04/07/2025 19:51
04/07/2025 19:50
04/07/2025 19:50
04/07/2025 19:50
04/07/2025 19:50
04/07/2025 19:50
04/07/2025 19:50
04/07/2025 19:50
04/07/2025 19:49
04/07/2025 19:47
» Misioneslider
Fecha: 04/07/2025 16:03
En el corazón de la Ciudad de Buenos Aires se encuentra la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, una de las construcciones eclesiásticas más antiguas y emblemáticas de la zona. Junto a otras ocho iglesias coloniales, forma parte de un conjunto arquitectónico que nos transporta al Siglo XVIII, época en la que los jesuitas dejaron su huella en la ciudad. La historia de la Basílica Ubicada en el barrio de Recoleta, la Basílica de Nuestra Señora del Pilar fue inaugurada en 1732 por los franciscanos recoletos, quienes eligieron este lugar alejado y espiritual para asentarse. Desde entonces, ha sido un símbolo de la historia local y un punto de referencia para la comunidad. Su torre campanario, que funcionaba como un faro para los navegantes en sus inicios, sigue siendo un ícono del barrio. Detalles arquitectónicos sorprendentes Al recorrer la Basílica, se pueden apreciar detalles arquitectónicos sorprendentes que hablan de su historia y conservación. Desde las aberturas y fallebas originales hasta los retablos de madera dorada a la hoja, cada rincón de la iglesia es una muestra del arte y la artesanía de la época colonial. Las ventanas de alabastro, traslúcidas y aislantes, son otro detalle curioso que añade encanto al lugar. El reloj inglés y la actividad diaria El reloj público en la fachada de la Basílica fue fabricado por los reconocidos relojeros Joseph y Thomas Windmill, quienes también trabajaron en el Big Ben de Londres. Hoy en día, el reloj funciona a cuerda y es cuidado diariamente por Luis Fernández, el secretario de la Basílica. Además de las misas diarias y las visitas guiadas, la iglesia tiene una amplia actividad solidaria en el barrio, apoyando a diversas causas y organizaciones locales. La importancia de las construcciones coloniales en Buenos Aires En el contexto de la Buenos Aires del Siglo XVIII, las construcciones eclesiásticas tenían un papel fundamental en la vida de la ciudad. Las iglesias, como la Basílica del Pilar, eran centros de actividad y referencia para la comunidad. A través de sus edificaciones, los jesuitas dejaron un legado arquitectónico que perdura hasta nuestros días y nos conecta con la historia de la Ciudad. En conclusión, la Basílica de Nuestra Señora del Pilar es mucho más que un monumento histórico; es un símbolo de la identidad y la tradición de Buenos Aires. Su arquitectura, su historia y su actividad diaria la convierten en un lugar único que invita a conocer y apreciar la riqueza cultural de la Ciudad. Visitar esta joya colonial es adentrarse en un pasado fascinante y descubrir la belleza y el significado de un patrimonio invaluable.
Ver noticia original