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» Diario Cordoba
Fecha: 14/07/2025 10:26
Como en la pasión y muerte de Cristo, todo se ha consumado. Estoy -estamos- en Fuengirola. Esto quiere decir que ha concluido la fase de preveraneo -los preparativos- y entramos de lleno en el veraneo. Lo cierto es que dudo si incluir el desplazamiento hasta aquí en el preveraneo o hacerlo en el veraneo; podría ser una subfase intermedia entre uno y otro, pero precisamente es la que muchos de ustedes esperan que cuente. Mis amigos dicen que a ver qué invento este año para despertar mayor interés. ¡Como si en los años anteriores hubiera inventado algo! ¡Como si no fuera suficiente hacer un viaje en coche con un loro y una perra que no se pueden ni ver! La perra -Kira- no ha perdido sus instintos cazadores y trata de atrapar al loro -Homero- que, aterrorizado, intenta pasar desapercibido en su transportín. Le he explicado muchas veces a Kira que Homero lleva veintidós años en la casa -once más que ella- y que la antigüedad es un grado, pero Kira, tan lista para otras cosas, en esto es bastante cerril, así que en el coche hay que marcar bien las distancias entre una y otro, sujetándola fuertemente con su arnés de seguridad y separándola de Homero a base de maletas, bolsas y bultos que, a modo de barricada, hagan imposible el ataque. Durante muchos años también me traje un olivito bonsai, que era la niña de mis ojos. El ardiente viento terral lo secó en una tarde. Irremisiblemente. De nada sirvieron riegos, vitaminas y mimos; aquí murió. Curiosa coincidencia que los mismos amigos que me animan a inventar, hayan añadido a mi equipaje un bonsai de haya para que lo cuide mientras ellos se van de vacaciones a Ibiza. Ahora tengo que vigilar que la hayita no se estrese para poder devolverla lo mismo que me la han entregado. No sé si viajar entre el odio de Kira y el miedo de Homero le habrá afectado, pero ahora ocupa un lugar privilegiado y, de momento, no hay terral. El resto, como siempre: el coche cargado hasta los topes. Además de lo habitual -maletas, libros, ordenador, nevera portátil...- he incorporado al equipaje una freidora de aire y un perol de 40cm. de diámetro. Parecía que ya no podía caber nada más, pero al pasar por la Fuente de la Hiedra vi una especie de mercadillo y fui incapaz de pasar de largo. Compré un melón, ciruelas amarillas, cerezas y dos kilos de alcaparrones aliñados. Y cupieron. Claro que Kira tuvo que compartir su asiento con la nueva aportación. Me esperaba mi hijo Álvaro para ayudarme. A medida que sacaba cosas del coche los ojos se le desorbitaban. Resumió su impresión en dos palabras: «Estáis locas». Creo que se refería a mi madre, a la perra y a mí. *Académica
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