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Parana » APF
Fecha: 08/07/2025 14:30
La cifra de suicidios preocupa a la Policía. Autoridades se expresaron por primera vez al respecto. "Nos ocupamos del stress laboral", dijo Néstor Roncaglia. Sobre los casos, la psicóloga Paula Martínez señaló causas generacionales y desmintió mitos sobre la dificultad de pedir ayuda dentro de la fuerza. martes 08 de julio de 2025 | 13:41hs. Los cinco policías que ya no están son María Núñez, Natalia Ruiz Moreno, Nicolás Gervasoni, Víctor Taborda y Agustín Monzón. Esta situación obligó que el ministro de Seguridad, Néstor Roncaglia, hablara por primera vez del tema a través de las redes sociales: "Nos ocupamos del stress laboral. La función policial es dura y estricta. El policía es un ser humano que cumple una función especial que genera mucho stress y se lo debe acompañar, no es supermán que todo lo puede". El posteo fue acompañado por una imagen en la que se destaca el Jefe de Policía de Entre Ríos, Claudia González, y la psicóloga policial Paula Martínez. Los cinco hechos que conmocionaron a la comunidad policial este año: El viernes 10 de enero la Jefatura Departamental de Concepción de Uruguay dio a conocer el fallecimiento de la cabo María Luciana Núñez, de 30 años. Era madre. "Desde la Institución expresan las más sinceras condolencias por la irreparable pérdida de una compañera comprometida y dedicada al servicio de la comunidad. Su partida deja un profundo vacío en quienes tuvieron la oportunidad de conocerla y trabajar a su lado", señalaron entonces. Un mes después, el martes 18 de febrero, Natalia Ruiz Moreno, segunda jefa de Minoridad de la Policía de Nogoyá, se quitó la vida en su despacho. Era valorada por su labor en causas de violencia de género y maltrato infantil. Más tarde, el jueves 26 de junio, se conoció la repentina muerte de Nicolás Alejandro Gervasoni, de 26 años. El joven policía era intensamente buscado en Crespo. Era Oficial Ayudante y prestaba servicio en la División Guardia de Infantería Adiestrada. Era oriundo de Bovril, departamento La Paz. Poco tiempo después, el viernes 4 de julio, se supo de la muerte de Víctor Ernesto Taborda, de 28 años. El agente fue encontrado sin vida en el interior de su auto Volkswagen Gol en la Ruta Provincial 39, a la altura del kilómetro 84, en la zona de los puentes del río Gualeguay. En una primera instancia se pensó que sufrió un accidente vial, pero cuando personal policial llegó al lugar se encontró con la luctuosa escena. Prestaba servicio en Comisaría Tercera de la Jefatura Departamental. Ese día se encontraba de franco y de civil. Dos días después, el domingo 6 de julio, la comunidad se conmovió por el fallecimiento de Agustín Monzón, de 29 años. También fue encontrado sin vida dentro de su vehículo particular, en un camino rural ubicado en cercanías de la Ruta Nacional N° 127, a la altura de la localidad de Alcaraz, en el departamento La Paz. Prestaba servicio en el puesto caminero “El Túnel”, en la ciudad de Paraná. Dos homicidios seguidos de suicidio que involucraron a policías A esta lamentable lista también debe sumarse dos hechos de sangre que tuvo como protagonistas a policías. El 11 de noviembre de 2024, la agente de policía Rosa Angélica Espinosa, de 46 años, asesinó a Yuliana, su hija de seis años. Luego se quitó la vida. Ocurrió en una vivienda ubicada en la localidad de Villa Domínguez, departamento de Villaguay. En tanto, el 6 de mayo de 2023, el policía retirado Luis Luna asesinó a su ex esposa Mónica Truzkot, de 55 años. Ocurrió en una casa en Federal. EL hombre tenía una denuncia por violencia de género. Tras matarla, se fugó y luego fue encontrado sin vida en su auto, en la entrada de una estancia rural a unos 11 kilómetros al norte del centro de la ciudad, sobre la ruta nacional 127, y a unos 50 metros campo adentro. "Hay muy baja tolerancia a la frustración" La creciente preocupación por los suicidios en las fuerzas de seguridad de Entre Ríos llevó a que Paula Martínez, Licenciada en Psicología e integrante de la Policía provincial, brinde explicaciones sobre el fenómeno que viene trabajando desde hace años. Aunque el tema suele relacionarse directamente con la presión laboral, la profesional señaló que hay factores más complejos involucrados. “En estos casos, en estas situaciones que obviamente son muy dolorosas, están más relacionados con una cuestión de una franja etaria, que es la franja etaria de riesgo”, dijo. Esa franja vulnerable está comprendida entre los 22 y los 30 años, donde se observa una baja tolerancia a la frustración, algo que considera consecuencia directa de una cultura marcada por la inmediatez y las expectativas poco realistas impuestas por las redes sociales. “Son edades en las cuales hay muy baja tolerancia a la frustración, por las características de su crecimiento, por la realidad que vivimos ahora. Esta cuestión de la inmediatez de todo, de querer tenerlo ya. Entonces, cuando las cosas no se dan como quieren o como lo esperan, pasa esto”. Martínez explicó que la Policía de Entre Ríos viene trabajando desde hace años en la prevención del suicidio y el manejo del estrés, aunque estas acciones no siempre son visibles para la sociedad: “Nosotros estuvimos reunidos por un proyecto que ya se lleva a cabo, no desde ahora, sino hace varios años atrás. Lo que pasa es que obviamente la gente no se entera ni tiene por qué enterarse, porque esto es algo que hacemos internamente en la Policía”. La psicóloga subrayó que uno de los principales obstáculos es el miedo a pedir ayuda, en especial entre los varones: “Pensamos que tenemos que poder con todo, que tenemos que ser fuertes. Tenemos ese problema dando vuelta. Pero incluso nosotros tenemos en la clínica policial espacios de escucha. En el interior también hay psicólogos, en casi todas las localidades. Pero el problema es que la gente le cuesta muchísimo hablar con alguien de lo que le está pasando y pedir ayuda, y más a nosotros los policías”. "A la gente le cuesta pedir ayuda" En sus charlas con el personal policial, Martínez dijo que insiste en la importancia de buscar apoyo temprano y derribar mitos como el temor a ser sancionado por acudir a un psicólogo: “Si vos venís y hablás de un problema cuando tu problema es pequeño, nadie tiene que presentar ninguna carpeta médica. Si vas a un psicólogo que no es de la Policía, nosotros ni siquiera nos vamos a enterar. Y si vas a uno de la Policía, por secreto profesional, no le va a contar a nadie lo que hablás. Nadie te va a retener el arma ni sacar los códigos. Eso es un mito que hay que erradicar”. Sin embargo, advirtió que cuando los problemas no se abordan a tiempo, las consecuencias pueden escalar: “El problema es que si no se pide ayuda al momento, la situación se vuelve una cosa gigante y ahí sí ya tienen que presentar carpeta médica, porque vienen destruidos”. "El problema que tenemos, no solamente en la policía, sino en la población en general, es que a la gente le cuesta muchísimo agarrar y hablar con alguien de lo que le está pasando y pedir ayuda", finalizó, publicó Diario Uno Entre Ríos. (APFDigital)
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