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» Data Chaco
Fecha: 12/07/2025 14:50
Una conversación con su abuela, vestidos antiguos, una mesa patas para arriba y un hilo rojo que no se corta. Desde esas fibras nace "Roja", la muestra de María Laura Ise que llegó para desplegar una historia hecha de afectos, tiempo y cuerpo. La exposición se encuentra en el Museo de Medios de Comunicación "Raúl Berneri" —dependiente del Instituto de Cultura del Chaco— y podrá visitarse hasta el 15 de agosto, con entrada libre y gratuita. La curaduría está a cargo de Luisa Bancalari, quien propone un recorrido donde cada objeto es una pista, una pequeña ofrenda visual que llama al encuentro. Dibujos, bordados, instalaciones, telares, audios, videos, textos y fotografía sublimada sobre tela construyen esta instalación inmersiva. Un mapa emocional que brota de una conversación ficticia entre la artista y su abuela materna, a través de vestidos y telas que, como cofres de memoria, contienen lo que fuimos y lo que nos abriga. "El rojo, hilo que atraviesa cada trazo, bordado y tejido, tejiendo un relato íntimo y familiar. Una instalación donde memoria y arte contemporáneo dialogan para contar historias que comunican más allá de las palabras", anticipaba la convocatoria. Nacida en Resistencia en 1980, María Laura Ise desarrolla su obra desde el cruce entre arte, investigación, docencia y curaduría. Doctora en Estudios Latinoamericanos por la UNAM (México), expone su trabajo de forma individual y colectiva desde 2010. Actualmente reside en Tierra del Fuego, donde es docente universitaria y forma parte del colectivo Clínica Amiga y del proyecto editorial Paraíso Tropical. "Un color nunca está solo" La frase corresponde a uno de los bordados presentes en la muestra, pero también puede interpretarse como una metáfora de la creación artística, que rara vez sucede en soledad. En ese contexto y en diálogo con DataChaco, María Laura respondió algunas preguntas en torno al proceso de creación de la muestra, el vínculo con su abuela como puente entre generaciones, el color rojo y el uso de las técnicas presentes en la muestra: bordado, tejido, y mucho más. DCH: Tu muestra parte de una conversación ficticia con tu abuela materna. ¿Cómo fue el proceso de transformar ese vínculo afectivo en una narrativa visual y textil? MLR:Todo lo que tiene que ver con Roja arranca con una fotografía, una puesta en escena con objetos rojos que me rodean y un relato escrito entre 2020 y 2021. Es un proceso largo y es un proceso que he ido charlando en algunas clínicas, sobre todo en una que tuve de varios años con Gabriela Caregnato en La Plata. También con mi grupo de la clínica Amiga y algunos meses también con un artista textil que se llama Guillermina Baiguera, que vive en Buenos Aires. Y con Luisa Bancalari comenzamos también una charla sobre Roja, con la particularidad de que conoce mi contexto de vida y familiar chaqueño. Compartimos mucho generacionalmente, aparte de intereses y personas en común, entonces con ella hice todo este seguimiento que se terminó transformando en esta muestra que se hizo en Ushuaia primero en mayo. La pensamos como proyecto para que suceda en estos dos lugares, tanto en Tierra del Fuego como en Resistencia. Sobre el proceso de transformar un vínculo afectivo, justo hoy pensaba cómo me sigue también tocando el tema de mi abuela materna, ella murió en el 2007, en un momento en el que yo ya vivía en México. Y fue retomar a través de esta producción un poco un diálogo con ella, que son diálogos que no tuve básicamente. Y también fue poder experimentar con el bordado y con el textil, teniendo el rojo, que era su color Fue seguir teniendo ese diálogo, porque en verdad, lo que me une a ella es todo este material textil que yo me encuentro en casa de mi madre, después sus hilos, sus retazos, y que yo empiezo a trabajar mi producción artística con el textil, desde que vuelvo a Resistencia a quedarme un tiempo, y después a vivir a Tierra del Fuego, después de 10 años en México, ahí me encuentro yo con el textil y un poco con su material. DCH: En Roja, el color adquiere múltiples sentidos: sangre, deseo, alimento, rebeldía. ¿Qué representa para vos el rojo como elemento central de esta instalación? MLR: A mí me interesó un montón porque también hay bastante escrito sobre el color rojo y sobre todas estas facetas que tiene, esta como polisemia, que con Luisa también lo fuimos trabajando, leímos sobre la historia de este color y un poco llegamos a esta conclusión de que tiene como un significado que fue cambiando con el tiempo a nivel social. En esta muestra el rojo se transformó en todo esto, en el alimento, en el afecto, en algo que me une obviamente a mí, a este linaje y lazo más materno, para mí sí tiene que ver con este costado afectivo, familiar, quizás como una especie, como pasa muchas veces con las familias, como diálogo inconcluso, que quedó como en ese rastro y para mí también el rojo obviamente se convirtió en eso y en una manera de profundizar también en la práctica artística. Es un color que también se convirtió en una excusa para seguir produciendo y haciendo lo que me gusta y eso también después se transforma en poder conocer a determinadas personas y comunidades, siento que el rojo también se puede transformar en un lazo que te vincula y te une con algunas personas. DCH:Trabajás con materiales y técnicas que históricamente se asocian a lo doméstico, a lo femenino, al cuidado. ¿Sentís que tu obra tensiona esas categorías o busca resignificarlas? MLR: Yo creo que pasan las dos cosas: la obra a la vez que tensiona, resignifica. Nos pasó, siempre digo - el nos por toda la charla con Luisa - de pensar puntualmente en las instalaciones que incluían esta tela de sofá, el pan y las bolsas vacías, la mesa dada vuelta, siento que ahí hay una tensión que me parece que es también propia del material textil que muchas veces se usó y el bordado en particular en un sentido crítico. Creo que son materiales que nos agrupan socialmente pero que a la vez por lo menos en esta muestra estaban tensionando en el espacio lo que tiene que ver con lo doméstico, pero a la vez todo lo que son los muestrarios, uno en particular que estaba al principio, de muestras chiquititas realizadas por personas que me las acercaron, que tenían esos materiales en su casa y los agrupamos en base al color y le dimos el nombre de autoría desconocida. También se resignifican al ponerlos en un espacio de circulación como una exposición. En general este tipo de muestras y de trabajo no se muestran así o no se han mostrado así o no han tenido un lugar central tampoco en el campo del arte sino todo lo contrario, han tenido como un espacio marginal y todo lo que es textil en general ha tenido dentro del campo del arte un lugar que es bastante marginal Yo creo que al volver a ponerlas en un espacio, al agruparlas, al ordenarlas, al clasificarlas, a darles como un valor, sí se resignifican desde otro lugar, desde otra mirada, entonces se las reubica en un espacio artístico de circulación, se las valoriza sobre todo. Yo creo que la atención también con lo doméstico está un poco también como crítica a nuestro contexto histórico y político nacional. Que estén presentes una mesa donde una no puede sentarse a comer y a reunirse, y las bolsas de pan agrupadas y vacías, donde debería haber comida. La emoción como territorio "La instalación nos invita a recorrer una cartografía visual y emotiva que desprende un aura roja desde los diferentes soportes de sus obras", explicó la curadora Luisa Bancalari. Bordados, dechados, piezas de telar, objetos, corsets, textos y vestidos se conjugan para poner en escena el afecto como vínculo que sostiene: la leche, el pan, los dientes, la columna vertebral, la piel, el amor de madres y abuelas. En palabras de Bancalari, Roja es también una invocación: "Invoca al rojo en su fuerza, en la sangre, el deseo, el tabú, la rebeldía, el amor y también el alimento, como la esencia que sobrevive en nosotros y en el tiempo". Actividades complementarias La muestra no llega sola: durante julio se realizarán encuentros abiertos al público para seguir hilvanando sentidos en torno al arte textil y las memorias afectivas. Viernes 19 de julio – 17:30: Conversaciones en torno a la obra. Roja: curaduría y montaje textil. Martes 22 de julio – 18:00: Recorrido guiado con la artista y la curadora. Martes 29 de julio – 18:00: Autoría desconocida, ronda de conversación en torno al textil. Notas Relacionadas
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