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  • Cuando la disrupción se vuelve permanente: cómo cambian los consumidores y qué deben hacer las marcas para crecer

    » Rafaela Noticias

    Fecha: 14/07/2025 14:33

    Cuando la disrupción se vuelve permanente: cómo cambian los consumidores y qué deben hacer las marcas para crecer El consumidor del presente ya no es el mismo que el de hace cinco años. A partir del impacto de la pandemia de COVID-19, muchos de los cambios que en principio parecían transitorios terminaron por consolidarse en nuevas formas de habitar, comprar y vincularse con las marcas. Según especialistas en tendencias de consumo, estamos frente a un escenario de transformación profunda donde la disrupción dejó de ser una excepción para convertirse en la norma. Aunque el mundo se ha reabierto, la incertidumbre no desapareció. Por el contrario, las preocupaciones por la inflación, el alza de precios y la inestabilidad global conviven con un fenómeno paradójico: los consumidores siguen gastando. Lo hacen de forma más selectiva, fragmentada y emocional. Las antiguas fórmulas que buscaban predecir sus decisiones ya no alcanzan. Las cinco fuerzas que moldean el consumo actual Más tiempo en soledad y en línea. El teletrabajo, la hiperconectividad y la vida centrada en el hogar llegaron para quedarse. Esto ha elevado las expectativas de los consumidores, que hoy exigen rapidez, conveniencia, bajo costo y fiabilidad, especialmente en el comercio electrónico. Canales digitales influyentes pero poco confiables. Aunque las redes sociales son una fuente de interacción constante, son también las menos confiables al momento de tomar decisiones de compra. Aun así, su influencia crece, obligando a las marcas a desplegar estrategias auténticas y personalizadas en múltiples plataformas. El poder de la generación Z. Los jóvenes nacidos entre 1996 y 2010 redefinen la adultez y el éxito personal, priorizan la estabilidad financiera sobre los hitos tradicionales y están dispuestos a pagar más por comodidad. Su comportamiento marcará el pulso del consumo en los próximos años. Lo local gana terreno frente a lo global. A medida que los consumidores valoran más la cercanía y la identidad local, las marcas multinacionales deberán adaptarse a los gustos regionales, repensar su cadena de valor y actuar con mayor sensibilidad cultural. Una nueva ecuación de valor. Frente al alza de precios, los consumidores reconfiguran sus prioridades: ajustan el presupuesto en algunas categorías para permitirse indulgencias en otras. La percepción de valor ya no es lineal y exige una mirada más profunda por parte de las marcas. Cuatro estrategias clave para crecer Frente a este nuevo consumidor —más exigente, digital, fragmentado y cambiante—, las empresas que quieran seguir siendo relevantes deberán enfocarse en cuatro imperativos: Conocer de cerca al consumidor. Construir una visión integral que combine datos propios, escucha activa en redes y herramientas de inteligencia artificial para personalizar productos y experiencias. Optimizar la gestión del crecimiento. Ajustar precios, promociones y surtido con inteligencia analítica, y rediseñar las alianzas con retailers para generar valor real en cada punto de contacto. Adaptar la cartera con agilidad. Invertir en fusiones, adquisiciones o desinversiones que permitan capturar nuevas fuentes de ingresos. El comercio electrónico y los modelos de negocio emergentes serán clave. Transformar las capacidades tecnológicas. Incorporar inteligencia artificial y rediseñar estructuras para anticiparse al cambio. Quienes lo hagan podrán mejorar hasta 15 puntos en sus márgenes operativos, con una ventaja competitiva sostenible. En un mundo donde las certezas se desdibujan, el éxito dependerá de la capacidad de las marcas para adaptarse, escuchar y actuar con precisión. La disrupción ya no es un episodio: es el nuevo paisaje donde se juega el futuro del consumo.

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