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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 14/07/2025 09:44
En el corazón del barrio Ex Molino, enfrente de viviendas entregadas hace casi tres décadas, sobresalen dos viejos rieles de ferrocarril instalados en vertical. Lejos de transmitir seguridad, estos hierros oxidados son motivo de inquietud para las familias que conviven con ellos desde hace más de treinta años. “Yo sé que en el 94 se entregaron las viviendas. Y sí, 30 años más o menos hace. Más de 30 años. Y esto está desde que nosotros vinimos”, relató. A su vez, los rieles tienen cerca cables en desuso que cruzan a diferentes alturas, junto a fachadas desgastadas por el paso del tiempo. Un poste de alumbrado, igualmente antiguo, apenas refuerza la iluminación de la cuadra. “Siempre pensamos que en cualquier momento puede pasar algo. Una tormenta, un viento fuerte… y se puede venir todo abajo. Hubo una vez que la tormenta, de lo fuerte que era, empezó a mover todo y se temblequeaba”, contó la vecina,. La sensación de vivir al lado de un posible accidente es compartida: “Esto debería haberse cambiado hace años. Pero como siempre, todo queda así. Hasta que pase algo”, sumó otra mujer. El contraste entre la necesidad habitacional que impulsó el barrio a inicios de los noventa y el abandono posterior es evidente: soluciones provisorias que se volvieron definitivas, mientras las familias conviven con el riesgo. Los rieles, testigos mudos de la falta de inversión y control, permanecen firmes, aunque cada vez más deteriorados. “No hay inspecciones, no hay mantenimiento… y la verdad que da miedo. Imaginate un cortocircuito o que se caiga un cable con la gente pasando por acá. Hasta ahora no pasó, pero en cualquier momento sí”, advirtió otra vecina, señalando los cables que rozan balcones y ventanas. “Aparte este barrio siempre fue abandonado, se caracteriza por la humedad que hay en toda la zona y las horribles cloacas que nadie cuida”. Las imágenes tomadas por Despertar Entrerriano muestran con claridad la precariedad de la estructura: los rieles metálicos, originalmente diseñados para sostener el paso de trenes, hoy sostienen cables de media y baja tensión que abastecen a decenas de departamentos. Los vecinos conviven con estos rieles desde el momento en que se mudaron, sin que en todos estos años se hayan reemplazado por estructuras más seguras. “Todo riesgo desde que vinimos”, resume la vecina con resignación. La historia de estos rieles verticales, que llevan más de treinta años desafiando el paso del tiempo y la seguridad, pone en evidencia la falta de mantenimiento en barrios históricos de la ciudad y reabre el debate sobre la infraestructura eléctrica y urbana en sectores populares. Fuente: Despertar Entrerriano
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