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Parana » Uno
Fecha: 09/07/2025 18:58
La imagen que simboliza a básquet en la elite del básquet argentino. Temporada 1992-1993, el Chungo Butta junto con Charles Parker, el mejor extranjero que tuvo el club. La noche del viernes 27 de junio la dirigencia del Atlético Echagüe Club dio a conocer que ponían a la venta su plaza en la Liga Argentina de Básquet por razones económicas. La noticia fue una bomba que arrojó esquirlas para todos lados, generando todo tipo de opiniones, tanto a favor como en contra de esta determinación. Y si hay una palabra autorizada para opinar de lo que suceda en la entidad de calle 25 de Mayo es la de Orlando Butta. El Chungo –sobrino de uno de los fundadores de la entidad, Luis Butta, por quien el estadio lleva su nombre– fue presidente de la institución entre 1985 y 1993, y estuvo a cargo del básquet profesional desde el 2005 hasta el 2009. Chungo en UNO.jpg Pero más allá de si estrecho vínculo con el AEC, Butta tuvo un rol preponderante para la creación de la Liga Nacional de Básquet, en 1985, por lo que conoce a la perfección el mundo de la naranja y muestra una postura muy crítica de la actual competencia. A sus 78 años el ingeniero agrónomo se encuentra alejado de la dirigencia deportiva y abocado de lleno a su empresa de fertilizantes para el sector agropecuario, labor que lleva adelante con la misma pasión y compromiso que lo hacía cuando era la cara visible de Echagüe. Con un sinfín de anécdotas perfectamente guardadas en su memoria, puede pasar horas y horas hablando de sus pasiones, yéndose por las ramas recordando sus historias pero regresando siempre al tema central de la conversación. Así fue la distendida charla que tuvo cuando visitó la Redacción de UNO. dirigencia de echague.jpg.jpeg Los dirigentes de Echagüe anunciaron la medida. Prensa Echagüe. La decisión de Echagüe Con la manera frontal que lo ha caracterizado y sin esquivarle al bulto en ningún tema, el Chungo se refirió a lo que está sucediendo en Echagüe, asegurando que “no me sorprendió, porque el año pasado me llamaron alrededor de las 16 o 17 para preguntarme qué les sugería hacer, porque a las 20 vencía el tiempo para ceder la plaza. Estaba la alternativa de Rocamora y les sugerí que analicen cuáles eran sus intenciones para la competencia, porque si descendía perdían la plaza”. Luego, sin decirlo explícitamente, hizo saber que entendió el porqué de la decisión, asegurando que “lo veo como algo normal. Creo que podría haber jugado la Liga, pero no le servía jugar en esta competencia a la que realmente no le entiendo el sentido. Además de que el contexto económico no ayuda tampoco. Echagüe tiene muchos hinchas, de los cuales no sé cuántos son socios, que quieren tener representación en el básquet nacional. Pero también he ido a partidos con 40 personas, lo que es insostenible para el club. Sé que hay un grupo de personas que salió a buscar la plata a la calle, que es lo que hay que hacer, pero no alcanzó”. Chungo Butta.jpg A sus 78 años Butta no descarta volver a involucrarse en Echagüe. Fernanda Rivero/UNO Además, Butta vio difícil que el Negro pueda volver a estar nuevamente en la competencia, al menos en el corto plazo, y aseguró que debe fortalecer sus bases. “Hoy Echagüe debe concentrarse en mejorar su trabajo en las divisiones inferiores –dijo–, porque no puede ser que no tenga peso en el básquet local desde hace años. En los tiempos de auge la mayoría de los chicos que venían al club querían jugar al básquet, algunos con más condiciones que otros, pero se nutría el semillero. Primero tiene que apuntar ahí y, una vez logrado esto, sí pueden pensar en un proyecto para volver a la Liga”. A modo de broma el histórico dirigente contó que apunta a llegar a los 120 años, por lo que no le cerró la puerta a Echagüe, entidad a la que le dedicó gran parte de su vida: “Quizá en algún momento pueda volver a Echagüe porque es parte importante de mi vida. En pleno apogeo del club dijeron que robaba, cuando en realidad durante los 10 años que estuve en Echagüe puse alrededor de 300.000 dólares. Siempre me hice cargo cuando asumí responsabilidades, por ejemplo cuando llevé un empleado y después lo tuve que echar, le pagué con plata de mi bolsillo. A los que estaban anteriormente, puntualizando en (Marcelo) Casaretto que manejaba el básquet profesional, los apoyé bastante dándoles publicidad, hasta que me enteré que los jugadores de la Liga no jugaban en el club y los jugadores del club no jugaban en la Liga. Hablé con él y su respuesta fue que a la subcomisión de básquet de inferiores la manejaban los padres y ellos no querían que los jugadores de afuera tapen a los chicos de acá. Un club no puede ser manejado por los padres, que siempre son necesarios para colaborar, pero no para tomar decisiones. Entonces dejé de aportar ya que me parecía un sin sentido”. Luego recordó: “Cuando asumí la presidencia el club tenía cuatro disciplinas y unos 800 o 900 socios. Con todo el proceso de la Liga llegamos a 14 actividades, 40 profesores de educación física, la máxima cantidad de socios en la historia del club, adquirimos el predio de tres hectáreas en el Thompson, construimos el playón y la pileta de invierno. Entendía que si Echagüe iba a representar a la provincia a nivel nacional iba a generar una atracción a la gente, pero a esa gente había que ofrecerle servicios”. Parker y Butta.jpg La imagen que simboliza a básquet en la elite del básquet argentino. Temporada 1992-1993, el Chungo Butta junto con Charles Parker, el mejor extranjero que tuvo el club. Gentileza Santiago Reutemann El Chungo Butta sin tapujos Butta ha sido muy crítico de la actual Liga Nacional y, con firmes argumentos, ratificó su postura comparando la competencia de antes con la actual. “A la Liga la vi con el objetivo de hacer crecer a los clubes y el deporte. En la época que Echagüe participaba los partidos se vivían a estadio lleno y ahora eso no se repite, pero era una Liga que se jugaba como debía ser. No era por capricho un torneo de 16 equipos con dos descensos y dos ascensos, sino que todo estaba estudiado para desarrollar una competencia de ocho meses jugando dos partidos los fines de semana. Esto les permitía a los clubes tener cuatro días de entrenamientos. Los planteles estaban conformados por seis juveniles y ocho mayores, de los cuales eran seis nacionales y dos extranjeros, que debían ser mejores que los argentinos para que con las prácticas nuestros jugadores mejoren. Eso permitía nivelar para arriba. Hoy hay 20 equipos, con un descenso y jugando casi todos los días, no permitiéndole entrenar tanto a los planteles y eso hace que el nivel de juego sea malo. No le veo objetivos a esta Liga, no le sirve al club ni a los jugadores. Sé muy bien que en el Marán Suites fue uno de los lugares donde se planificó este formato”, dijo con una sonrisa cómplice. “Hay que ver quiénes son los dirigentes que entran a la Liga –profundizó–. El 90% son empresarios que les gusta involucrarse porque tienen plata, lo cual es necesario, pero poco entienden de estos conceptos de competencia. Yo trataba de hacer de maestro a los otros dirigentes, sobre todo a los más jóvenes, para intentar orientar la Liga. (Fabián) Borro nunca agarró una pelota y hoy maneja el básquet argentino”.
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