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» La Capital
Fecha: 14/07/2025 10:31
Ya sin tanta convulsión emocional, el Canalla debe potenciar su alicaído fútbol, algo que no logrará sólo con la presencia de Angelito Di María Angelito Di María celebra de cara a los hinchas tras convertir de penal. Su reestreno en el Canalla fue con gol incluido. Si es cierto que el fútbol es un estado de ánimo, como alguna vez dijo Jorge Valdano , Central dejó pasar una enorme chance de arrancar con el pie derecho en el torneo Clausura. Es simple de razonar: el ánimo era el mejor y lo único que se respiraba en el Gigante de Arroyito , desde varias horas antes del inicio del partido, era expectativa, euforia y entusiasmo por la vuelta de Ángel Di María . Todo eso duró hasta el empate sobre el cierre del encuentro por parte del Tomba. Es decir, no había un mejor escenario para sacar provecho de toda esa adrenalina de la previa, del gol de Fideo, del hombre de más que tenía. Con muchísimo camino por recorrer todavía, a este Central de Ariel Holan seguramente le quedó de aprendizaje de que el simple entusiasmo no lo conducirá a ningún lado. Es conveniente remarcar que Central (el equipo y sus hinchas) se enfrentaban a un día especial, propio de un inicio de torneo, pero con el condimento del regreso de Fideo (por qué no también el de Alejo Veliz), por lo que era de esperar que la focalización en el partido en sí y en la importancia de los tres puntos no fuera del todo sencilla. Era entendible y fue, en cierta forma, algo de lo que ocurrió. Tampoco fue una jornada en la que los lamentos ganaran la pulseada, amén de la calentura que a todos les quedó por esos dos puntos perdidos cuando el partido se moría. Pero todo ese entusiasmo, esa locura, esa expectativa ya pasaron. De aquí en más Holan y sus jugadores se verán en la obligación de hallar la forma de que Central vuelva a ser un equipo sólido, confiable y con capacidad de desequilibrio. Fideo2HR.jpeg Fideo Di María ya experimentó en carne propia la dureza con la que se marca en el fútbol argentino. Héctor Río / La Capital Quién puede dudar de la talla futbolística de Angelito Di María. Nadie. Pero a Fideo no podrá hacer todo solo. Tampoco Alejo Veliz. Tampoco Nacho Malcorra. Tampoco Jaminton Campaz. Y la lista se podría hacer extensiva al resto de los futbolistas. Di María ya sintió el rigor Para que Di María pueda sacar provecho de su jerarquía será necesario en primera instancia que su adaptación al fútbol argentino la adquiera cuanto antes. Es que ya en su primer partido tras el regreso vivió en carne propia la forma en la que se juega, en la que se marca y en el poco respeto que le tendrán por más campeón del mundo que sea. No fue víctima de un maltrato físico desmesurado ni mucho menos, pero estos primeros 90 minutos sí le sirvieron para darse cuenta de que acá se juega a otra cosa. Y el furor por su regreso a Central fue totalmente entendible, pero ya pasó. A partir de ahora, Di María tiene que ayudar a Central y Central tiene que ayudar a Di María. Esto es lo que tiene que aparecer en Arroyito, esa capacidad de lograr que Central vuelva a ser el de antes, el de casi todo el torneo Apertura. >>Leer más: Ángel Di María volvió y gritó el gol soñado para una fiesta que al final fue inconclusa Por las dudas, se recuerda nuevamente lo difícil que pudo haber sido abstraerse de ese entorno de locura que se vivió en la previa, pero futbolísticamente al equipo le costó, más allá de los palos en la rueda que intentó meterle Godoy Cruz con ese partido de lucha que le puso sobre la mesa. CampazHR.jpeg Jaminton Campaz es uno de los jugadores más desequilibrantes de Central, pero está lejos de su nivel. Héctor Río / La Capital Holan y Malcorra coincidieron Holan tiró una idea en conferencia de prensa que minutos más tarde fue refrendada por Ignacio Malcorra. Ambos coincidieron que frente a un trámite en el que el equipo tiene mucha más posesión que el rival, el no poder entrarle es una pata flaca, algo a corregir. El tema es que esto que le ocurrió frente a Godoy Cruz fue muy similar a lo que le sucedió un par de semanas antes, en el partido contra Unión, por Copa Argentina, en el que quedo eliminado por la vía de los penales. Y eso de San Nicolás fue bastante similar a ese último partido del Apertura, que terminó con la eliminación a manos de Huracán. MalcorraHR.jpeg Ignacio Malcorra no pudo conducir en la medida que él pretendía y el equipo necesitaba. Héctor Río / La Capital Central no tiene que reinventarse porque hasta hace cuatro partidos (con Estudiantes, por los octavos de final del Apertura) se hablaba de un Central sólido, confiable, imbatible en el Gigante y firme candidato al título. Lo que sí tiene que hacer es recuperar la memoria. Y para ello necesita de todos, de Holan y de los futbolistas. >>Leer más: Malcorra: "El dueño de las pelotas paradas es Ángel, lo que hicimos fue un acting" El salto de calidad no está en discusión No está en discusión el salto de calidad que aportará Angelito Di María, pero esa generación de juego que Central necesita restaurar no llegará por arte de magia ni por el aporte exclusivo de Fideo. Pasó el emotivo momento del reestreno de Di María con la camiseta de Central, lo disfrutó el protagonista en cuestión y también los hinchas. De aquí en adelante la emoción y el entusiasmo debe venir desde otro lado. El cambio de chip es innegociable y tras el furor del fenómeno Di María lo que deberá abrirse paso en el Canalla es el fútbol.
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