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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 09/07/2025 10:35
Andrea Russo perdió la vida tras irrumpir en una zona de tránsito restringida en Italia (Instagram) Andrea Russo, un hombre de treinta y cinco años perdió la vida tras arrojarse al motor de un avión de la aerolínea Volotea en el aeropuerto de Milán-Bérgamo el último martes por la mañana. Durante este impactante suceso, los pasajeros del vuelo V73511, con destino a Asturias, escucharon un estruendo y recibieron la advertencia: “¡No miren por las ventanas!”. Según detallaron las autoridades, la víctima, Andrea Russo, residente de Calcinate, cerca de Bérgamo, llegó al aeropuerto sin boleto en su Fiat 500 rojo a las 10:35. Dejó el vehículo estacionado en la terminal y corrió al interior del edificio para acceder a una zona restringida que conduce directamente a la pista. A pesar de la intervención de dos agentes de la Policía Fronteriza, Russo logró soltarse y se precipitó hacia el Airbus A319 de Volotea, que maniobraba en ese momento para alejarse del área de estacionamiento. El hombre se lanzó hacia uno de los turbofanes -motores- de la aeronave, desencadenando el trágico desenlace. Turista muerto en el aeropuerto de Bergamo Testimonios de pasajeros y testigos presenciales Una pasajera española a bordo del avión relató al medio La Nueva España los minutos de máxima tensión dentro de la cabina. “De repente, escuchamos un ruido y un golpe. Algunas personas vieron algo a través de la ventana y se llevaron las manos a la cabeza. Nos dijeron que era mejor no mirar hacia afuera, porque lo que estaba ocurriendo era muy desagradable”, detalló la mujer, originaria de Llanera, Asturias. Explicó que la aeronave acababa de reposicionarse en una pista de reserva y se desplazaba lentamente hacia la franja de despegue cuando sucedió el incidente. Poco después, el piloto se dirigió a los pasajeros con voz temblorosa para informar que había ocurrido un “problema muy grave que involucraba a una persona”. Otro testigo, presente en una aeronave cercana, declaró a La Repubblica: “No estaba en ese avión, estaba embarcando en otro al lado y lo vimos todo. Corrió hacia el lado derecho, luego cambió y fue absorbido por el motor izquierdo”. El testigo observó además cómo el hombre evadía a un auxiliar de vuelo antes de acercarse al aparato. Andrea Russo, de 35 años, accedió sin autorización a la pista y fue succionado por el turbofán de un Airbus A319 de Volotea (Redes sociales) Fuentes policiales indicaron que Russo tenía antecedentes de problemas con drogas. Arribó al aeropuerto de Milán-Bérgamo sin ser pasajero ni empleado, ingresó al terminal y logró acceder a áreas restringidas. Durante las maniobras de retroceso, el avión tenía sus motores en funcionamiento, capaces de alcanzar hasta 15.000 revoluciones por minuto. Todo ocurrió mientras la aeronave se preparaba para dirigirse hacia la pista principal de despegue. En el lugar, agentes policiales contaron con el apoyo de personal de la Brigada Volante, especialistas de la Unidad Científica de la Jefatura de Policía de Bérgamo y el fiscal de turno, quienes se encargaron de las investigaciones y levantamiento de las pruebas. La compañía Volotea confirmó oficialmente el incidente a través de su cuenta en X (anteriormente Twitter). “Lamentamos confirmar que el vuelo V73511 de BGY-OVD estuvo involucrado en un incidente en el aeropuerto de Milán-Bérgamo a las 10:35. Una persona que no estaba a bordo ni afiliada a la compañía resultó gravemente herida. Los 154 pasajeros y seis tripulantes están a salvo. Un nuevo vuelo está programado para las 15:55”, señaló la compañía. Las autoridades aún evalúan si el fallecimiento fue accidental o si fue resultado de una acción premeditada por parte del joven que resultó fallecido (Captura de video) El operador aeroportuario Sacbo también emitió un comunicado en el que informó que el incidente tuvo lugar en la calle de rodaje y que las causas estaban bajo investigación. Por su parte, la Asociación de Aeropuertos de Lombardía había alertado en X: “El tráfico hacia y desde #orio #Bgy está suspendido debido a un problema grave en la plataforma. Se prevén retrasos, desvíos y cancelaciones durante toda la mañana”. Este tipo de tragedias no es ajeno al sector aeroportuario internacional. En 2023, un mecánico fue absorbido por el motor de un Boeing 737-500 de la aerolínea iraní Varesh Airline y falleció en el aeropuerto Chabahar Konarak en el sur de Irán. El accidente se produjo cuando el trabajador regresó a recuperar una herramienta cerca del motor, que estaba encendido para una prueba de rutina con las aletas de cubierta abiertas; pese a existir un perímetro de seguridad, fue absorbido por el turbofán y el motor ardió. Ese mismo año, un trabajador del aeropuerto de San Antonio contratado por Delta perdió la vida tras ser absorbido por el motor de una aeronave de Delta Airlines. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) concluyó que el empleado ingresó al motor voluntariamente. La autopsia determinó que falleció debido a lesiones contundentes y cortantes.
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