 75 horas semanales, en contravención de las leyes laborales chinas que limitan la semana a 44 horas. Muchos trabajadores solo descansan un día al mes y cobran por pieza, con sueldos que oscilan entre 4.000 y 10.000 yuanes al mes, por debajo de los estándares de salario digno sugeridos por ONG internacionales. “Si un mes tiene 31 días, trabajo 31 días”, le dijo un trabajador al medio. Por otro lado, las autoridades de Corea del Sur revelaron que parte de la ropa infantil vendida por Temu, AliExpress y Shein contienen sustancias que pueden ser tóxicas, como cadmio y plomo. De acuerdo al informe del Gobierno Metropolitano de Seúl, algunos artículos han excedido hasta en 622 veces los límites legales de sustancias tóxicas. La ONU estima que el sector de la moda representa entre 8% y 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (REUTERS/Dado Ruvic/Illustration/File Photo) En materia ambiental, el modelo de moda ultra rápida genera preocupación por su volumen de desechos textiles. La ONU estima que el sector de la moda representa entre 8% y 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, más que todo el transporte marítimo y los vuelos internacionales combinados. En América Latina, la problemática de residuos textiles y la informalidad en la disposición de prendas usadas es objeto de debate en los foros internacionales. Puntualmente, las emisiones derivadas del transporte de productos hacia y entre instalaciones de Shein, así como a los clientes —incluidas las devoluciones—, sumaron 8,52 millones de toneladas métricas en 2024, frente a 7,49 millones en 2023. Esto representa una suba del 13,7 por ciento. La industria nacional, que alerta por las prácticas de dumping, no es la única afectada por la irrupción del fenómeno. Shein causa estragos también en otros mercados, incluso más consolidados. Por caso, Forever 21, ícono del fast fashion fundado en 1984, anunció su segunda declaración de quiebra en Estados Unidos y el cierre de más de 200 locales. La marca no logró sostenerse frente al boom de las plataformas asiáticas. Otros países ya están tomando medidas para proteger sus fábricas y mitigar la contaminación generada: después de que una investigación destapara numerosas prácticas comerciales engañosas hacia sus consumidores, Francia le impuso a Shein una sanción por 40 millones de euros. Sucede que entre octubre de 2022 y agosto de 2023, la DGCCRF realizó un análisis detallado de miles de productos vendidos en la tienda online de Shein. Los inspectores constataron que la empresa incrementaba el precio de ciertos artículos antes de aplicarles descuentos, creando así una falsa impresión de rebajas importantes. El Parlamento Europeo respaldó recientemente la propuesta de Bruselas para aplicar un arancel de 2 euros a las compras realizadas en plataformas online de bajo costo, como Shein y Temu. La medida apunta a las adquisiciones de pequeño valor a proveedores extracomunitarios, con la condición de que el costo no recaiga en el consumidor final y se ajuste a las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Ya la Unión Europea venía investigando varias infracciones de Shein a su legislación como los falsos descuentos, la presión a los consumidores para que completen sus compras o las etiquetas engañosas. En esta línea también, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, acusó a China de inundar los mercados globales “con un exceso de capacidad subsidiada que su propio mercado no puede absorber”.

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