09/07/2025 12:32
09/07/2025 12:32
09/07/2025 12:31
09/07/2025 12:31
09/07/2025 12:31
09/07/2025 12:30
09/07/2025 12:30
09/07/2025 12:30
09/07/2025 12:30
09/07/2025 12:30
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 09/07/2025 02:39
Hay coincidencias, simetrías del destino que sería erróneo explicarlas solo desde el azar... O sea, que no pueden ser casualidad... Por ejemplo, que Mercedes Sosa, La Negra, LA VOZ del folklore (primero) y de la música popular (después) haya nacido el 9 de julio de 1935 -90 años hoy- ahí nomás de la Casa de Tucumán, cuna de la Independencia patria. Pensamos en la Negra Sosa y la vemos debutando joven apadrinada por Jorge Cafrune. Como toda gran intérprete -desde Billy Holiday a La Tana Rinaldi-, la escuchamos adueñándose de canciones que su voz transformó en propios, y ahí están si no clásicos como “Gracias a la vida”, “Alfonsina y el mar” o “Al Jardín de la República”. Pensamos en La Negra y -los que ya soplamos más de 50 velitas- volvemos a poner el cassette doble de sus histórico regreso en el Opera, cuando desde el respeto y la trayectoria, produjo un crossover irreversible entre público folklórico y público juvenil, al invitar a su escenario a ídolos rockeros como Charly García, León Gieco. Un camino abierto que nada casualmente cierra con las dos ediciones de Cantora. Otro ejemplo de su impacto: “Siempre me dicen que tengo gustos de señora mayor y la gente no cree que haya pinchado ese tema en Tomorrowland”, comentó Indira Paganotto sobre su decisión de incluir un sample de Gracias a la vida en uno de los festivales de música electrónica más grandes del mundo. La DJ, nacida en Canarias y referente del psy-trance, relató a Teleshow que la reacción fue inmediata. “Me escribieron por Instagram y me dijeron que me agradecían un montón por mantener su música y su voz viva en todos los jóvenes. Y fue muy emocionante porque al final la música se trata de eso: yo creo que nada es eterno pero el arte sí, y la memoria también. Me gusta poder comunicar algo a un público más joven que a lo mejor no la conoce”. Este episodio, que la acercó a los familiares de Mercedes Sosa, ilustra cómo la voz de la artista argentina sigue resonando en escenarios inesperados y entre nuevas generaciones, a quince años de su muerte. "La Negrita" Sosa, un retrato de su infancia tucumana La presencia de Mercedes Sosa en la cultura contemporánea se manifiesta en festivales como Lollapalooza, donde Skrillex utilizó su interpretación como apertura de su set en la edición argentina de 2003, y en el mismo escenario donde Arcade Fire invitó a Javiera Parra para interpretar una canción de su abuela. Además, el álbum Mercedes Florecida fue galardonado este año con el Premio Gardel al mejor álbum conceptual. Este trabajo colectivo, coordinado por Teresa Parodi, reúne a 30 artistas que reversionan clásicos como “Alfonsina y el mar”, “Canción del derrumbe indio” e “Inconsciente colectivo”, y cada uno escribió el verso que interpreta. En palabras de los participantes, la Negra es “bandera de un pueblo que sueña”, “la savia del árbol y el nido” o “la voz que abrazó a mi camino”, reafirmando su legado como símbolo colectivo y reformulando el espíritu del Nuevo Cancionero. Mercedes Sosa nació el 9 de julio de 1935, día patrio si los hay para nosotros, a escasos metros de la histórica Casa de Tucumán donde un día como hoy, pero de 1816, se declaró la independencia argentina. l lugar donde se declaró la independencia en 1816. Su nombre completo, Haydée Mercedes Sosa, fue elegido por su padre, aunque en el ámbito familiar siempre la llamaron Marta. Creció en un hogar humilde de Barrio Parque, en San Miguel de Tucumán, hija de un zafrero y una lavandera. "La mami", solía llamarla Fabián, su hijo. En los últimos años, fue encargado de gestionar su carrera Desde pequeña mostró interés por la danza y el canto, y sus primeras presentaciones fueron en actos escolares. Inspirada por Margarita Palacios, soñaba con ser cantante, aunque su padre no veía con buenos ojos esa vocación. En 1950, tras interpretar el Himno Nacional en la escuela, se animó a participar en un concurso de talentos en la radio LV12 bajo el seudónimo Gladys Osorio para evitar que su padre se enterara. Interpretó “Triste estoy” y, tras su actuación, el concurso concluyó. Su padre la descubrió poco después, pero ni los retos familiares ni las dificultades económicas detuvieron su determinación. En sus inicios, Mercedes alternó presentaciones en radios y peñas con clases de folklore en escuelas, lo que le permitió aportar dinero a su hogar. Estaba comprometida con Enrique, un joven de buena posición, pero su vida cambió al conocer al músico mendocino Oscar Matus en una peña. Decidió cancelar su boda, dejar Tucumán y mudarse a Mendoza, donde se casó con Matus en 1957 y tuvo a su único hijo, Fabián, al año siguiente. Matus produjo sus primeros discos, Canciones con fundamento (1959) y La voz de la zafra (1961), que se alejaban del folklore tradicional para centrarse en las historias de los trabajadores y los humildes. Mercedes Sosa - "Gracias a la Vida", grabado en vivo en el Town Hall de New York, febrero de 1974. En Mendoza, junto a Armando Tejada Gómez y Matus, fundó el Movimiento Nuevo Cancionero en 1963, cuyo manifiesto abogaba por una música nacional de contenido popular, integradora de la diversidad regional y abierta al diálogo con otros movimientos latinoamericanos. El trovador cubano Pablo Milanés lo describió como “La Biblia para nosotros”. El impacto del Nuevo Cancionero se extendió rápidamente por América Latina. La consagración nacional llegó en 1965, cuando Jorge Cafrune la invitó a subir al escenario del Festival de Cosquín, a pesar de que la organización no la había considerado. Con casi 30 años, un hijo pequeño y tras la separación de Matus, interpretó “Canción del derrumbe indio” y fue ovacionada por el público. Fue elegida revelación del festival, lo que le permitió firmar con Polygram y grabar una serie de discos fundamentales para su carrera. En la segunda mitad de los años 60, registró versiones de “Zamba para no morir” y “Al jardín de la república”, y rindió homenaje a su provincia natal. También grabó “Canción con todos” y colaboró con Félix Luna y Ariel Ramírez en Mujeres Argentinas, donde homenajeó a figuras como Alfonsina Storni, Rosario Vera Peñaloza y Juana Azurduy. Con Ariel Ramírez y Felix Luna: los tres, en 1969, son los responsables de "Mujeres argentinas", una cumbre de su discografía, con clásicos como "Alfonsina y el mar" y "Juana Azurduy" Tras presentarse en Europa y Estados Unidos, Mercedes Sosa profundizó su compromiso político y social, interpretando obras de Violeta Parra y Víctor Jara. Su militancia en el Partido Comunista y el contenido de sus canciones la pusieron en la mira de la censura tras el golpe de Estado en Argentina. Aunque nunca fue prohibida oficialmente, algunos de sus discos fueron censurados y su actividad artística se vio restringida. La muerte de Pocho Mazzitelli, su pareja durante 13 años, la afectó profundamente. En 1978, tras ser detenida junto a su hijo y músicos en La Plata, y sufrir la cancelación de conciertos, Mercedes Sosa decidió exiliarse en Europa. Se instaló en París con Fabián y, aunque el exilio resultó doloroso, continuó grabando y expandió su repertorio hacia la música popular brasileña, interpretando a Chico Buarque y Milton Nascimento. El regreso a los escenarios argentinos en 1982, con 13 conciertos en el Teatro Ópera, se convirtió en un acontecimiento histórico. La producción estuvo a cargo de Daniel Grinbank y las negociaciones con los militares las llevó adelante Fabián, quien enfrentó las exigencias de la dictadura. En el escenario, Mercedes interpretó “Fuerza” y “La carta”, cumpliendo con las condiciones impuestas. El álbum doble Mercedes Sosa en vivo en Argentina documenta ese reencuentro y marca el inicio de una nueva etapa, en la que incorporó a su repertorio a autores como Piero, León Gieco, Charly García, Fito Páez, David Lebón y Pedro Aznar, fusionando el folklore con el rock y desafiando las fronteras de los géneros musicales. Febrero de 1982: junto a Charly García y Daniel Grinbank, el productor de las diez noches (13 shows) de su histórico regreso en el Opera, luego de años de exilio europeo La relación con Charly García fue especialmente cercana, casi maternal. Juntos grabaron Alta fidelidad y Mercedes interpretó versiones memorables de “Cuando ya me empiece a quedar solo”, “Inconsciente colectivo” y “De mí”. Su apertura a nuevos sonidos y artistas alcanzó su punto máximo con el álbum doble Cantora, editado poco antes de su muerte, que incluye duetos con Gustavo Cerati (“Zona de promesas”) y Luis Alberto Spinetta (“Barro tal vez”), así como colaboraciones con Shakira, Julieta Venegas, Jorge Drexler y René Pérez de Calle 13. Este proyecto, concebido como la primera etapa de una obra más ambiciosa, quedó inconcluso tras su fallecimiento. En primera persona La Marta: “Mi mamá dice que mi papá se olvidó mi nombre adrede cuando me fue a inscribir al Registro Civil. Y me puso Haydeé Mercedes en vez de Marta Mercedes. Mi mamá quería que de primer nombre yo me llamara Marta. Así, sin hache: Marta. Claro, en mi casa mandaba mi papá pero, como es lógico, siempre se terminaba haciendo lo que quería mi mamá. Y entonces todos, desde que recuerdo, me vienen llamando Marta. Soy la Marta. Y me gusta mucho más ser la Marta que Mercedes. Esto nadie lo cree, pero es así... Al final, puertas adentro las cosas son como las madres quieren y, puertas afuera, son como la gente manda. En mi casa, definitivamente, soy la Marta. Para la gente, definitivamente, soy la Negra". Los shows del Opera generaron este doble en vivo, un éxito de ventas sin precedentes en su discografía. Fue de esos discos que parecía estar en todos los hogares Los comienzos: “Yo andaba por mis 15 años. Mi papá y mi mamá, que eran muy peronistas, aprovecharon un tren gratis a Buenos Aires para celebrar el 17 de Octubre. Yo quedé al cuidado de mis hermanos, más suelta… En la escuela faltó la profesora de canto y la directora me dijo que íbamos a cantar el Himno Nacional y que yo tenía que ponerme adelante y cantar bien fuerte, para que todos me siguieran. Sentí vergüenza, pero canté. Ahí debuté”. ¿Quién? Gladys Osorio: “Ese día también faltó la profesora de labores y fuimos a LV12, donde había un concurso. Mis compañeras me empujaron para que cantara. Por temor a que se enterara mi papá me llamé Gladys Osorio. Canté Triste estoy, de Margarita Palacios. Cuando terminé, el dueño de la radio me dijo: ‘El concurso concluyó y lo ganaste vos’. Y seguí cantando en la radio. Hasta que un día mi papá me descubre, me llama y me dice palabras que escucho ahora: ‘¿Le parece bonito eso de andar metiéndose en la radio? ¿Eso es lo que hace una señorita criada para ser decente? Gladys Osorio, venga, acérquese… ¿Tengo que felicitarla? Míreme a los ojos ¡Que me mire a los ojos le digo!’“. Divorcio de Oscar Matus. “Yo no dejé ese matrimonio. Él me dejó después de una relación de ocho años. Me abandonó con mi chiquito y se fue con otra mujer. Una chica tucumana se casa para toda la vida. Eso me destruyó”. Jorge Cafrune presenta a Mercedes Sosa en Cosquín Cosquín y el padrinazgo de Jorge Cafrune: “Yo siempre tuve problemas con la comisión del festival, no sé por qué... En ese tiempo porque era comunista, sigo siéndolo, pero por entonces era mala palabra. Canté con una cajita, nomás. Tuve un éxito muy grande. Y ahí ya me contrató la Philips para grabar. Fue una actuación muy importante en mi carrera. Es más, fue la definitiva”. La dictadura y aquella detención tras un show en el Almacén San José de La Plata. “Eran esas cosas inexplicables que pasaban en la Argentina. Porque yo no iba a dejar de cantar y ellos no iban a dejar de prohibir. Me acuerdo que yo estaba cantando Cuando tenga la tierra y, de repente, entró la policía armada como si hubiera guerrilleros. Fue una cosa de locos. Yo estaba con un poncho bellísimo que me habían regalado. El hombre me tocó delante de la gente y me dijo: ‘Perdóneme doña Mercedes, pero cumplo órdenes’. Estuve presa 18 horas con mi hijo, mi guitarrista y una amiga”. Persecución y exilio en 1979, primero en París y luego en Madrid, para regresar a la Argentina con el advenimiento de la democracia y una apertura que la había acercado al rock de una manera inesperada. “En el ‘81 fui a ver Submarino amarillo en España. Me admiré y me dio vergüenza de mí misma, por haber tenido el prejuicio de no verla cuando se estrenó. De la misma manera, yo no había escuchado a Charly García ni a Nito Mestre. Indudablemente, a ellos les debe haber pasado lo mismo con nosotros. El ser humano está lleno de prejuicios y preconceptos. Y la falta de libertad no solo se siente en la libertad colectiva, sino en la libertad mental de cada persona”. Hacia el final de su carrera, con "Cantora" 1 y 2, realizó duetos memorables con artistas como Gustavo Cerati, Silvio Rodríguez, Shakira, León Gieco y Victor Heredia y el Flaco spinetta, entre otros Raíz folklórica: “Hay una invasión para liquidar a la música popular. Se salva porque el pueblo, a pesar que desde la radio y la televisión se lo margina, sigue apoyándolo. Lo dije cuando gané un premio Konex. Porque los artistas argentinos por ahí no tenían trabajo y, en los medios, estábamos considerados como bichos raros, cuando deberían tener espacios con música no solo de Argentina sino también de todo el mundo. Porque es una manera de mantener lazos”. Evita, Gardel y Maradona: “¿Idolos populares? Bueno, tengo que empezar por Evita. Y Maradona, claro, que hoy por hoy es mucho más que Gardel. ¡Es mucho más conocido, por favor! Yo voy a Turquía y lo conocen, voy a Suiza y lo conocen...Adonde vaya, Maradona es conocido. Por muchas cosas, pero es conocido. Yo no sé mucho de su vida. Pero cuando pasó lo de Estados Unidos le dije que se levante, porque hay cosas en las que solo uno se puede levantar y nadie más lo puede ayudar”, decía tras el doping de Diego por consumo de efedrina en el Mundial de Estados Unidos 1994. Problemas de salud: allá por 2004 se alejó de la música a raíz de sus problemas de salud y su depresión. Volvió dos años más tarde, en una presentación en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno al que llegó enfundada en su corsé. “Aprendí que si no canto me muero. Podré tener nervios, pero ese pánico insoportable de cada entrada no va más. Cantar me cura”, aseguró por entonces. “Aprendí que si no canto me muero. Podré tener nervios, pero ese pánico insoportable de cada entrada no va más. Cantar me cura” “Como madre fue inmensa” Entre 2003 y 2005, Mercedes Sosa enfrentó graves problemas de salud que la obligaron a espaciar sus conciertos y cantar sentada, aunque su voz conservó la fuerza y emoción características. El 4 de octubre de 2009, falleció en el Sanatorio de la Trinidad en Palermo debido a una infección hepática. Su familia informó que estuvo “acompañada inclusive cuando ya no podía saberlo, por un desfile interminable de artistas y amigos”. El velatorio en el Congreso de la Nación reunió a músicos como Teresa Parodi, Víctor Heredia, Charly García y Peteco Carabajal, así como a personalidades como Diego Maradona y Susana Giménez. Se decretaron tres días de duelo nacional y los medios internacionales titularon: “Se apagó la voz de América Latina”. Tres años después, hace ya quince, la Negra falleció y eso causó un profundo pesar en sus amigos y su público pero, especialmente, en su hijo Fabián. “Como madre fue inmensa. Todo lo que soy se lo debo a ella. Mi papá se fue cuando yo era chico y ella hizo de madre y padre. Nunca vi a una mujer más valiente que mi mamá”, la evocaba Fabián en 2018, quien fallecería un año más tarde, a los 60. Cuando trató de explicar el significado de la Negra sosa, dijo: “Era una artista plena, además de cantar bien, interpretaba bien. Y tenía pertenencia de clase, mantuvo un mensaje coherente a lo largo de toda su carrera, desde que era una niñita hasta que murió”.
Ver noticia original