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  • El actor de Hollywood atravesado por la tragedia familiar: padre asesinado, hermana acuchillada y dos hermanos cazados por un tiburón

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 14/07/2025 04:31

    El asesinato de su hermana Karen y otras pérdidas violentas impactaron profundamente en la vida del actor Kelsey Grammer (REUTERS/Mario Anzuoni/File Photo) Algunos lo llamarían azar. Otros más fatalistas, destino. Lo cierto es que el discurrir de los acontecimientos, sin que nadie pudiera hacer mucho para contrariarlos, supuso para el actor, productor y guionista norteamericano Kelsey Grammer, tanta dicha como desgracias. Además de cosechar aplausos y premios sobre la alfombra roja de Hollywood, la mano oscura que suele mover los hilos de la existencia humana, cargó también sobre sus espaldas las peores pesadillas. El paraíso y el infierno Kelsey nació el 21 de febrero de 1955 en la paradisíaca St. Thomas, en las Islas Vírgenes. Su madre Sally Sullivan era una conocida bailarina y su padre, Frank Allen Grammer, músico aunque también tenía un café llamado Greer ‘s Place y editaba la revista Virgin Islands News. Poco meses después de nacer Karen, la segunda hija de la pareja, se divorciaron. Sally no encontró otra salida posible que volar de regreso a Nueva Jersey donde vivían sus padres. Fueron los abuelos maternos quienes ayudaron con la crianza de Kelsey y Karen. Mientras, del segundo matrimonio de su padre Frank, a quien no vieron por un buen tiempo, nacieron cuatro hermanos más: John, Billy, Stephen y Betty. Pasados unos años, en busca de un clima más benévolo, Sally con sus hijos y con sus padres se mudaron a Pompano Beach, en el estado de Florida. Fue por esa misma época que los chicos volvieron a ver a Frank, quien seguía viviendo en la isla de St. Thomas. En 1967 Gordon, el abuelo materno de Kelsey y su principal soporte emocional, sucumbió con rapidez ante un cáncer muy agresivo. Esa pérdida lo golpeó como ninguna hasta ese momento: Kelsey tenía 12 años y, por primera vez, miraba la cara de la muerte. Era solo el comienzo. Un año después, al cumplir los 13, ocurrió el homicidio de su padre Frank en St. Thomas. Corría el turbulento año 1968. Luego del asesinato de Martin Luther King Jr. eran tiempos de fuertes tensiones raciales. Esa noche, al ver que un sujeto estaba prendiendo fuego su auto estacionado en la puerta de su propiedad, Frank salió a confrontarlo. Terminó derribado frente al coche por dos disparos certeros ejecutados por ese taxista enfurecido. La segunda mujer de Frank vio lo que pasaba desde dentro de su casa. Cuando escuchó al agresor amenazar con arrancar el auto y pasar por encima de su marido caído corrió desesperada. Tironeando de su marido inerte intentó quitarlo del camino. Fue inútil. Frank, con solo 38 años, ya estaba muerto. El hombre que lo asesinó fue declarado inimputable y enviado a un psiquiátrico. Con el tiempo fue liberado, pero volvió a ser encarcelado luego de amenazar con matar al juez de su caso. Algunos trascendidos indicaron que el hombre era un sujeto sumamente violento que odiaba a los blancos y que habría tenido a Frank en la mira por algún artículo que no le había gustado de la revista que publicaba. Kelsey no tendría mucho tiempo para reponerse de esta segunda muerte. En pocos años vendría un dolor más desgarrador todavía. En su vida profesional, Kelsey lleva cosechados cinco premios Emmy (cuatro por Doctor Frasier y uno por ponerle voz al villano de Los Simpsons) y tres Golden Globe (Television Academy via ZUMA Wire) ¿Dónde está Karen? Kelsey tenía 20 años y Karen 18 cuando ella se mudó a Colorado Springs, en el estado de Colorado, para poder estar más cerca de su novio que trabajaba en un local de la cadena de restaurantes Red Lobster. Ella consiguió un empleo en el mismo sitio ubicado sobre South Academy Boulevard y compartía cuarto con una amiga. La noche del lunes 30 de junio de 1975 Kelsey Grammer habló con Karen un buen rato. No sabía que sería la última charla con su adorada hermana. Ella le dijo que planeaba volver a Florida luego del feriado del 4 de julio para verlos ya que faltaban dos semanas para su cumpleaños 19. Cuando pasado el feriado Karen no llegó a la casa familiar, Kelsey se alarmó de inmediato. No era una conducta propia de su hermana. Hizo la denuncia en la policía local por su ausencia. Por otro lado, no fue hasta que la compañera de habitación de Karen en Colorado Springs avisó que la joven no había vuelto a dormir desde hacía un par de días que la policía pudo atar los cabos sueltos. Tenían el cadáver de una joven muerta sin poder identificar. Los detectives unieron los datos y los agentes terminaron yendo a golpear la puerta de Kelsey Grammer en Florida. Le dijeron que tenían un cuerpo de una joven desconocida en el estado Colorado y que creían podía ser su hermana. Kelsey viajó para reconocerla. Era Karen. Fue él quien tuvo que decirle a su madre lo ocurrido. Para peor el cuerpo mostraba el horror de las numerosas violaciones que había padecido antes de ser asesinada. A partir de esto Kelsey entró en una etapa oscura, en un espiral de alcoholismo y de drogas. Sentía culpa, angustia y rabia. Se hundió en una depresión: “La extrañaba desde mis huesos -dice-. Yo era su hermano mayor. Se suponía que debía protegerla y no pude”. Mientras, la investigación rearmó los pasos de Karen la noche del 30 de junio. Después de hablar con su hermano Kelsey, ella había ido hasta el restaurante Red Lobster para esperar a que su novio terminara su turno laboral. Grammer enfrentó adicciones y depresión tras la muerte de su hermana En el sitio y a la hora equivocados Llegó cerca de las 23 horas y esperó fuera sentada en la entrada. Karen estaba lamentablemente en el sitio y a lo hora equivocados. Con el paso de las semanas los hechos fueron esclarecidos: su victimario era un hombre violento llamado Freddie Glenn, de 18 años. En las semanas anteriores al homicidio de Karen, Glenn había comenzado con un raid infernal junto a su cómplice, el soldado destinado a Ft. Carson Michael Corbett (20). Primero, el 19 de junio secuestraron a Daniel Van Lone, un cocinero de 29 años, cuando salía de su trabajo en el Hotel Four Seasons. Quisieron robarle, pero en su lugar le dispararon directo a la cabeza aunque el chef rogó por su vida. Ocho días después de este crimen, el 27 de junio, se toparon con otro soldado llamado Winfred Proffitt (19). Intentaron venderle marihuana, pero todo acabó con Corbett clavándole su bayoneta. Fue la segunda víctima mortal. Corbett le diría luego a la policía que quería saber qué sentía al matar con un cuchillo. Pocos días después el dúo fue con otros dos amigos igualmente salvajes al restaurante Red Lobster. La intención era cometer un asalto, pero no tuvieron suerte. Cuando se iban del local vieron que Glenn ya tenía amenazada a Karen Grammer. Era una testigo peligrosa que podría reconocerlos y enviarlos a prisión por ese intento de robo. Se la llevaron por la fuerza a punta de pistola. Luego de robar un local de ropa, mientras ella estaba encerrada en el auto, la llevaron a un tráiler en un camping de casas rodantes donde la violaron entre todos en varias oportunidades. La joven lloraba y prometió no denunciarlos. Le dijeron que la llevarían de regreso a su casa. Glenn le tapó la cabeza y la condujo a un callejón del camping donde la apuñaló 42 veces y casi la decapitó. La dejó tirada, agonizando, y se marchó. En su último intento por sobrevivir Karen se arrastró gateando, de rodillas sobre su sangre, hasta la puerta de una camioneta. Murió sin ser socorrida esa madrugada del martes 1 de julio. Freddie Glenn, uno de los responsables del crimen de karen Grammer Catarsis sobre papel Tanto Freddie Glenn como Michael Corbett tuvieron demasiada suerte. Ambos fueron condenados a muerte por sus crímenes, pero la pena capital les fue conmutada por cadena perpetua cuando fue abolida en ese estado. Encima la ley le permitiría a Glenn pedir la libertad bajo palabra al cumplir los primeros diez años de reclusión. Kelsey estaba enfurecido. Siempre se opuso a que se la otorgaran y repitió hasta el cansancio que ese hombre era un monstruo y que el homicidio de Karen había devastado a su madre, a su abuela y a él mismo: “Ella era inteligente, decente y buena persona. Escribía poesía y adoraba la vida. Podíamos reírnos juntos por horas. Nunca superé su muerte. Se supone que debería haberla salvado. No pude. Eso me destruyó. Y cada vez que escuchamos que ese hombre monstruoso pide la libertad condicional todo el sufrimiento vuelve a comenzar”. En 2012, en el programa de Oprah Winfrey, Kelsey Grammer sostuvo que deseaba perdonar a los asesinos de su hermana si aceptaban su responsabilidad en el crimen. Aunque también aceptó que había perdido la fe en dios luego del horrendo crimen. En 2014 Kelsey dijo públicamente haberlos perdonado, pero que igual se negaba a aceptar la liberación: “Sería una traición a mi hermana”. El convicto Glenn le dijo al equipo de libertad bajo palabra que estaba arrepentido y que no recordaba haber violado a su víctima. No le creyeron. La policía tenía pruebas sólidas de que él se había turnado con los otros para abusarla a pesar de que la joven lloraba y pedía por su vida. Le negaron la libertad bajo palabra en 2009, en 2014 y en 2017. Sigue preso hasta el día de hoy y su próxima oportunidad de audiencia la tendrá en 2027. En 2019 el cómplice del asesinato de Karen, Michael Corbett, murió en la cárcel a los 64 años por causas naturales. Michael Corbett falleció preso y fue acusado de ser cómplice del asesino de Karen Este año, al cumplirse 50 años del crimen de su hermana, Kelsey Grammer hizo catarsis y publicó un libro sobre ella: A brother remembers (Recuerdos de un hermano). Allí explica los detalles horrorosos del caso. “Es difícil perdonar a una persona que a conciencia decidió matar a alguien que amas (...) Fue algo deliberado. Puedo darle el perdón, pero él no va a salir sin pagar por lo que hizo”, explicó. En un párrafo de su libro queda patente su desconsuelo sobre los últimos momentos de vida de Karen: “En mi imaginación el hombre que encontró en su puerta a Karen tenía que ser algo así como un buen samaritano. Pero estoy decepcionado de que ese hombre no intentara socorrerla. Solamente llamó a la policía y mientras la dejó ahí, como estaba su cuerpo, con sus ojos vacíos mirando el cielo, con sus piernas en los escalones y con su cráneo contra el suelo con uno de sus puños cerrado sobre su cabeza y con un dedo apuntando hacia algún lado… o a ningún sitio. Se había caído hacia atrás desde la puerta del tráiler luego de golpear pidiendo ayuda. Fue su última esperanza y decepción luego de haberse arrastrado unos 120 metros desde donde había sido acuchillada. Sus huellas sangrientas dejaron un sendero en los últimos momentos (...) Ella gateó sobre sus rodillas, buscando una pizca de vida. El perito que hizo la autopsia notó que por el orificio de su cuello él podía ver todo el recorrido interno hasta sus pulmones. Se estableció que casi fue decapitada. Freddie Glenn realizó agujeros en el cuerpo de mi hermana con una brutalidad inimaginable. Había heridas defensivas en sus manos. Lo que yo deseaba es que hubiera habido, en su final, algunos momentos amables por parte del extraño (aquel vecino al que le tocó la puerta), pero no hubo nada, nada de eso”. El célebre personaje de Kelsey Grammer: el psiquiatra Frasier Crane, conocido por su sofisticación, su agudo intelecto y su sentido del humor irónico (Paramount+) Más muertes violentas Del otro lado de la cortina de lágrimas a Kelsey el currículum se le llenaba de premios. Su vida como actor había comenzado allá lejos, en la etapa del secundario, estudiando teatro. Luego había ganado una beca de arte dramático en Juilliard School. Pero cuando ocurrió lo de Karen todos sus estudios se detuvieron y terminó siendo expulsado. Un tiempo después intentó recuperar su vocación y pasó tres años en el Old Globe Theatre en San Diego, California. En 1980 consiguió un protagónico y al año siguiente debutó en Broadway. Pero mientras su carrera despegaba ocurrió un nuevo cimbronazo en su vida. Dos de sus medio hermanos por parte de su padre, los mellizos Billy y Stephen, murieron durante una excursión de buceo y luego de un ataque de tiburón en St. Thomas. Era el 1 de junio (mes siempre fatídico para la vida de Grammer) cuando Billy (acaba de cumplir una semana antes los 18 años) bajó con su tanque a bucear mientras Stephen esperaba en la superficie. Al ver que su hermano no volvía de la inmersión, decidió ponerse el equipo y bajar con rapidez a buscarlo. En la desesperación algo salió mal. No lo encontró y subió demasiado rápido y ocurrió lo que se llama embolia gaseosa o aeroembolismo (es cuando una burbuja de aire entra en el torrente sanguíneo obstruyendo el flujo normal) que le produjo la muerte bajo el agua. Kelsey Grammer se casó cuatro veces y, a los 70 años, es padre de ocho hijos En minutos los mellizos estaban muertos. Kelsey Grammer reveló tiempo después que las autoridades habían pretendido cubrir la verdad de lo ocurrido. Había sido un ataque de tiburón pero como temía las consecuencias que podía tener eso en el turismo de la isla pretendieron ocultarlo. La familia sabía que el escualo había atacado el equipo de buceo de Billy y su cuerpo no pudo ser jamás recuperado. Sí hallaron el de Stephen que apareció en la costa y se comprobó el accidente del aeroembolismo. “Mi hermano Billy murió por ese ataque de tiburón. Fue extraño porque luego de eso aparecieron un montón de tiburones en la zona y uno de ellos tenía una mandíbula compatible con las mordidas encontradas en el equipo de buceo de Billy”, reveló. Fue por ese tiempo, dijo a la revista People, que “abandoné el esfuerzo para encontrar las razones de estar vivo. Hubo épocas en las que quise rendirme a la desesperación”. Pese a todo, su carrera siguió en ascenso y, en 1984, nació el personaje del doctor Frasier Crane. Kelsey se metió en la piel de ese psiquiatra de ficción y construyó un éxito que duró veinte años. En su vida profesional Kelsey lleva cosechados cinco premios Emmy (cuatro por Doctor Frasier y uno por ponerle voz al villano de Los Simpsons) y tres Golden Globe. El actor publicó un libro sobre el crimen de Karen al cumplirse 50 años del hecho Varios casamientos y el octavo hijo Su vida personal fue igualmente intensa. Se casó cuatro veces. La primera con la instructora de danza Doreen Alderman, de 1982 a 1990, con quien tuvo a su hija la actriz Spencer Grammer. De ella tiene a su único nieto. Volvió a ponerse en pareja en 1992 con una estilista con quien tuvo a Candace. Su segundo casamiento fue con Leigh Anne Csuhany. Duró solamente un año y se separaron con ella embarazada de tres meses. Kelsey contó el verdadero motivo: ella era abusiva, le había apuntado con un arma y le había disparado. Leigh terminó perdiendo ese bebé. En 1994 Kelsey conoció a Tammi Baliszewski en un bar de California. Ese mismo año aparecieron en la tapa de la revista People anunciando su compromiso y reconociendo públicamente el problema de Kelsey con el abuso de sustancias. La relación acabó mal. En 1997 Kelsey Grammer volvió a intentarlo con la bailarina y modelo Camille Donatacci a quien había conocido en una cita a ciegas. Tuvieron una bebé en 2001 a la que llamaron Mason y un hijo en 2004 al que le pusieron Jude. Ambos llegaron al mundo por vientre subrogado. La pareja era de alto perfil y sus casas magníficas y sus vidas quedaron reflejadas en las revistas especializadas en arquitectura. Kelsey Grammer junto a Camille Donatacci, de quien se separó en 2010 y con quien tuvo dos hijos (JUDIE BURSTEIN/ZUMA Wire) En 2008 mientras hacían paddleboarding en Hawaii Kelsey Grammer tuvo un ataque al corazón. Su corazón se detuvo totalmente. Lo reanimaron a tiempo y se salvó. “Todo lo que no te mata te hace más fuerte”, dijo él al recuperarse. El 1 de julio de 2010 Camille pidió el divorcio. El motivo se supo enseguida. Porque poco más de un mes después, el 12 de agosto de 2010, Kelsey anunció que sería padre por quinta vez con su novia Kayte Walsh, una azafata inglesa de 25 años hija del famoso jugador de fútbol americano Alan Walsh. Perdieron ese bebé, pero en diciembre anunciaron su casamiento que se llevó a cabo a todo trapo en el Plaza Hotel de Nueva York. En julio de 2012 esperaban mellizos, pero el varón murió antes de nacer y llegó solo una beba a la que llamaron Faith (Fe). Buen nombre para una vida tan enloquecida. Luego vinieron dos hijos más: Gabriel en 2014 y Auden James en 2016. Cuando nació el menor el actor tenía 61 años y sostuvo: “La belleza de ser un padre mayor es tener la posibilidad de volver a intentarlo. Estoy en un lugar donde siento que nunca fui más feliz con mi vida y mi trabajo”. No lo decía cualquiera, lo decía Kelsey Grammer quien se había diplomado como sobreviviente del dolor. Kelsey Grammer y Kayte Walsh, su última pareja, en la carpeta roja de 2017 (ZUMA Wire) En 2023 compró una casa en el pueblo del que era originaria su mujer en Portishead, Somerset, Inglaterra. En mayo de este año salió su libro sobre Karen y en junio anunció que con su mujer esperan el cuarto hijo de la pareja y el octavo para él. “Hubo un tiempo en que el dolor era tan grande y dominante que no podía sentir felicidad. El libro que escribí me ayudó a tener un lugar donde poner todos esos sentimientos”, dijo y también le permitió sacar a Karen del lugar de la víctima para que fuera conocida por lo que era, no por lo que le hicieron. Escribir este libro lo liberó y le brindó paz a sus 70 años. Su dramática historia quizá tenga mucho que ver con la manera en la que él pudo darle vida al personaje del doctor Frasier Crane. Ese psiquiatra mordaz y profundamente humano que lo condujo por el camino del éxito. El psiquiatra navegaba la vida como podía Kelsey navegar la suya. En un rompecabezas vital donde todo, siempre, tiene que ver con todo.

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