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» Misionesparatodos
Fecha: 08/07/2025 11:43
Con los principales candidatos presidenciales definidos para suceder al izquierdista Gabriel Boric y el arco derechista como favorito, Chile ha iniciado su camino hacia las presidenciales de noviembre sin resolver todavía la traumática etapa política que abrieron las protestas sociales de 2019. La elección de la comunista Jeanette Jara (51) como candidata de la izquierda oficialista puso en marcha la carrera hacia las presidenciales del 16 de noviembre en Chile, donde los candidatos de la derecha atraen en conjunto la mayor intención de los 15 millones de votantes, en un escenario que tiende a polarizarse. Desde las protestas sociales de 2019, que llevaron del segundo gobierno del derechista Joaquín Piñera (2018-2022) al actual del izquierdista Gabriel Boric (39), el país se sumió en una agitada etapa política que incluyó dos fallidas reformas constitucionales, si bien la economía mantuvo su estabilidad y rumbo general. En 2022 y 2023, los chilenos rechazaron dos proyectos de reforma -uno de orientación izquierdista y el siguiente, derechista- de la Constitución heredada del régimen de Augusto Pinochet (1973-1990), una oscilación que traduce la actual polarización que caracteriza al sistema político y el arco ideológico nacional. Si ninguna candidatura supera el 50% más uno de los votos, habrá segunda vuelta el 14 de diciembre. También se elegirán los 155 escaños de la Cámara de Diputados (cuatro años) y 23 de los 50 escaños del Senado ocho años). Será el sexto evento electoral desde 2020, tras el primer proceso constituyente, las elecciones regionales en 2021, la elección presidencial y del Congreso de 2021, el segundo proceso constituyente y las elecciones regionales de 2024. Boric dejará atrás cuatro años de un gobierno de izquierda que ventiló la democracia chilena pero sin imponer su radicalizado programa original y que, cuando sacó adelante reformas prometidas, como la del régimen previsional privado, debió ceder en sus máximas pretensiones con la derecha. Ante el Congreso, el presidente reivindicó un legado progresista que incluye el aumento del salario mínimo, la jornada laboral de 40 horas y una nueva sanidad pública, sin alterar la economía (+1,75% a +2,25% del PIB en 2024-2025), aunque reconoció desafíos nuevos como la creciente criminalidad común y organizada. La derecha, sin embargo, tiene una lectura diferente que, según los sondeos, captará en noviembre el mayor caudal de votos repartido entre la conservadora Evelyn Matthei (RN, UDI, Evópoli), el ultraderechista José Antonio Kast (Republicanos) y el libertario Johannes Kaiser (Nueva Derecha). Los tres candidatos evitaron las primarias y prefirieron dirimir su liderazgo en primera vuelta. Ante ese disenso interno de la derecha, si bien la candidatura de la comunista Jara alimentará una polarización extrema del electorado chileno y la participación para elegirla fue muy baja (10% del padrón general), que haya surgido de primarias fortalece la opción oficialista, más cuando la exministra de Trabajo fue protagonista de las mejores reformas del gobierno de Boric. Según la encuestadora Cadem, Kast se mantiene al frente con 24%, seguido de Jara con 16% (debería sumar las intenciones sumadas de 6% que reunían su rivales internos Carolina Tohá y Gonzalo Winter), y de Matthei con el 10%. Kaiser sólo obtiene 4%. Pero hay otros 200 independientes que siguen buscando las 35 mil firmas que demanda el Servicio Electoral de Chile (Servel) para legalizar su postulación, entre ellos Eduardo Artés, Marco Enríquez-Ominami y Tomás Jocelyn-Holt; el dirigente deportivo Harold Mayne-Nicholls; el youtuber de extrema derecha Pedro Pool; y la tarotista Zita Pessagno. Después de Boric Jara, hija de una ama de casa y de un técnico en mecánica, abogada y primera profesional de su familia, milita en el tradicional Partido Comunista chileno desde la adolescencia y ganó la primaria de la oficialista Unidad por Chile con el 60% de los votos, ante la socialdemócrata Tohá (28%) y Winter (9%), precandidato de Boric. Durante la campaña, Jara se esforzó en dejar claro que -al igual que Boric- su modelo de país está lejos de Venezuela o Cuba: "Soy la candidata de la centro izquierda, no del Partido Comunista", enfatizó la exministra tras la primaria de la que participaron el PC, el Frente Amplio de Boric, el Partido Socialista y el Partido por la Democracia. "Frente a la amenaza de la extrema derecha, respondemos con unidad, diálogo y esperanza", enfatizó. Boric afirmó enseguida que, en adelante, Jara "pasa de inmediato a encabezar las fuerzas del progresismo hacia el futuro, que con claridad la ha elegido como líder". Una de las claves del triunfo de Jara fue, precisamente, cierto distanciamiento de las posiciones del PC para ganar el favor de la izquierda más moderada. El partido sigue impulsado una tercera convención que reforme de una vez la Constitución de Pinochet, pero la exministra ha dicho que “hay otras prioridades ciudadanas". "Los llamo a no soltar nuestras manos, a tenerlas juntas, para enfrentar desde la unidad política y social más amplia posible a la ultraderecha chilena y detenerla. Esa es nuestra tarea para lo que viene", declaró Jara, después de una primaria que aseguró al oficialismo más de 800 mil votos en la primera vuelta. Pero -también según Cadem- la comunista Jara perdería una eventual segunda vuelta ante casi todos los candidatos de derecha. Si se enfrentara a Matthei, perdería por 50% a 31%, al igual que con Kast. Con el populista Franco Parisi caería por 44% a 32% y sólo se impondría a Kaiser, 37% a 31%. Según la mirada más crítica a la centroizquierda chilena le queda “muy poco. El ciclo histórico que abrió la renovación socialista parece estar acabándose. Lo que queda de él es campo abierto para la antipolítica y herederos involuntarios”. Por derecha Una primaria de la derecha chilena se truncó por la negativa de Kast y de Káiser de dirimir un liderazgo común con Matthei (foto), la figura menos radicalizada de ese arco, hija de Fernando Matthei, jefe de la Fuerza Aérea de Pinochet entre 1978 y 1991, y respaldada por Renovación Nacional, Unión Demócrata Independiente (UDI) y Evolución Política (Evópoli, fundado en 2012). Kast (59), quien perdió las elecciones de 2021 con Kast pero retuvo así y todo el 44% de los votos, sumó ahora el apoyo del Partido Social Cristiano, una fuerza ultraconservadora vinculada con las expansivas iglesias evangélicas, que aceptó retirar la precandidatura de la diputada Francesca Muñoz. Por su parte, Kaiser, del Partido Nacional Libertario, presenta el discurso más radicalizado de todos, cargado de xenofobia. El exdiputado anarcocapitalista, fácil de asociar con el fenómeno de Javier Milei en Argentina, dejó se escindió de los republicanos de Kast en 2021, después de poner en duda el derecho al voto de algunas mujeres, de relativizar las violaciones, de criticar a los migrantes y hasta burlarse de las víctimas del régimen de Pinochet. A Kaiser se lo ha comparado también con el propio Boric, por sus propuestas originales de cambios radicales, por sus habilidades comunicacionales, su dominio de las redes sociales y hasta el hecho de que tampoco tenga un título universitario. Su discurso, en cambio, es el opuesto: un Estado casi inexistente, liberar la tenencia de armas, xenófobo frente a la inmigración en el país y contrario a la Agenda 2030 de la ONU, un personaje que impulsa la pena de muerte y se declara orgullosamente reaccionario. Para Matthei, el triunfo de Jara podría complicar sus posibilidades, porque ha cultivado un perfil moderado que reniega de la polarización política y electoral, y la figura de la exministra beneficia en ese sentido a radicalizados como Kast Káiser, ante quienes probablemente deba extremar el tono de su discurso derechista. El resto Desde la segunda presidencia de la socialista Michelle Bachelet, última de figuras de la Concertación centrista que gobernó Chile durante 24 años desde la vuelta de la democracia en 1990 (Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Bachelet), los partidos tradicionales se dividieron y dispersaron en el escenario electoral. La tradicional Democracia Cristiana, fundada en 1957 y que le dio tres presidentes al país, postulaba a Alberto Undurraga, pero retiró su candidatura. El Partido Socialista forma parte de la coalición oficialista de izquierda que eligió a Jara. Luego aparecen candidaturas como la Franco Parisi, del populista Partido de la Gente (PDG); y de Félix González, del Partido Ecologista Verde, además de independientes por confirmar como el dirigente deportivo Harold Mayne-Nicholls (foto); el cineasta Marco Enríquez-Ominami; y el profesor Eduardo Artés. A todos sin igual preocupa un clima de desmovilización política después de los grandes debates del último lustro, y pese a que el voto será obligatorio según las nuevas normas electorales. El Congreso chileno es una de las instituciones peor valoradas; los partidos políticos tienen índices de aprobación por debajo del 15% y la gestión de Boric sólo es aprobada por menos de un tercio del país.
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