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» Diario Cordoba
Fecha: 05/07/2025 07:14
Estos días estivales son muy propicios, sobre todo, desde latitudes meridionales, a pensar o imaginar el futuro. Así, en tiempos de percutiente globalización, el envite de la superpoblación frente a una desertización en progreso irreversible en multitud de áreas del planeta se ofrece como cuestión tan recurrente como esencial en la agenda de gobernantes y gobernados. La estéticamente incomparable ciudad en la que habita el anciano cronista vive desde ha varios lustros un proceso de decadencia demográfica así como casi todo su hábitat. Pese a que en corto plazo, los pronósticos no son ni mucho menos halagüeños, semeja, sin embargo, que en pocas décadas adelante cambiará radicalmente de signo como todo el Valle del Guadalquivir. Nuestros descendientes en las postrimerías del siglo XXI construirán su existencia encuadrados en coordenadas de signo expansivo en casi todos los órdenes; y, por descontado, en el demográfico o poblacional. Sin dejar volar en exceso la imaginación, resulta, según los expertos, asaz probable que en la citada fecha desde Andújar hasta Cádiz se extienda una conurbación gigantesca, cuyo desarrollo dependerá en amplia medida de las relaciones establecidas con África, hodierno el continente del futuro y, para entonces, uno de los dos o tres centros del planeta. Para cimentar tales perspectivas en algo más que en probabilidades desiderativas se apuntan ya en la antigua urbe califal signos de un renacer de su situación socioeconómica que ha de encontrar en su recuperación habitacional una de las claves fundamentales de dicho esperanzador fenómeno. Pese a la lentitud de su andadura y a ciertos indicios contrapuestos a esa ansiada recuperación demográfica, datos de la mayor envergadura como el avance irrefrenable, aunque a las veces casi tardígrado, del parque logístico castrense abocan a un porvenir lleno de fuerza y dinamismo. El retorno de la defensa a los programas estatales desde las áreas del Pacífico a las del Atlántico, sin olvidar la mediterránea en la que, ‘velis nolis’, la Península Ibérica juega un papel esencial, determinan de modo inexorable que Córdoba y su provincia se erijan -importa repetirlo- en elemento indispensable para una gran política castrense, con una vertiente pedagógica y politológica que pocas ciudades españolas están en mejores condiciones de protagonizar. Un enorme desafío, pues, que forzosamente habrá que glosar en próximos artículos, con la benevolencia, claro es, de lectoras y lectores empáticos con la pluma del autor. n
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