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Parana » AIM Digital
Fecha: 05/07/2025 05:32
La alergia es una reacción anómala del sistema inmunológico frente a sustancias externas conocidas como alérgenos, tales como el polen, los ácaros del polvo, ciertos alimentos, medicamentos o animales. Lejos de ser una condición menor, las alergias van en aumento año tras año. Se estima que más de 8 millones de personas viven con algún tipo de alergia, de acuerdo a la Asociación Argentina de Alergia (AAAeIC); y según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 30 por ciento de la población mundial podría presentar alguna manifestación alérgica. Entre las causas que podrían explicar este crecimiento se encuentran la predisposición genética, el cambio climático y la contaminación ambiental. La Dra. Valeria El Haj, directora médica nacional de Ospedyc, obra social con origen en la Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles, explicó que: “En Argentina, los pólenes que generan con mayor frecuencia síntomas alérgicos son los de las gramíneas, el olivo, el árbol del plátano y las cupresáceas. En cuanto a los alimentos, los más asociados a reacciones alérgicas en la infancia son la leche y el huevo, mientras que en adultos predominan los frutos secos, los mariscos y ciertos alimentos de origen vegetal. También existen reacciones a medicamentos, especialmente a los antiinflamatorios no esteroideos y a los antibióticos del grupo de los beta-lactámicos, como la penicilina”. Los síntomas pueden ser muy variados y afectar distintas partes del cuerpo: en la nariz se manifiestan con goteo, congestión, estornudos y picazón; en los ojos con enrojecimiento, lagrimeo y sensación de arenilla; en la piel con erupciones, urticaria, ampollas o inflamación de labios y párpados. También puede haber síntomas respiratorios como tos, sibilancias o dificultad para respirar; síntomas gastrointestinales como dolor abdominal, vómitos o diarrea; molestias musculares o debilidad generalizada; picazón en la garganta e irritación en los oídos. “En casos más graves, la reacción alérgica puede derivar en una crisis severa o shock anafiláctico, caracterizado por inflamación generalizada, dificultad respiratoria, caída de la presión arterial, pérdida de conciencia y, en ausencia de atención inmediata, riesgo de muerte”, aseguró la profesional de la salud. La detección temprana es fundamental para poder tratar y controlar esta condición. Para ello, el alergista puede indicar pruebas cutáneas como el “prick test”, en las que se aplica una pequeña cantidad del alérgeno sobre la piel del antebrazo para observar la reacción. También se pueden realizar análisis de sangre que miden los niveles de anticuerpos IgE (inmunoglobulina E) específicos. Los anticuerpos IgE son proteínas que produce el sistema inmunológico en respuesta a sustancias que reconoce como una amenaza, como ciertos alérgenos. Estos estudios permiten confirmar el diagnóstico y orientar el tratamiento más adecuado para cada paciente. El Haj, consideró que: “el abordaje terapéutico dependerá del tipo y la severidad de la alergia. Puede incluir el uso de antihistamínicos, colirios, sprays nasales, corticoides tópicos, inhaladores o inmunoterapia específica. Esta última, es el único tratamiento que puede modificar el curso de la enfermedad y debe ser indicado y supervisado por profesionales especializados. En los últimos años, se han desarrollado tratamientos más avanzados como la desensibilización a medicamentos o alimentos, una estrategia útil para personas con alergias graves que deben ser cuidadosamente tratadas en centros especializados” Si bien no todas las alergias se pueden prevenir, es posible reducir la exposición a los alérgenos y minimizar los síntomas. Algunas medidas incluyen evitar actividades al aire libre los días con alta concentración de polen, usar gafas de sol y mascarilla, cambiarse de ropa y ducharse al regresar a casa, mantener los ambientes limpios y ventilados, utilizar aspiradoras con filtros especiales, evitar tener mascotas o plantas en los dormitorios y portar una identificación médica en caso de tener alergias alimentarias o medicamentosas. “En todos los casos, ante la sospecha de una reacción alérgica, es fundamental consultar a un médico especialista que pueda realizar una evaluación clínica, indicar los estudios necesarios e iniciar un tratamiento personalizado. Vivir con alergia es posible, siempre y cuando se cuente con el diagnóstico correcto, el seguimiento profesional y los cuidados necesarios para prevenir complicaciones”, concluyó la Dra El Haj.
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