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  • Un enemigo silencioso para la polilla de la vid

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 13/07/2025 10:38

    Científicos del INTA y el Conicet desarrollan en Mendoza un biocida innovador que ataca al insecto más temido por los viñedos sin dañar el ambiente No tiene olor ni color, pero podría transformar para siempre el modo de proteger los viñedos argentinos. En un laboratorio del INTA en Luján de Cuyo, Mendoza, un grupo de científicos está probando una herramienta silenciosa pero poderosa: Silent, un desarrollo biotecnológico que apunta directamente al corazón de la Lobesia botrana, conocida como la polilla de la vid, uno de los mayores dolores de cabeza para la vitivinicultura local. Lejos de los pesticidas tradicionales y las feromonas importadas, este nuevo enfoque usa una estrategia de alta precisión genética para desactivar las funciones vitales del insecto sin afectar el entorno. El proyecto forma parte del trabajo que impulsa el Nodo de Innovación Cuyo del INTA, en articulación con el Conicet. Este nuevo enfoque usa una estrategia de alta precisión genética para desactivar las funciones vitales del insecto sin afectar el entorno. ¿Cómo funciona? Con genes, no con veneno El método detrás de Silent es tan innovador como prometedor. Se basa en la técnica de interferencia por ARN, un mecanismo natural de silenciamiento génico que, aplicado con fines científicos, permite apagar genes específicos del insecto. En este caso, se identificaron genes esenciales para el desarrollo de la polilla y se diseñaron moléculas de ARN de doble cadena (dsRNA) que los inhiben. “Elegimos genes clave del ciclo de vida de la Lobesia botrana y los silenciamos. Eso genera un efecto insecticida”, explicó Lucas Resa Jurin, becario del Conicet que trabaja en el laboratorio de Fitovirología del INTA mendocino. Las primeras pruebas, realizadas entre febrero y abril, mostraron un alto grado de eficacia: según detallaron los investigadores, la inyección de estas moléculas específicas provocó entre un 50 y un 80 % de mortandad en las larvas tratadas. El gran desafío: del laboratorio al viñedo Con estos resultados en mano, ahora el equipo busca adaptar la técnica para su uso en el campo. Y eso implica encontrar la mejor manera de aplicar el ARN sobre las plantas para que llegue a las larvas de forma efectiva. Una de las alternativas más firmes es una solución pulverizable, similar a los tratamientos foliares ya conocidos por los productores. “Estamos evaluando distintas formulaciones. La idea es que el producto final sea fácil de aplicar, accesible y, sobre todo, que no deje huella en el ambiente”, señaló Analía Díaz Bruno, directora del Nodo de Innovación Cuyo. Una herramienta nacional, sin tóxicos ni importaciones A diferencia de los productos actuales para el control de la polilla —insecticidas químicos o feromonas importadas de alto costo—, Silent apuesta a ser una solución nacional, sustentable y de bajo costo. Además, al no dejar residuos tóxicos, se alinea con los estándares internacionales que exigen prácticas más amigables con el ambiente. Pero para que el proyecto llegue a escala, el equipo necesita aliados. “Desde el INTA no podemos producir masivamente, por eso buscamos licenciar el desarrollo a alguna empresa del sector agroquímico que lo lleve al mercado”, explicó Díaz Bruno. Una esperanza silenciosa para la vid La Lobesia botrana no da tregua. Ataca los racimos, debilita las plantas y abre la puerta a enfermedades fúngicas, afectando tanto la calidad como el rendimiento de la uva. Frente a ese escenario, Silent se perfila como una alternativa esperada: sin ruido, sin residuos, sin barreras para los productores. La ciencia, una vez más, pone su ingenio al servicio del campo. Y aunque todavía queda camino por recorrer, el futuro de este desarrollo podría marcar un antes y un después en la forma de cuidar los viñedos argentinos. Fuente: Inta

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