08/07/2025 20:26
08/07/2025 20:25
08/07/2025 20:24
08/07/2025 20:21
08/07/2025 20:21
08/07/2025 20:21
08/07/2025 20:21
08/07/2025 20:21
08/07/2025 20:21
08/07/2025 20:21
» Porven
Fecha: 08/07/2025 15:47
La niebla y la neblina son fenómenos meteorológicos que pueden afectar significativamente las operaciones aéreas. ¿Qué ocurre entonces? La niebla y la neblina son fenómenos meteorológicos que pueden afectar significativamente las operaciones aéreas. Cuando la visibilidad en un aeropuerto se reduce por debajo de ciertos umbrales establecidos, un avión puede verse impedido de aterrizar por razones de seguridad. Según la Federal Aviation Administration (FAA), la decisión de abortar un aterrizaje por niebla depende de múltiples factores, entre ellos los mínimos de visibilidad establecidos, el tipo de aproximación disponible, el equipamiento de la aeronave y la preparación de la tripulación. ¿Qué se considera niebla y cómo afecta la visibilidad? De acuerdo con la FAA y la International Civil Aviation Organization (ICAO), la niebla se define como un fenómeno atmosférico que reduce la visibilidad a menos de 1 kilómetro , mientras que la neblina tiene un efecto menos severo, con visibilidades mayores a 1 kilómetro pero aún reducidas. Cuando las condiciones caen por debajo de los mínimos de visibilidad establecidos para un aeropuerto o una pista en particular, las operaciones de aterrizaje deben suspenderse o desviarse. Los pilotos deben seguir lo que se conoce como «mínimos meteorológicos», establecidos por organismos como la FAA en Estados Unidos o la EASA en Europa. Estos mínimos definen cuánta visibilidad horizontal (en metros o millas) y altura de techo (la distancia desde el suelo hasta la base de las nubes) se requieren para llevar a cabo una aproximación y aterrizaje seguros. Existen distintos tipos de aproximaciones instrumentales: Categoría I (CAT I): requiere al menos 200 pies de altura de decisión y visibilidad de 1.800 pies (aproximadamente 550 metros). Categoría II (CAT II): permite aterrizar con hasta 100 pies de altura de decisión y 1.200 pies de visibilidad (aproximadamente 365 metros). Categoría III (CAT III): subdividida en IIIa, IIIb y IIIc, puede permitir aterrizajes con visibilidad casi nula, incluso sin contacto visual con la pista, si tanto la aeronave como el aeropuerto están debidamente equipados. ¿Qué pasa si el avión no puede aterrizar? Si las condiciones meteorológicas en el aeropuerto de destino no cumplen con los requisitos mínimos al momento de aproximación, el piloto puede tomar una de las siguientes decisiones, basadas en protocolos internacionales como los establecidos por la IATA (International Air Transport Association) y la FAA: Ingresar en espera (holding): la aeronave vuela en patrones circulares cerca del aeropuerto, esperando una mejora en las condiciones. Realizar una aproximación frustrada (go-around): si la aeronave ya está en descenso y el piloto determina que no puede continuar el aterrizaje de manera segura, se ejecuta una maniobra para ascender nuevamente. Desviar a un aeropuerto alternativo: si no se prevé una mejora inmediata de las condiciones, la aeronave es redirigida a otro aeropuerto previamente designado como alternativo. Rol de los sistemas de aterrizaje y tecnología Los aeropuertos con mayor tráfico y riesgo de niebla suelen estar equipados con sistemas de aterrizaje instrumental (ILS) de categoría alta. Según la FAA, estos sistemas permiten que aeronaves certificadas y tripulaciones entrenadas puedan aterrizar incluso con visibilidad extremadamente baja. Además, tecnologías como el Head-Up Display (HUD), el Enhanced Vision System (EVS) o el Synthetic Vision System (SVS), reconocidas por la FAA, pueden ayudar a los pilotos a mejorar la percepción situacional en condiciones de baja visibilidad, aunque su uso depende del tipo de operación certificada. Impacto en los pasajeros Cuando un avión no puede aterrizar por niebla, las aerolíneas deben seguir procedimientos definidos por la IATA y por las autoridades nacionales de aviación civil. Estos procedimientos contemplan la asistencia a los pasajeros en caso de desvíos, incluyendo el alojamiento, reprogramación de vuelos y otros servicios, conforme a las normativas locales. Además, la TSA (Transportation Security Administration) recuerda que en situaciones de desvíos o demoras prolongadas, los controles de seguridad se mantienen activos en todos los puntos de tránsito, y pueden verse ajustados según las necesidades operativas derivadas de eventos meteorológicos.
Ver noticia original