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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 09/07/2025 22:34
El agridulce posteo de María Julia Oliván En un mensaje en sus historias de Instagram, cuando se cumplen 25 días desde su internación por las quemaduras que sufrió al intentar encender una estufa a etanol, la periodista María Julia Oliván dejó un mensaje esperanzador en una foto donde se los ve a su hijo Antonio y a su pareja Ariel Straccia: “Los amo. Muy pronto los tres juntos con los abuelitos Gianna, Nico y Alicia y con la tía Gabi”. También derramó dulzura para aquellos que durante este tiempo de amarguras bancaron la parada: “Gracias a todos los amigos que a diario llaman a Ariel Straccia para acompañar en las visitas o para compartir un rato con Ari y Antonio. Es muy gratificante saber cuánto nos quieren y nos cuidan”. Pero en su posteo no olvidó a quienes sí se olvidaron de ella en uno de los momentos más duros de su vida. Sin medias tintas, la periodista les escribió en forma directa: “Y a los que están borrados en un momento tan jodido como este (en el que cumplo un mes internada) a todos los que no llamaron y se borraron olímpicamente es genial ver como el tiempo le saca a cada uno la careta que intentan colgarse”. Hace seis días, la imagen de Oliván recostada en la cama del hospital, con la mano derecha vendada y relatando en Instagram los detalles de su recuperación, marcó uno de los momentos más íntimos y reveladores de su internación. Desde la terapia intermedia del Hospital Alemán, la periodista describió de manera directa la rutina diaria que le impone su actual estado: “No me puedo parar yo de acá. Estoy desde ese día, digamos, acostada en la cama, en mi recuperación.” El incidente que la dejó en ese estado sucedió cuando trataba de encender una estufa que utiliza etanol. La propia periodista lo relató: “Cuando volví a Border tenía frío. Ahí tenía una chimenea que funciona a etanol, es como si fuese una de esas chimeneas, no de las de antes sino moderna, que le ponés etanol y aparece un fueguito muy cool y canchero. Le empecé a meter etanol, y más etanol, y más etanol... cuestión de que me prendí fuego. Me agarró una llamarada en todo el cuerpo.” El accidente dejó secuelas evidentes en el rostro y el cuello de Oliván. Entre las consecuencias mencionó heridas en la nariz, una mejilla, el mentón y el cuello. La rápida reacción de su colega Valu Bonadeo resultó clave en los primeros minutos tras el episodio, ya que fue quien le indicó quitarse la ropa en llamas. “Dentro de todo la saqué barata”, concluyó la periodista sobre los primeros momentos tras el accidente. El estado de la mano de María Julia Oliván La urgencia en la atención médica fue inmediata: Oliván recibió asistencia en el hospital y, debido a la gravedad de las lesiones, quedó internada el mismo día. Desde entonces permanece bajo cuidados estrictos y comparte a través de sus redes sociales las sensaciones, limitaciones y aprendizajes que forman parte de su proceso de recuperación. En sus testimonios, la periodista enfatizó las dificultades físicas de no poder levantarse y la necesidad de permanecer recostada, lo que significa lidiar, además del dolor de las quemaduras, con una falta de independencia abrumadora. “Yo trato de elongar, aunque me duele todo porque está en curación, y cuanto más pasa el tiempo, más te duele”, confesó en su último video, describiendo la intensidad de las molestias a raíz de los ejercicios de estiramiento que debe realizar en la cama. La periodista remarcó la dependencia total de la asistencia ajena en el día a día: “Hay un momento en el que toda tu vida entera depende de que alguien te ayude.” La imposibilidad de cumplir por sí sola con tareas cotidianas y la necesidad permanente de pedir ayuda la llevaron a reflexionar sobre el impacto emocional de esta experiencia: “No hay distancia más larga que la que existe entre la mano y la mesita de luz de un paciente.” A lo largo de su permanencia en el Hospital Alemán, una constante en el relato de Oliván es la presencia de su hijo, Antonio, quien se transformó en un apoyo fundamental. La periodista contó que conversó con él para prepararlo y tranquilizarlo ante la situación: “Bueno, a Antonio le estuve diciendo que mamá se iba a sanar. Lo habló en el colegio, sus terapeutas lo ayudaron y lo orgullosa que me siento, porque tiene la valentía de ayudar a su mamá en un momento en que lo necesita.” También compartió las palabras de ánimo que recibe de él: “Tenés que tener paciencia, falta tanto tiempo, ahora viene lo más complicado, pero después se sale y después no te vas a acordar. Va a ser una anécdota.”
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