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  • El PJ se prepara para las elecciones: análisis del discurso, CFK en el horizonte y retos en la conformación de listas

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 12/07/2025 08:03

    “Sé que hay diferencias, pero ahora hay que postergarlas. Hay que pensar en el pueblo que está sufriendo. Milei ya dijo que va a pintar de violeta la provincia y que no hay más plata para nadie. Por eso hay que unirse”. Axel Kicillof intentó, en esta declaración, contribuir a reducir los focos de tensión existentes en el peronismo. Estas palabras surgieron en Pergamino, durante una recorrida oficial el jueves pasado. En su afirmación, se reveló una verdad innegable: las diferencias son reales y profundas, y solo han quedado relegadas por circunstancias de fuerza mayor. Si el calendario electoral no hubiera apremiado como lo hizo, el cruce de acusaciones habría continuado indefinidamente. Sin embargo, se ha detenido. Y esta es la mayor victoria que el peronismo posee en la actualidad. “Unidad, fuerza y coraje para construir una alternativa”, fue la frase elegida por Sergio Massa para presentar el primer video de campaña de Fuerza Patria, el nombre con el cual han decidido dar vida a la nueva alianza. El líder del Frente Renovador siempre estuvo convencido de que no habría ruptura. Fue el único, de las tres partes centrales de la negociación, que mantuvo la fe en que, a pesar de las múltiples grietas internas, el acuerdo se concretaría. En los otros dos sectores se flirteó con la ruptura, dispuestos a profundizar las diferencias. Esto tal vez se deba a que el principal conflicto en el kicillofismo radica con La Cámpora y no con el massismo. Con astucia y capacidad de influencia, el exministro de Economía fue también el único que mantuvo una línea abierta para hablar con todos al mismo tiempo. Pero lo más destacado es que lo hizo con Cristina y Máximo Kirchner, así como con Axel Kicillof. A pesar de ciertos movimientos políticos que provocaron desconfianza en La Plata y de una alianza con el kirchnerismo que todos aceptan, Massa siempre asumió el rol de nexo en medio de una guerra declarada. Un ejemplo de la sólida relación entre Massa y los Kirchner se evidenció ayer, cuando en Corrientes se alcanzó un acuerdo dentro del peronismo para que el referente del Frente Renovador, Germán Braillard Poccard, sea candidato a intendente de la capital y se sume al frente justicialista que postuló a Martín “Tincho” Ascúa como candidato a gobernador. Una de las últimas actividades públicas de CFK fue un viaje a la provincia del litoral para respaldar la candidatura de Ascúa, actual intendente de Pasos de los Libres. La asociación política entre la ex presidenta y el exministro se mantiene a flote sin inconvenientes, a pesar de las múltiples grietas internas que atraviesan al peronismo. La tregua alcanzada esta semana en la provincia de Buenos Aires logró cerrar algunas de esas fisuras que son evidentes a simple vista. “Todos se dieron cuenta de que había que detenerse. Ahora, en relación con las listas, es cuestión de compensación y equilibrio. Todo el mundo debe salir proporcionalmente parejo entre las alegrías y las frustraciones”, aseguró a Infobae un relevante dirigente del cristinismo. Tanto en el entorno de CFK como en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) y el Frente Renovador (FR) se percibe un clima diferente. Hay un marcado cambio en la predisposición para negociar un acuerdo de unidad, a sabiendas de que la negociación abarcará tres niveles -nacional, provincial y municipal -, y que los acuerdos más complicados serán en los municipios. El ejemplo más frecuente en las conversaciones peronistas tiene como protagonistas a los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mayra Mendoza (Quilmes). Enfrentados y distanciados, ambos tendrán que incluir en sus listas de concejales a representantes de la fuerza política de cada uno. En los primeros lugares de la lista de Ferraresi habrá un representante de La Cámpora y en la de Mendoza uno del MDF. El acuerdo de cúpula, que cuenta con validación cruzada entre las tres partes, condiciona el armado de los intendentes para la competencia. Aunque tienen la autoridad para confeccionar sus listas, deberán hacerlo integrando a todos los sectores dentro de la nómina. Esta fue la condición acordada por Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner. Consenso en todo y para todo. Kicillof se opuso a que le impusieran decisiones entre sus socios y que se limitara su capacidad de decisión por el mero hecho de ser mayoría. Por esta razón, exigió que la convalidación de la mesa política, establecida para negociar las listas y la junta electoral, sea siempre tripartita. Es imprescindiblemente necesario contar con el aval de los tres. La mesa política, donde el jueves comenzaron las negociaciones formales sobre las listas, está compuesta por Facundo Tignanelli y Emanuel González Santalla (cristinismo), Gabriel Katopodis y Carlos Bianco (MDF), y Rubén “Turco” Eslaiman y Sebastián Galmarini (Frente Renovador). Seis lapiceras con poder para diseñar la propuesta electoral con nombres y apellidos. Los tres sectores importantes del peronismo bonaerense consideran que el mayor desafío estará en las negociaciones municipales. Lograr un acuerdo entre las necesidades de las agrupaciones locales, las aspiraciones de los intendentes, la integración de las distintas fuerzas en espacios reducidos y la validación de la mesa política será una ingeniería que debe llevarse a cabo en poco más de una semana. Recientemente, se emitió un claro mensaje desde el núcleo del cristinismo respecto al lugar que ocupará en la campaña el reclamo por la libertad de Cristina Kirchner. “La solicitud por CFK es un formato que trascenderá más allá de la elección. No será el centro ni el eje de la campaña. Será un tema relevante que estará presente. Pero la discusión será otra”, aclaró un dirigente cercano a la ex presidenta. Dentro del ámbito K, tras numerosos cortocircuitos, hay consenso en que el eje de la campaña debe ser el contraste de modelos de país, donde el peronismo, con Kicillof como máximo referente de gestión, se enfrenta a los libertarios. Además, habrá una constante aclaración sobre el daño que las políticas del actual gobierno nacional han causado a la gestión bonaerense. En el PJ se proponen y adhirieren a la construcción de un escenario de polarización absoluta. “¿Si pedimos por la libertad de Cristina, vamos a perder? ¿Y si no lo hacemos, eso nos garantiza ganar? Cada uno lo plantea desde su perspectiva, pero es un tema que estará presente en todo el peronismo”, sostuvo un funcionario camporista que sigue de cerca los detalles del armado de campaña. La ex presidenta estará activa en la campaña. En la medida de lo posible, a causa de su detención domiciliaria. No se ha definido el formato ni el nivel de participación que tendrá, pero su presencia es un hecho. Lo más probable es que se enfrente directamente con la gestión de Javier Milei y, en particular, con las decisiones del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. El peronismo ha comenzado a reorganizarse. Lo que parecía imposible, está sucediendo. No será un camino sencillo. Las fricciones comenzarán a surgir conforme avance el tiempo. Es lo normal en un cierre de listas. Ya no se habla de ruptura. La teoría de las listas conjuntas parece haber sido guardada en un cajón. La dirigencia se alza con la bandera de la unidad. Aunque todo esté fracturado internamente. A pesar de que el daño autoinfligido por extensas disputas por el poder sea ya irreversible. Especialmente de cara al electorado.

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