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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 04/07/2025 02:31
Los presidentes Lula da Silva y Javier Milei, ayer, en el inicio de la cumbre del Mercosur (Presidencia) Mientras el dólar gana terreno en el mercado local, al mismo tiempo las distintas monedas del mundo se aprecian fuertemente en relación a la divisa norteamericana. En Brasil también se está viviendo este fenómeno: en el vecino país el dólar no solo no subió sino que se derrumbó desde niveles de 6 reales a principios de año a solo 5,41 según el cierre de ayer. Esto significa que la economía brasileña se encareció significativamente en dólares en el último semestre, mejorando de esta forma la competitividad argentina frente a su principal socio comercial. Lo mismo viene sucediendo en otros mercados como el euro, que también acumula una suba superior al 10% en relación con el dólar en lo que va del año. El índice DXY, que mide la evolución del dólar en relación a una canasta de monedas muestra la mayor depreciación de las últimas décadas: casi 12% solo en el primer semestre. Un dato clave en este sentido es la evolución del tipo de cambio real multilateral, que diariamente publica el Banco Central. Se trata de un indicador clave para medir en qué situación se encuentra la competitividad del país en relación a sus principales socios comerciales. Este índice llegó ayer a su nivel más alto del año y ubicándose 15% por encima de los niveles que mostraba el dólar oficial justo antes de que el Gobierno anunciara la flotación cambiaria. Se trata de un dato clave que le quita presión alcista al dólar desde el punto de vista nominal. En otras palabras, no fue necesario un fuerte aumento de la cotización para que la Argentina frene su encarecimiento en dólares. Al contrario, por lo visto en los últimos dos meses este efecto aflojó significativamente. La mejora es tal que el tipo de cambio real está en su nivel más alto de los últimos doce meses, volviendo a niveles de mediados del 2024. Para esto contribuyen distintos comportamientos simultáneos: por un lado, el tipo de cambio nominal viene subiendo en las últimas jornadas, ya que trepó desde $1.160 a $1.245 de acuerdo al cierre de ayer. Al mismo tiempo, como la inflación viene desacelerándose implica un menor encarecimiento de la economía medida en moneda dura. Pero más allá del comportamiento de las variables locales, es clave lo que viene sucediendo a nivel internacional. La debilidad del dólar contra el resto de las monedas, tanto desarrolladas como emergentes, es un factor que juega muy favorablemente para Argentina. Es, en definitiva, una manera de devaluar sin la necesidad de forzar una devaluación nominal. Foto de archivo ilustrativa de billetes de 50 reales y de 10, 20 y 50 dólares. REUTERS/Ricardo Moraes Es una situación diferente a la sucedida por ejemplo en los años de la convertibilidad, durante la década de 1990. En aquel momento, Argentina estaba totalmente atada al dólar 1 a 1. El problema en aquel momento no fue solo la rigidez del esquema cambiario, sino que además el dólar se fortaleció significativamente en relación al resto de las monedas. El inédito superávit fiscal que había conseguido el gobierno de Bill Clinton generó esta suba del dólar a nivel global, lo cual automáticamente encareció a la Argentina contra el resto del mundo. Las devaluaciones de Rusia, el Sudeste asiático y Brasil precipitaron el fin del régimen a fines de 2001. Ahora el contexto tiene importantes diferencias. No solo el dólar que a nivel internacional se viene derritiendo. Además, el tipo de cambio local que tiene mayor flexibilidad a partir de la introducción del esquema de bandas cambiarias, lo que permite amortiguar los shocks externos o los cambios de repentinos de flujos de capitales.
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