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» SL24
Fecha: 14/07/2025 13:26
Facebook Twitter LinkedIn WhatsApp El precio internacional de la harina de soja, principal producto de exportación de la Argentina y columna vertebral del modelo agroindustrial del Cordón Industrial San Lorenzo–Timbúes, tocó fondo. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en junio de 2025 el precio FOB se ubicó en US$281 por tonelada, el nivel más bajo en 15 años. Se trata de un golpe sensible para el principal rubro que fabrica y exporta la cadena aceitera de la región. La caída del precio, explican desde la BCR, es el resultado de una combinación de factores: mayor necesidad global de aceite de soja (que obliga a procesar más poroto y genera sobreoferta de harina), guerra arancelaria entre EE.UU. y China, y la irrupción de harina estadounidense subsidiada que desplazó al producto argentino en varios mercados asiáticos. “El ingreso de harina norteamericana altamente subsidiada a los mercados asiáticos, impulsado por los programas de biocombustibles en EE.UU., es la principal razón del desplome de nuestros valores FOB”, afirmó Gustavo Idígoras, presidente de Ciara–CEC, entidad que nuclea a las principales aceiteras del país. El complejo soja en su conjunto aportará este año US$16.322 millones en exportaciones, según proyecciones de la BCR, ubicándose como el tercer valor más bajo de los últimos 15 años. De ese total, la harina de soja explicará US$9.044 millones, seguida por el aceite (US$6.255 millones) y el poroto (US$3.160 millones). A pesar del mal momento, la harina de soja argentina sigue siendo la más competitiva del mercado global. De hecho, China reactivó compras del producto nacional por primera vez desde 2019, al aprovechar el bajo precio. La noticia trajo un pequeño respiro al sector, aunque el contexto sigue siendo desafiante. Mirá también El agro santafesino en alerta: fuerte reclamo por la presión impositiva y la caída de la rentabilidad “La demanda global de aceites, sobre todo el de soja, crece por políticas de biocombustibles. Eso encarece el aceite, pero genera sobreoferta de harina”, explicaron Bruno Ferrari y Julio Calzada, autores del informe de la BCR. En la región del Up River, donde se concentra más del 80% de la molienda nacional, las consecuencias ya se sienten: menor ritmo de embarques, pérdida de rentabilidad y mayor presión fiscal. El Cordón Industrial depende directamente de este flujo de comercio para sostener empleos, transporte, logística y actividad económica. Desde el sector advierten que, si no se revierten estas condiciones internacionales y no se acompaña con políticas internas de alivio impositivo y promoción, el motor exportador más poderoso de Argentina puede seguir perdiendo tracción.
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