06/07/2025 18:42
06/07/2025 18:41
06/07/2025 18:40
06/07/2025 18:39
06/07/2025 18:37
06/07/2025 18:37
06/07/2025 18:36
06/07/2025 18:34
06/07/2025 18:32
06/07/2025 18:31
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/07/2025 02:55
María Laura Santillán con Valentina Bassi De la vida de Valentina conocemos poco, nunca le gustó hablar de su vida más privada. Fue y es protagonista de obras de teatro, películas y trabajos en la televisión muy exitosos, pero siempre logró mantener perfil bajo y cuidar su nido. Tiene un hijo de 17 años, Lisandro, que tiene un trastorno del espectro autista. Su papá, Ulises Rossell dirigió “Presente continuo”, la película que cuenta el día a día de Lisandro y de su entorno. Y que puede verse hasta fin de mes en el cine del Malba y en el Cacodelphia. – El espectro es amplísimo para mí, demasiado amplio, por eso yo casi nunca hablo en nombre del autismo. Conozco madres que tienen hijos con autismo muy complicados, muy profundos, que son los que menos se ven, con necesidades de internarse, autolesiones. Y también hay un autismo de los que logran adaptarse a la fuerza y con tesón a las reglas de la sociedad. Lisandrito está en el medio, tiene un autismo complicado, no es un autismo simple. No hay ningún autismo simple, pero tiene un autismo complicado. No muy profundo, pero es demanda, demanda. “PARA MI LISANDRO NO ES UN DIAGNÓSTICO, ES LISANDRO CON SUS PARTICULARIDADES” – ¿Cuándo te dieron ese diagnóstico? – A los tres años más o menos empezamos con todos los tratamientos. TGD, era ambiguo el diagnóstico. Muchos terapeutas dicen que los diagnósticos, cuando son tan chiquitos, se escriben con lápiz porque con la batería de tratamientos puede arrancar o hacer un clic. En el caso de Lisandro no sucedió, se fue profundizando. El primer CUD, certificado de discapacidad, era TGD, el segundo CUD era autismo infantil Y ya el tercer CUD, TEA, Trastorno del espectro autista. Para mí Lisandro no es un diagnóstico, es Lisandro con sus particularidades. "El espectro es amplísimo para mí, demasiado amplio, por eso yo casi nunca hablo en nombre del autismo", explicó Valentina Bassi (Fotos de Gustavo Gavotti) – ¿Cuándo empezaron a notarse esas particularidades para vos? – A los 11 meses empezó a hacer lo que hoy sé que se llama estereotipias, cosas muy típicas del autismo. Dije, ¿qué hace este chico? ¿Se hamaca solo? Pero miraba a los ojos, se reía, se relacionaba. Entonces no eran claros los signos. A los dos años lo llevé por primera vez a un neurólogo porque no hablaba y estaba preocupada. Y me dijo, “esperá, dale tiempo, arrancó el jardín”. Ahora se diagnostica al toque, no te dejan ir. En esa época todavía no estaba tan definida la cosa. Y a los tres años arrancó con tratamientos, tardamos un montón en encontrar los terapeutas adecuados. Uno recorre mucho hasta encontrar, no es fácil, quizás los terapeutas son buenos para un tipo de niños y no para otros. No es fácil encontrar el tratamiento adecuado para tu hijo como no es fácil encontrar la escuela adecuada para tu hijo. La búsqueda es constante. – ¿Lisandro fue a la escuela? – Él fue a escuela común con integradora y después lo cambiamos a escuela especial y está muy bien dónde está. Cuando llegamos al Instituto de Infancias, que es donde va ahora, dijimos “éste es el lugar para Lisandro”. – ¿Tiene que cursar? ¿Es para siempre? – No me hago esas preguntas. “Presente continuo”, el nombre de la película es esto, yo vivo paso a paso. Cuando encontrás el lugar querés que se quede ahí un montón de tiempo, no quiero que me digan “hasta acá llegamos”. – ¿En qué etapa está en la escuela? – La escuela se divide en prelaboral y laboral. A la mañana es pedagógico, le enseñan a leer y escribir, Lisandro todavía no lee y no escribe. A la tarde son talleres, ahora él está en el taller laboral. El objetivo es que puedan en un futuro tener la mayor independencia posible. Por ejemplo, le enseñan a hacer aromatizadores, jabones, velitas, estamos todos comprando las cositas, es una hermosura. Está en esa etapa. – Un niño con un trastorno del espectro autista necesita mucha atención. ¿Esa atención te hizo acomodar tu propia actividad o relegarla? – Sí, sin duda, sobre todo al principio, te relegás entera, no solo es mi profesión. Tenía un hijo muy chiquito a quien había que cuidar mucho y me daba la sensación de que si me apuraba por ahí lograba que Lisandro arrancara. Estuve muy apurada, como corriendo detrás. Me acuerdo que era feriado y se perdía la fonoaudióloga y yo decía, ¡qué barbaridad! ¡Cómo hay un feriado! Nos ocupamos mucho con el papá de llevarlo nosotros a las terapias. Nunca dejé de trabajar, no solo porque es mi sustento, vivo de eso, sino porque es mi necesidad, por ahí dreno todo. Si yo estoy sin actuar… Empecé a hacer mucho teatro, podía estar de día dedicada a Lisandro y de noche me iba a trabajar. – O sea, es tu trabajo, pero también es tu terapia. – Mi trabajo es mi terapia, sin lugar a dudas, es mi catarsis absoluta. No sé cómo hace la gente sin actuar, intentarán el deporte. Se necesita expresar y drenar esas emociones que uno tiene adentro, que no las decís en la vida porque no corresponde. Y en el arte puedes decir todo lo que quieras porque es un juego. "Nunca dejé de trabajar, no solo porque es mi sustento, vivo de eso, sino porque es mi necesidad, por ahí dreno todo", aseguró Valentina Bassi – Una descarga – Siempre, pero disfrazada de un personaje. La cuestión con “Presente continuo” es que no estoy disfrazada. “ES LA CRIANZA AQUÍ Y AHORA PARA SIEMPRE. VAMOS A TENER QUE CUIDAR SIEMPRE A LISANDRO, UNO TIENE QUE ACEPTAR ESO” – Dejás de hacer muchas cosas cuando tenés un hijo, dejás de ver a tus amigas, de ir al cine, lo postergás hasta que se escolariza. En el caso de Lisandro, se perdieron seguramente actividades o la frecuencia que tenían antes. Pero además hay algo que va por dentro. Cuando uno tiene un niño con el que está en el espectro autista, ¿qué tiene que trabajar de adentro? – Lo que más sentís al principio es que no se cumplen las etapas. Las etapas de un niño neurotípico no se cumplen. Un niño de repente empieza a hablar, después va al jardín, después a la primaria, después la secundaria, después aprender un oficio o ir a la universidad. Nada de eso sucede, esto es como una gran etapa. Es la crianza aquí y ahora, para siempre. Vamos a tener que cuidar siempre a Lisandro, uno tiene que aceptar eso. Al principio me impactaba mucho los hijos de mis amigos de la misma edad que Lisandro lo rápido que crecían. ¿Pero cómo? Hay una sensación de que no pasa el tiempo. El tiempo detenido en una etapa que es cuidarlo a Lisandro. No se cumplen las etapas neurotípicas. Hay otras etapas, pero hay avances, retrocesos y todo es lento y hay que tener una paciencia… – Lo primero que hay que trabajar adentro es la paciencia cuando una es madre. – Muchísimo, y la sigo trabajando. La paciencia es la sigo trabajando porque yo soy muy impaciente en la vida. Creo que es la lección que me vino a dar, porque los cambios se producen a través de los años. Uno tiene un desafío con Lisandro, todo es “con los años” y sabiendo que puede haber avances y retrocesos. Entonces, frenar. "Al principio me impactaba mucho los hijos de mis amigos de la misma edad que Lisandro lo rápido que crecían", contó Valentina Bassi en entrevista con María Laura Santillán – ¿Cómo trabajás la paciencia? Más allá de los fármacos… – Jajajajaja – Él vive aquí y ahora. Él vive en el presente, es así y es hermoso, y yo tengo que aprender de eso. Si Lisandro tiene su familia cerca y su escuela que adora porque le da estructura y rutina ya no necesita nada más. Uno se preocupa mucho por el pasado, por lo que no hiciste. “Si yo hubiese encontrado un psicólogo, si lo hubiese encontrado a los dos años, quizás Lisandro…” Todo ese runrún no sirve para nada. ¿El futuro? Pánico. Entonces me refugio en el presente de Lis, un ratito. – Convertirse al budismo sería espectacular. – Claro, pero no me sale porque soy hiper recontra occidental y tana, pero algo me enseña. Si le pregunto, tengo que esperar a ver si me responde. Hay algo que voy aprendiendo muy de a poco, también con avances y retrocesos en mi caso. – Siempre tengo miedo de lo que pueda pasar con mis hijas cuando yo no esté. Supongo que quienes tienen chicos con dificultades lo deben pensar mucho más. – Sí, es “la” pregunta. Lo que elijo yo es no hacérmela ahora. – ¿Hiciste un trabajo para eso? – Sí, obvio. Uno pasa por un montón de etapas, vas entendiendo. Lisandro cumplió hace un mes,17 años, hace mucho que convivo con la discapacidad de Lisandro, con su autismo. – En algún momento hubo mucho miedo al futuro. – Sí, porque yo tengo una personalidad de accionar, yo acciono. Cuando me dieron el diagnóstico, la batería de tratamientos y la batería de papeles que llenar en la obra social, el CUD, no entendía nada, estás desorientado. El estado de fragilidad es muchísimo. Pero lo que a mí me sale es accionar, yo iba para el frente. – ¿Cómo hiciste para correr esa pregunta de qué va a pasar con Lisandro? – Vivir el presente, ¿si yo estoy trabajando para el futuro? No sabemos qué va a pasar mañana. ¿Estamos trabajando? Sí. ¿Lisandro tiene desafíos que encarar? Un montón. ¿Sabes qué? No me lo quiero perder. Recuerdo que una vez estábamos plagados de tratamientos y yo había dicho que no a un montón de trabajos que me hubiese encantado hacer. Hablando con Ulises dijimos: el tratamiento de Lisandro tiene que ser el que nos hace bien a los tres, porque si le hace solo bien a Lisandro y nosotros estamos estresados, con miedo, angustiados y cansados, no servimos como mamá y papá. Y ahí fue el click, hacemos lo que podemos, hasta donde podemos. El amor es lo más importante, la presencia, hasta donde podemos. "Cuando me dieron el diagnóstico, la batería de tratamientos y la batería de papeles que llenar en la obra social, el CUD, no entendía nada, estás desorientado", reveló Valentina Bassi – Para que Lisandro sea en el futuro lo más independiente posible, ¿qué es lo que hay que trabajar? ¿Que socialice, que se comunique? – Todo. Lo que pasa es que él es completamente diferente. ¿Se comunica? Sí, se comunica completamente. ¿Está conectado? Sí, está conectado pero de otra forma. No usa el lenguaje como medio de expresión y de comunicación, lo usa porque le encantan los sonidos de las letras, es completamente diferente. Lo primero que tenés que hacer es ubicarte en la diferencia. Cuando necesita algo lo expresa más con el cuerpo que con las palabras. Un poquito es aceptar esa diferencia, porque él es así y es hermoso así y otro poquito es, estamos en este mundo y tenés que aprender a respetar algunas reglas. Sin dejar de que sea él, porque él es hermoso así como es, que logre un poco desenvolverse en la sociedad, hasta donde pueda. – Mucha gente a lo diferente no lo quiere aceptar. Mucha otra gente sí lo acepta, pero siente que se trata de personas a las que hay que “ayudar”, como si les hicieras un favor. Como si no nos pudiera pasar a cualquiera de nosotros mañana ser discapacitado. ¿Por qué creés que es? “ES MUY DIFÍCIL ENTENDER QUE HAY PERSONAS QUE SON DIFERENTES. HASTA QUE NO TE PASA NO LO ENTENDÉS” – Creo que es muy difícil entender que hay personas que son diferentes. Yo que lo transité es difícil. ¿Pero cómo? Si usa el lenguaje, ¿por qué no lo usa para decirme, mamá se me rompió? ¿Por qué? Es muy difícil de entender. A veces siento que hasta que no te pasa no lo entendés. La discapacidad no se quiere ver mucho, es nota o es película cuando logró con mucho esfuerzo un logro neurotípico. O sea: es diferente, pero mirá, logró ser re parecido a nosotros. Todos queremos que nuestros hijos tengan esos logros, pero recién es nota o una película cuando son diferentes, pero parecidos. El diferente es diferente, punto. – ¿Será miedo? – Sin lugar a dudas. Creo que uno rechaza lo que desconoce y lo que desconoce asusta, sin duda. Pero cuando entras en vínculo se te va el miedo, se te va el rechazo y aparece una conexión que es diferente y por ser diferente es maravillosa. MARÍA LAURA SANTILLÁN CON VALENTINA BASSI: “ES MUY DIFÍCIL ENTENDER QUE HAY PERSONAS QUE SON DIFERENTES, HASTA QUE NO TE PASA NO LO ENTENDÉS" “EL MIEDO PROFUNDO NO SE TE VA NUNCA MÁS” – Hay situaciones límites con distintas discapacidades. En algún momento se escapaba Lisandro. ¿De dónde se escapaba? ¿Qué hacía? – Es un miedo muy profundo que todavía me quedó, porque se iba. Es lo que pasa con los nenes chiquitos, que te descuidás un segundo y se fue y no lo encontrás. Nosotros estuvimos siempre con 18 ojos. Se escapó poco, pero cuando sucedió… Viéndolo ahora pudo haber sensorialmente mucho ruido. Por ejemplo, una vez fue muy traumática. Yo estaba haciendo temporada en Mar del Plata, Bosque Peralta Ramos, nos estábamos preparando para ir a la playa. Éramos varios y hay mucho ruido cuando uno se prepara. Quién lleva el mate, quién lleva la paleta, estaba la puerta abierta y se fue. Y el bosque Peralta Ramos es un laberinto. Cuando no lo veo salimos todos. Éramos varios, uno en bicicleta, otro en auto. El miedo profundo no se te va nunca más, no se va más. Y después lo encontramos. Yo no sabía cómo hacer, “no podés irte solito”. Después de grande empezó a entender el miedo que nos daba y empezó a hacerlo como desafío. A los diez, 11 años le gustaba escaparse. Yo entraba con las compras, las bolsas, abría la puerta y Lisandro se iba, corría. Yo no sabía qué hacer con las bolsas, tiraba todo, daba vuelta a la manzana, en algún momento a los gritos, papelones por todos lados. La cuadra ya me conocía. MARÍA LAURA SANTILLÁN CON VALENTINA BASSI Y EL MOMENTO MÁS DIFÍCIL CON SU HIJO QUE TIENE TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA: "SE ESCAPABA LISANDRO. EL MIEDO PROFUNDO NO SE VA NUNCA MÁS" – ¿Por qué se iba en ese caso? – Creo que era un desafío a su mamá, cuando era más chiquito siento que era más por el autismo. Cuando era más grande era esto de provocar mucho miedo a mamá, quizás cierto goce con la independencia, porque cuando lo encontraba estaba con un grado de adrenalina... – Divertido, como una travesura. – Divertidísimo. Tenía 11 años más o menos. Ahora no lo hace más, pero me da miedo verbalizarlo. – Porque deben haber sido uno de los momentos más límites. – En mi caso sí. Porque no es que había tenido un mal día, no había explicación racional. – Además como no es un chico neurotípico, tiene menos herramientas para estar en la calle. – No, no las tiene. Es tremendo. Después me fui enterando que suele suceder, que es una característica. – En algún momento contaste que usaron aceite de cannabis. – Lo usamos para dormir porque no dormía nada, nos sirvió un montón. Yo sigo cultivando, en este momento no le estoy dando porque está bastante bien y uno trata de darle siempre lo menos posible. Siempre fue una terapia complementaria, eso me gusta decirlo. El cannabis nos ayudó un montón cuando era más chiquito, porque vos no querés medicar a tu hijo TDAH, entonces le dábamos una medicación más pequeña y la complementábamos con el cannabis y así logramos una regulación. Es una herramienta más que tengo en el bolsillo. “ME DI CUENTA QUE ESTABA OCULTANDO A MI HIJO, ESTABA OCULTANDO SU DISCAPACIDAD” – Estás mucho más suelta para hablar, para contar ¿Te sentís más fuerte? – Sí, tardé un montón. Me di cuenta un día que estaba ocultándolo, estaba ocultando su discapacidad y estaba ocultando a mi hijo. Y ahí fue cuando dije: qué feo esto. “Que no se note”. Cuando me encontraba con gente, “creo que todavía no se nota que tiene discapacidad”. ¿Cómo que no se nota? ¿Qué es esto? ¿Si yo estoy orgullosa de mi hijo, por qué? Fue ahí cuando empecé a debatir, ¿qué estoy haciendo? Y cuando me preguntaban, ¿qué edad tiene? Ocho. ¿Va a tercer grado? Y trataba de irme. "El cannabis nos ayudó un montón cuando era más chiquito, porque vos no querés medicar a tu hijo TDAH, entonces le dábamos una medicación más pequeña y la complementábamos con el cannabis", dijo Valentina Bassi – Evitar el tema. – Y un día me animé, y el alivio que sentí no te das una idea de lo que fue. El alivio de decirlo. Porque como soy conocida por la calle, la mirada cuestionadora pesa un montón. Cuando son niños parece que se portan mal, y me decían muchas cosas: “no lo educás”, “educalo”. Porque es complejo el autismo conductualmente, no es fácil. – ¿No te enojaste con la gente que es intolerante? – Mirá, yo estoy ocupada en mi hijo. Me daba culpa porque sentía que algo no estaba haciendo bien. Hoy ya no, cuando suceden cosas así en el subte, en el colectivo, no. Igual está muy bien Lisandro hoy, pero hay momentos que atender todavía. Hago burbuja, no me importa la mirada de la gente, porque lo tengo que controlar, se le tiene que pasar la crisis. “ANTES ME DABA VERGÜENZA, PORQUE HABLA MUY FUERTE Y MUY RARO” – No te importa que lo miren, por ejemplo. – No, nada. Qué lindo, ahora que me lo estás diciendo, me estoy dando cuenta… MARÍA LAURA SANTILLÁN CON VALENTINA BASSI: "ESTABA OCULTANDO A MI HIJO, ESTABA OCULTANDO SU DISCAPACIDAD" – Lo bien que estoy. – Jajajaja, lo bien que estoy. Porque antes me daba vergüenza, porque habla muy fuerte y muy raro. Entonces entramos al subte y habla en el idioma suyo. Habla rarísimo y le gusta mucho ir a los agudos porque como te dije antes, se copa con escuchar sus sonidos. Y entonces yo, “shhhh, acá se habla bajito”, me daba vergüenza. Ahora no me da nada de vergüenza porque estoy muy conectada con él. – ¿Si grita? – Es esta cintura que te digo. Adoro su diferencia, pero vivimos en sociedad. Te adoro, pero no vas a estar gritando porque hay gente que no tiene ganas de escucharte. Hoy se lo digo, pero no lo digo con vergüenza. Digo, “acá se habla bajito”, pero estoy más ocupada en conectarme con él que en la mirada de los otros, eso me pasa ahora. – Seguramente podés contar también las cosas que te hacen feliz de él. Porque si no contabas nada de él, no contabas eso tampoco. – Exactamente. Sí, fue un gran alivio. La otra vez, después de un debate de la película, una mamá me dijo: “no entiendo por qué vi la película y estoy aliviada”. Creo que es el espejo del arte, sentirse reflejada, ver algo parecido a tu propio hijo. Sí, el arte alivia. Y hablar, alivia, alivia un montón. Por eso creo que los debates en la película son tan ricos, uno a veces no tiene una pregunta en el debate, tiene ganas de contar. – Contame algo que te encante del modo de ser de tu hijo. – Yo lo veo feliz, lo veo cómodo, nadie está tan cómodo con su personalidad. Todos tenemos la neurosis de decir “yo quiero cambiar esto”. Él está bárbaro. – ¿Libre? – Él es libre, completamente libre y adoro eso. Yo trabajo con las palabras, lo que me resuena, y a Lisandro las palabras le van por otro lado, cómo suenan. En una época decía verderele, rojorolo, naranjarala. Y yo decía Lis: si sabés decir verde, ¿por qué decir verderala? Y… porque es más lindo, suena más lindo. Me di cuenta de que entre verde y verdelará. Y es más lindo decir verdelará. “CUANDO TENÉS UN HIJO QUE ES SINGULAR DE VERDAD, GENUINAMENTE DIFERENTE, QUERÉS QUE SEA PARECIDO A LOS OTROS” – Él los bautizó. – Los bautizó verdelará, después se le pasó. Por un lado es desgastante y por el otro lado es hermoso. Si los puede decir bien, ¿por qué elige decirlo diferente? Porque quiere decirlo diferente. Yo soy actriz, siempre buscamos la singularidad, siempre adoramos la singularidad. Cuando tenés un hijo recontra singular, querés que sea común a todos. Te pasa un poco eso. Cuando tenés uno que es singular de verdad, genuinamente diferente, querés que sea parecido a los otros. Cuando entré en esa contradicción fue que me enamoré más de mi hijo. "Yo decía Lis: si sabés decir verde, ¿por qué decir verderala? Y… porque es más lindo, suena más lindo", contó Valentina Bassi – ¿Él cómo te mira vos? –Y, acá hay un amor, hay momentos de conexión que son hermosos. Porque también sucede eso cuando te conectás de otra forma, no es fácil porque el guacho no te tira pistas y vos tenés que saber cómo entrar en su universo. Cuando entrás en su universo y lográs conectarte es hermoso. – Los que tienen hijos con discapacidad están atravesando momentos difíciles. Los profesionales del rubro, las escuelas, están reclamando atrasos en los pagos y cortes de determinadas coberturas. – Estamos en el momento más difícil de todos. Hace muchos años que vengo con Lisandro. Siempre tuvimos que estar defendiendo los derechos de las personas con discapacidad, pero nunca estuvimos tan extremadamente mal como ahora. Cuando recibí el certificado de discapacidad, el CUD, me contaron que había una ley de discapacidad. Hay una ley, me dijeron, vos podés acceder a cualquier terapia porque hay una ley de discapacidad. Eso hoy no está pasando. – La familia que tiene un hijo discapacitado no está pudiendo contar con las terapias. Y simultáneamente los profesionales se van porque no les pagan y muchas escuelas pueden cerrar. – Sí, la escuela donde va Lisandro está realizando colectas, rifas, están todas con peligro de cierre. Si Lisandro se queda sin sus apoyos ahí sí se queda sin su futuro, sin su contención, sin su capacidad de desarrollarse. Y eso está pasando. No es que está por pasar, está pasando ahora. – Por mil y un razones Ulises y vos, los papás de Lisandro, decidieron hacer esta película. – Creo que trasciende la película lo que sucede, ¿sabés? Porque hay una necesidad de encuentro con todo esto que está pasando, no solo de las personas con discapacidad, también de las personas a las que les gusta el cine y quieren ver cine diferente. "La escuela donde va Lisandro está realizando colectas, rifas, están todas con peligro de cierre", dijo Valentina Bassi – La película además ganó el premio del público del BAFICI y obtuvo una mención del jurado. Es una muy buena película que cuenta el día a día de Lisandro. – Sí, su presente, nuestro presente. – Y él no actuó en la película. – ¿Cómo que no? Tenés razón, tenés razón, todos actuamos menos él. Lo que pasa es que para mí ya es un gran actor, es el protagonista de la película. Él estaba, y nosotros lo seguíamos. Las pautas las teníamos nosotros. – ¿Ustedes sí actuaban? – Obviamente yo era la mamá de Lisandro, es una mezcla. Es sin duda mi trabajo más expuesto y más íntimo, a mí que me cuesta tanto… Porque era la mamá. – Hay algo de reality. – Y sí, por eso decimos bio drama, porque es la vida metida dentro de la poesía. Es una peli muy poética, eso es lo lindo del cine. – Las imágenes son muy conmovedoras, la sensación de que ustedes están haciendo de papás y que Lisandro fluye. – Fuimos a lugares que a él le gustan. Fuimos a los camarines del Teatro Cervantes, cuando yo estaba haciendo una obra ahí. Adora el mundo del teatro, le encanta. A ver la obra no se queda nunca porque no le interesa lo más mínimo ver a su mamá actuar. Después, el mar. Íbamos buscando lugares para ir contando la historia. "Decimos bio drama, porque es la vida metida dentro de la poesía. Es una peli muy poética, eso es lo lindo del cine", expresó Valentina Bassi – En las imágenes se lo ve absolutamente desinhibido. Él hace lo que necesita hacer. – Sí. Fue una elección de Ulises Rosell como director no tener equipo de rodaje. Él hizo todo, la cámara, el sonido, la luz. El equipo teníamos que ser nosotros para lograr esa intimidad que sino, no se hubiese logrado. Tenía que ser una peli muy artesanal. – ¿Algo de su camino en la película te sorprendió? – Es muy lindo verlo crecer. A veces no me doy cuenta que pasa el tiempo por esto de que no se cumplen las etapas. Cuando cumplió 17 yo dije, ¿pero cómo 17? ¿Estaría terminando la secundaria? Uno se pierde un poco. Es todo un solo día, como nuestra vida. Verlo crecer me encanta. Está más grande Li y lo veo mucho mejor que cuando era chiquito, que estaba tan inquieto, tan ansioso. Estamos haciendo un buen trabajo. Hay avances y retrocesos, también lo sé, pero hoy está en un hermoso momento. – Para todas las mamás los hijos son la vida entera. Si te pregunto qué es para vos Lisandro no va a ser distinto que lo que son mis hijas para mí, pero supongo un hijo toda la vida, todo ese esfuerzo… – Claro, creo que la diferencia es el hecho de cuidarlo para toda la vida. El nido vacío yo no lo voy a sentir. Es diferente, vamos a estar con él cuidándolo toda la vida. – Tuvo mucha suerte con vos como mamá, siempre tuviste algo angelado, supongo que eso a él lo debe tranquilizar. – Qué loco lo que decís, porque la primera conexión que tuve con él fue la risa. Él se reía y yo me reía y nos reíamos y ahí conectábamos, y eso para mí fue súper importante. Y seguimos así.
Ver noticia original