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  • La razón oculta por la que a China se le va la vida en conseguir el control del Tíbet y no es el Dalái Lama: «Es una cuestión de supervivencia para ellos»

    » Corrienteshoy

    Fecha: 12/07/2025 22:41

    La razón oculta por la que a China se le va la vida en conseguir el control del Tíbet y no es el Dalái Lama: «Es una cuestión de supervivencia para ellos» En los últimos días se ha hablado insistentemente sobre el Dalái Lama, su sucesor y las interferencias de Pekín en este proceso. Sin embargo, como explica a ABC Rafael Martín Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas, si analizamos el asunto con más profundidad, «hay que entender el interés de China en el Tíbet, no desde la perspectiva del Dalái Lama —que es la excusa o el telón de fondo — sino sobre todo en clave geopolítica e incluso de supervivencia para los chinos». El Tíbet posee abundantes recursos minerales —litio, uranio, cobre, zinc u oro— y una posición estratégica privilegiada que puede fortalecer o debilitar gravemente a China. «Si China perdiera el Tíbet, quedaría desnuda defensivamente en la entrada hacia los valles centrales. En antiguas dinastías, muchas invasiones entraron por esta zona, y su obsesión siempre ha sido la seguridad territorial», añade Rodríguez.Pero el dato clave es que el Tíbet también es conocido como la 'Torre del Agua', pues sus reservas hídricas abastecen a una gran parte de la población mundial al ser la cabecera de los principales ríos de Asia: el río Amarillo, el Yangtsé, el Mekong, el Yarlung Tsangpo-Brahmaputra al Ganges, entre otros. A lo largo de estos cauces, millones de personas dependen del agua para uso doméstico, agricultura, generación de electricidad e industria. «Esta región suministra agua a aproximadamente 200 millones de personas, por decirlo de manera sencilla», detalla Fernando Cortiñas, profesor de IE Business School. Por ello, se ha acusado a China de estar librando una sigilosa guerra del agua.Los ríos que nacen en la meseta tibetana captura'Tercer polo': un recurso para gobernarlos a todosMaría del Mar Hidalgo García, en su análisis 'El agua del Tíbet: un recurso vital para China', señala que la meseta tibetana es la más grande y elevada del mundo. Situada en el centro de Asia, está rodeada por las montañas más altas del planeta: al oeste por la cordillera de Karakorum, al norte por la cadena montañosa de Kunlun y al sur por la cordillera del Himalaya. Ocupa una superficie de 2,5 millones de kilómetros cuadrados de este a oeste.Noticias relacionadas Un misterioso proyecto China provoca inquietud con el mayor trabajo de ingeniería del mundo Alexia Columba Jerez El 'héroe americano perdido' que cambió la historia de China y del mundo: «La cosa más estúpida que este país haya hecho jamás» alexia Columba JerezEsta enorme meseta, junto con el Himalaya, el Hindu Kush, los Pamir y las montañas Tian Shan, forman el conjunto montañoso que llaman 'el tercer polo', pues contiene las terceras mayores reservas de agua dulce del planeta, solo por detrás del Ártico y la Antártida . Su potencial para abastecer de agua a toda Asia es indiscutible, y China lo sabe, y usa también sus numerosas presas. «Casi la mitad de las 58.000 presas del mundo son de China» , explica Hidalgo.«Quienes hemos visitado el Tíbet y visto esas fuentes de agua sabemos que es absolutamente impresionante. A 4.800 metros de altura, se observan corrientes continuas que bajan por las montañas. La cantidad de agua es increíble», comenta Rodríguez. Hidalgo también destaca que de los diez ríos que nacen en la meseta tibetana, ocho son transfronterizos y fluyen a través de dieciséis países, incluyendo China, India, Nepal, Tayikistán, Pakistán, Afganistán, Bután, Myanmar, Bangladesh, Camboya, Tailandia, Turkmenistán, Vietnam, Uzbekistán, Laos y Kirguizistán.El control del Tíbet otorga e l poder de abrir o cerrar el grifo del agua, afectando a todos estos países y convirtiéndolo en una herramienta de diplomacia coercitiva . «En esencia, Pekín busca ser lo que siempre fue: el 'Reino del Centro', y aspira a ser el hegemón de su entorno. La mejor forma de controlar sus fronteras es con elementos coactivos lo suficientemente importantes para que los vecinos piensen dos veces antes de oponerse a China. Ahí entra el agua del Tíbet, que mantiene pacificados a la manera china a 14 países limítrofes con el gigante asiático», concluye Rodríguez.Una China extremadamente sedientaChina es también un país con una gran demanda hídrica. Hidalgo afirma que aunque alberga al 20% de la población mundial, solo dispone del 7% de los recursos hídricos. Tanto Rodríguez como Cortiñas coinciden en que la seguridad energética y alimentaria de China depende del acceso a este recurso vital. La supervivencia de enormes proyectos como la Nueva Ruta de la Seda está en juego, así como su influencia en Asia Central. «Para China, el Tíbet es el epicentro que le permite avanzar en su aspiración de convertirse en la primera potencia mundial y en una potencia hidrohegemónica. Se podría decir que el corazón que debe latir para asegurar la supervivencia del país», señala Hidalgo.Además, China podría enfrentar en las próximas décadas un déficit anual de 200.000 millones de metros cúbicos de agua debido al aumento de la demanda industrial y urbana. Ya en 2005, el entonces ministro de Recursos Hídricos advertía que China debía «luchar por cada gota de agua o morir». «La mayoría de los ríos que riegan la zona hasta las áreas costeras más pobladas e industrializadas provienen del Tíbet, y regiones como Sichuan, fundamentalmente agrícolas, dependen de ellos para sus cultivos y producción de frutas», apunta Rodríguez.La contaminación hídrica es otro grave problema: más del 85% de los cursos de agua de las principales ciudades están afectados. « Más de la mitad de la población consume agua contaminada con residuos orgánicos y más del 75% del agua superficial no es apta para uso potable ni para la pesca. Un 30% no es adecuada ni para la agricultura ni para la industria», escribe Hidalgo. Por ello, el control del Tíbet es crucial para China, y explica en parte sus tensiones con India, país donde el Dalái Lama está exiliado desde 1959.«China también está muy preocupada por el cambio climático. Aunque han contaminado mucho —eso es claro— siempre dijeron que nunca fueron negacionistas, pero igual que Occidente se enriqueció contaminando, ellos lo van a hacer también y cuando puedan sacarle un provecho a las energías verdes, como están haciendo ahora, entonces lo harán. Y para eso necesitan la fuerza de los ríos tibetanos », comenta Rodríguez.Tu debilidad es mi fortalezaTomemos como ejemplo el río Mekong , que nace en la meseta tibetana, en territorio chino. Con 4.350 km de longitud, atraviesa otros cinco países del sudeste asiático: Tailandia, Myanmar, Camboya, Vietnam y Laos. Cerca de 60 millones de personas dependen de este río, cuyo cauce provee el 80% de las proteínas que consumen. Hidalgo destaca la gran biodiversidad del Mekong y que su cuenca alberga la mayor pesquería de agua dulce del mundo, valorada en 17.000 millones de dólares anuales. También es rica en recursos energéticos y minerales como petróleo, gas, oro, cobre, plomo, potasio, carbón y piedras preciosas.«Vietnam está enfrentando a China construyendo islas artificiales, pero ¿qué sería Vietnam sin el Mekong? », señala Rodríguez. Por tanto, el Tíbet es una fortaleza no solo por sus recursos, sino también como herramienta de presión geopolítica. Pero es también una vulnerabilidad tanto para China como para sus vecinos.Borrar una identidad para convertirla en regional« Es un arma de doble filo para China . Países como Tailandia, mayoritariamente budistas, ven con sensibilidad el tema religioso. Por ello, China usa la figura del Dalái Lama para controlar el Tíbet, pero debe hacerlo sin mostrar una represión excesiva, para no perder la confianza de estos países», explica Rodríguez. Añade que mientras tanto, Estados Unidos e India usan la causa del Dalái Lama como punta de lanza, aunque cabe destacar que «India no ha reconocido formalmente al gobierno democrático tibetano porque sabe que hay una línea roja que no debe cruzar con China».Una represión muy fuerte podría desatar protestas en Mongolia y manifestaciones anti-chinas en países como Tailandia. Sin embargo, «China no tiene prisa. Poco a poco ganan terreno en el Tíbet para que este termine convirtiéndose en un destino turístico atractivo. El Tíbet abierto sería el parque de atracciones más impresionante del mundo, pero eso solo ocurrirá cuando entre el 80 y el 90% de la población deje de desear la independencia», afirma Rodríguez.El Partido Comunista Chino jamás permitirá que ningún poder espiritual supere su autoridad y planifica a largo plazo. Una estrategia habitual es trasladar población de cultura Han a las regiones que desean controlar, pero «con el Tíbet es más complicado por la altitud y las condiciones extremas», señala el experto de Comillas.Lo que sí ocurre, según Cortiñas y Rodríguez, es que el gobierno chino está desarrollando infraestructuras como trenes de alta velocidad y escuelas con tecnología moderna que enseñan exclusivamente en chino, promoviendo la idea de que eres tibetano, pero primero chino . Esto fomenta la pérdida de la identidad religiosa y cultural local, una estrategia que puede ser efectiva con las generaciones jóvenes tibetanas.Rodríguez aclara que China beneficia a las minorías étnicas siempre que no reclamen independencia; de lo contrario, aplica mano dura. «Si un Han necesita un 9 para ingresar en una universidad prestigiosa, un tibetano necesitará un 6. En la política del hijo único, los Han podían tener un hijo, los tibetanos hasta tres o cuatro. Así, generación tras generación, la identidad tibetana se convierte en meramente regional , mientras crece la presencia Han».Planificación ante todo: un futuro más caliente y exportador de aguaSobre si China podría desviar agua del Tíbet a zonas afectadas por sequías dentro o fuera del país, Rodríguez responde que el mundo chino es extremadamente planificador y el Partido Comunista aún más. «Esta posibilidad está en la hoja de ruta ante un futuro con menos agua en todo el mundo. En ciertas regiones de China ya hay planes para movilizar a 180 millones de personas al norte en caso de aumentos drásticos de temperatura y sequía», describe.Esta planificación extrema forma parte de su historia, marcada por la necesidad de defenderse de numerosos pueblos vecinos. Su miedo a la inseguridad les lleva a buscar el dominio económico, político y militar de su entorno, y a ser árbitros de las disputas regionales. «Su posición geográfica les ha dotado de esta capacidad de planificación».MÁS INFORMACIÓN Cómo China «se comerá» a Rusia: «La idea es recuperar sus tierras por las buenas o por las malas»En definitiva, «si China pierde el control sobre el Tíbet, fallaría su argumento histórico para reclamar otros territorios, algo que obsesiona a Xi Jinping, incluyendo Taiwán o zonas arrebatadas por los zares rusos». Y eso no lo permitirán. Rodríguez señala: «Si necesitan esperar 50 años para afianzar el control del Tíbet, lo harán. No tienen prisa», y saben exactamente lo que quieren. Fuente: https://www.abc.es/internacional/verdadera-razon-china-vida-conseguir-control-absoluto-20250713153903-nt.html

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