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  • El estrés crónico puede afectar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de enfermedades

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 08/07/2025 08:35

    El estrés crónico puede desencadenar problemas de salud física y emocional, según Mayo Clinic (Imagen Ilustrativa Infobae) El estrés es una reacción natural del organismo ante amenazas, pero en la vida moderna los factores que lo desencadenan se han multiplicado y convertido en una presencia constante. Según la información publicada por Mayo Clinic, comprender cómo funciona la respuesta fisiológica a la tensión y aprender a gestionarlo resulta fundamental para preservar el bienestar y la calidad de vida. La respuesta fisiológica al estrés: un mecanismo de defensa ancestral El cuerpo humano está diseñado para reaccionar ante el estrés como una forma de protección frente a peligros inmediatos. De acuerdo con la Mayo Clinic, este mecanismo, conocido como respuesta de “lucha o huida”, se activa cuando el cerebro percibe una amenaza, aunque en la actualidad esas amenazas rara vez provienen de depredadores o agresores físicos. En cambio, las exigencias cotidianas, como una carga laboral excesiva, el pago de facturas o el cuidado de la familia, son interpretadas por el organismo como amenazas, lo que puede generar la sensación de estar siempre bajo ataque. El proceso comienza en el hipotálamo, una pequeña región situada en la base del cerebro. Cuando se detecta un peligro —real o percibido, como el ladrido de un perro grande durante una caminata matutina—, este activa un sistema de alarma en el cuerpo. Este sistema, a través de señales nerviosas y hormonales, estimula a las glándulas suprarrenales, ubicadas sobre los riñones, para que liberen una oleada de hormonas, principalmente adrenalina y cortisol. Factores personales como la genética y el entorno social influyen en la reacción individual al estrés (Imagen Ilustrativa Infobae) La adrenalina incrementa la frecuencia cardíaca, eleva la presión arterial y proporciona un aumento de energía. Por su parte, el cortisol, considerado la principal hormona del estrés, eleva los niveles de glucosa en la sangre, mejora la utilización de la glucosa por el cerebro y aumenta la disponibilidad de sustancias que ayudan a reparar los tejidos. Además, el cortisol modifica la respuesta del sistema inmunitario y suprime funciones que no resultan esenciales en una situación de emergencia, como la digestión, la reproducción y el crecimiento. Este complejo sistema de alarma también interactúa con las áreas cerebrales responsables del estado de ánimo, la motivación y el miedo. Normalmente, una vez que la amenaza desaparece, los niveles de adrenalina y cortisol disminuyen, y el organismo retorna a su funcionamiento habitual. Sin embargo, cuando los factores estresantes se mantienen en el tiempo, la respuesta de “lucha o huida” permanece activa, lo que puede tener consecuencias negativas para la salud. El manejo efectivo del estrés incluye técnicas de relajación, ejercicio, alimentación equilibrada y apoyo social (Imagen Ilustrativa Infobae) Consecuencias del estrés crónico en la salud La activación prolongada del sistema de respuesta al estrés y la exposición continua a niveles elevados de cortisol y otras hormonas pueden alterar casi todos los procesos del cuerpo. Según detalla Mayo Clinic, esta situación incrementa el riesgo de desarrollar diversos problemas de salud. El estrés crónico puede afectar el sistema cardiovascular, el sistema inmunológico, el aparato digestivo, el sistema reproductivo y los procesos de crecimiento. El exceso de cortisol, por ejemplo, puede modificar la respuesta inmunitaria, lo que podría hacer al organismo más vulnerable a infecciones. Además, la supresión de la digestión y la alteración de otros sistemas pueden contribuir al desarrollo de trastornos físicos y emocionales. Factores que influyen en la reacción individual al estrés No todas las personas responden al estrés de la misma manera. La reacción ante un evento potencialmente estresante varía considerablemente entre individuos, y está influida por múltiples factores. Mayo Clinic señala que algunas personas parecen mantener la calma ante casi cualquier situación, mientras que otras reaccionan intensamente incluso ante pequeños contratiempos. La mayoría de las personas se sitúa en algún punto intermedio de este espectro. La forma en que cada individuo experimenta y maneja el estrés depende de factores personales, como la genética, las experiencias previas, el entorno social y el apoyo emocional disponible. Por esta razón, los métodos de manejo del estrés pueden requerir ajustes personalizados para ser realmente efectivos. El exceso de cortisol por estrés prolongado afecta el sistema inmunológico y aumenta la vulnerabilidad a enfermedades (Imagen Ilustrativa Infobae) Consejos prácticos para el manejo del estrés Aunque los eventos estresantes forman parte de la vida y no siempre es posible cambiar las circunstancias que los provocan, sí es factible aprender a gestionar su impacto. Mayo Clinic recomienda identificar las causas del estrés y adoptar estrategias para cuidar tanto el bienestar físico como el emocional. Entre las recomendaciones prácticas, el centro médico aconseja evitar métodos poco saludables para afrontar el estrés, como el consumo de alcohol, tabaco, drogas o el exceso de comida. Si una persona nota que ha incrementado o modificado el uso de estas sustancias debido al estrés, Mayo Clinic sugiere consultar a un profesional de la salud. El manejo efectivo del estrés implica reconocer los factores que lo desencadenan y desarrollar habilidades para afrontarlos. Esto puede incluir técnicas de relajación, ejercicio físico regular, mantener una alimentación equilibrada, establecer límites en las responsabilidades diarias y buscar apoyo social. Beneficios de aprender a gestionar el estrés Controlar el estrés no solo ayuda a reducir la ansiedad y el malestar, sino que también aporta beneficios tangibles para la salud y la calidad de vida. Según Mayo Clinic, hay muchas recompensas por aprender a manejar el estrés. Por ejemplo, se puede lograr “tranquilidad mental, menos factores estresantes y menos ansiedad, una mejor calidad de vida, mejoría en condiciones como la presión arterial alta, mayor autocontrol y concentración, y mejores relaciones. Incluso podría conducir a una vida más larga y saludable“.

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