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» Elterritorio
Fecha: 06/07/2025 00:22
La familia de Gustavo Rodríguez denuncia que una embarcación de Prefectura Naval embistió su lancha y provocó que se ahogara en el Paraná el 18 de febrero sábado 05 de julio de 2025 | 4:30hs. El entorno cercano a Gustavo clama justicia y que se investigue a los agentes de la fuerza involucrados. La causa federal que investiga la muerte de Gustavo Rodríguez, un pescador de 32 años de las 2.000 Hectáreas de Puerto Iguazú que en la noche del 18 de febrero cayó desde la lancha en la que pescaba junto a un amigo, en la zona del Basural Viejo por el río Paraná, sumó pedidos de informes y pesquisas. Se investiga si el par fue embestido por una embarcación de la Prefectura Naval Argentina (PNA). El Territorio pudo confirmar mediante fuentes del caso que, por disposición de la Justicia Federal, se designó a una perito perteneciente al Liceo Naval. La especialista, enviada desde Buenos Aires, realizaría pesquisas en la provincia en el mes de septiembre. Por otro lado, desde la fiscalía y desde la querella -a cargo de los abogados Matías Villalba y Federico Tilli- solicitaron que se realice una nueva pericia a una de las embarcaciones de Prefectura que habría estado implicada en la supuesta colisión. Cabe recordar que en base a las primeras averiguaciones que se hicieron en torno al suceso, a cargo de personal del Escuadrón 13 de Gendarmería, el cuadro legal que tiene provisoriamente el caso es estrago culposo seguido de muerte y tiene por el momento a dos imputados. Se trata de los dos timoneles implicados en la colisión. En diálogo con el abogado querellante Villalba, éste comentó que hasta el momento se aguardan varias medidas solicitadas por el juez interviniente. Entre ellas, la incorporación del informe de la autopsia del fallecido. Al ser consultado por la sospecha que tiene la familia del fallecido en torno a lo que pasó, indicó que la desaparición se dio en el contexto de un siniestro fluvial a la altura del kilómetro 1922 del río Paraná. “De acuerdo al relato de la señora Silvero, su pareja se ausentó de su domicilio en horas de la madrugada, alrededor de las 4 del 18 de febrero, con destino a su habitual jornada de pesca. Él se dedicaba de manera regular a la pesca artesanal, actividad que constituía el sustento principal de su hogar. En esta ocasión, salió acompañado por su amigo, Marcelo Maximiliano Ruiz, a bordo de una embarcación pequeña equipada con motor fuera de borda”, recordó el letrado. Luego amplió: “Cerca de las 21 horas de ese mismo día, la señora Silvero tomó conocimiento, por fuentes informales, de que su esposo había tenido un accidente en el río. Con el correr de las horas, logró recabar información a través de diversos testigos presenciales que aseguran que era una embarcación de la Prefectura Naval Argentina la que embistió deliberadamente la lancha en la que se trasladaban Rodríguez y Ruiz, provocando su fractura en dos partes y el hundimiento inmediato”, resaltó. Durante el tiempo transcurrido, y más allá de que la familia del pescador se constituyó como querellante particular en el expediente que se instruye ante el Juzgado Federal de Eldorado, las novedades en torno a la investigación para esclarecer el confuso hecho son muy pocas. Y eso, claramente, mantiene preocupados a los allegados de Rodríguez, quienes aguardan expectantes movimientos en el expediente y en el accionar judicial. Dolor familiar En relación a cómo afronta el entorno cercano de Rodríguez los avances en la investigación, El Territorio charló meses atrás con Valeria Silvero, pareja del pescador, quien volvió a remarcar el pedido de pronto esclarecimiento del caso y enumeró los datos que fue recibiendo hasta el momento, de parte de testigos, de lo que apunta a un accionar irregular por parte de efectivos de la mencionada fuerza federal. Al ser consultada por cómo vive este difícil momento, la mujer sostuvo: “Con una mano en el corazón, es mucho trauma psicológico lo que nos está pasando. Pasan los días y vas notando la ausencia y es muy fuerte. Más por los chicos, porque ellos también están atravesando esto. Todavía no tengo asistencia psicológica para ellos. Yo trabajo de mucama, trabajo todos los días y es lo único que me incentiva para despejarme un poco y ayudar a mis hijos, porque yo estoy sola con ellos”. Valeria contó que la madrugada de aquel 18 de febrero, su pareja salió rumbo a la casa de su amigo Marcelo, dueño de la lancha y con quien solían ir de pescar durante largas jornadas. “Ellos van y se quedan todo el día en el río pescando. La meta de ellos es volver con pescado, cuando tienen suerte volvían con pescado”, comentó la mujer. Supo del accidente por medio de un vecino. Ya era medianoche cuando “ellos (prefecturianos) subieron con Marcelo y cuando él llegó yo le pregunté qué pasó: ‘No sé, no entiendo nada, parece que chocamos con una piedra’, me dijo. Ahí los de Prefectura también decían lo mismo, pero los mismos que lo trajeron a él subieron y volvieron con el otro grupo”. Valeria recordó que al saber que su pareja no había podido salir a flote y que tampoco fue visto durante el operativo que derivó en el rescate de Marcelo, decidió ir hasta la Seccional Primera de Policía para pedir que la fuerza policial desplegara un operativo de búsqueda en la zona de costa para intentar dar con el hombre. Y comentó que cuando Marcelo regresó de las curaciones que recibió en el hospital, tras charlar con ella nuevamente cambió la versión de un supuesto choque con una roca, por una colisión con una embarcación de Prefectura. “Marcelo nos contó que no chocaron con ninguna piedra, que a él le embistieron. Él sintió que a él le chocaron. Ahí empecé a moverme: voy a la Policía y después unos parientes de ellos hicieron un grupo y fueron todos a la orilla del río donde se produjo el accidente y preguntando a todos. Ya llegando allá en el lugar, les decían ‘No, señora, la verdad fue que le chocaron’. Hay mucha gente que vio cómo los chocaron”, narró la mujer quien inmediatamente decidió exponer la grave situación ante Gendarmería Nacional (GNA). Testigos del hecho Testigos reconocieron dos embarcaciones de la Prefectura como las involucradas en el incidente. “Había una embarcación que estaba trabajando desde temprano y la segunda bajó después para apoyo”, indicó Valeria, quien agregó que según testigos ninguna de estos botes oficiales tenía luces. Y agregó: “Ellos (prefecturianos), en sus testimonios, dijeron que bajaron normal esa noche. Pero ellos no bajan normal, por algo le llaman el toro a una de esas lanchas. Ellos van y atropellan nomás. Además, los testigos dijeron que la lancha de Gustavo tenía una luz verde. Una luz chiquitita. Yo sé que ellos siempre tienen una lucecita. Por eso, cuando hacen control antes de bajar al puerto, ellos revisan todo. No era la primera vez que ellos bajaban. Hace años que ellos bajan en esa zona”. “A Gustavo la lancha lo agarró de frente, porque yo cuando fui a reconocer el cuerpo, en la cara tenía los ojos saltados, la nariz hundida. Fue en la cara el golpe”, ratificó. Además, señaló que hasta el momento no pudo acceder a los resultados de la autopsia y que dicho trámite sigue demorado. También comentó que por comentarios de otros vecinos de la ciudad, sería al menos la cuarta oportunidad en que sucede un episodio como el que le tocó vivir a su pareja. Incluso con saldo mortal en alguno de ellos. “La embarcación de Gustavo no era madera, era fibra de carbón o algo así. Es una pluma para ellos, así que con un toquecito nomás ya se partió al medio la lancha. Y en los otros casos que pasaron fueron seguidos de muerte también, pero qué pasa, eran extranjeros. Quién iba a reclamar si estaban en otro país”, alertó la entrevistada. Por último, pidió a la Justicia “que se esclarezca todo, que el caso no quede así, sin resolverse, y que sepamos bien qué es lo que pasó. No podemos seguir así, con alguien que dice que nos cuida, pero realmente no nos cuida”. Se aguarda que con la intervención de la perito, elegida mediante concurso, se provean más pesquisas e informes sobre cómo se dio la colisión y si, sobre todo, el hecho pudo haberse evitado. Horas críticas Valeria recordó que una de las cuestiones que también despertaron su enojo contra los prefecturianos fue, según ella, la poca predisposición que tuvieron para colaborar con la búsqueda de su pareja en el río. “Me decían que estaban todas las fuerzas ayudando a buscar en la zona del monte, siendo que no fue así. Por eso, lo que más me molestaba es que ellos decían que estaban buscando y no buscaban”, aseguró. El cuerpo de Rodríguez fue hallado tres días después en la localidad de Puerto Esperanza y mediante la colaboración de vecinos de la zona que alertaron sobre la novedad.
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