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Gualeguay » Debate Pregon
Fecha: 04/07/2025 01:46
Durante la jornada, que comenzó pasadas las 10:30 horas, se vivieron momentos de profunda emoción, con testimonios cargados de angustia, pero también de compromiso y esperanza. Padres, madres, profesionales y representantes de instituciones locales participaron activamente del encuentro, brindando su apoyo a la causa y destacando el rol esencial que cumple el centro para decenas de familias de Gualeguay y zonas aledañas. Una institución indispensable, hoy en peligro Granja Lucecitas funciona como un espacio de contención, desarrollo, aprendizaje y acompañamiento para personas con discapacidad. Allí se llevan adelante talleres, actividades recreativas, terapéuticas y educativas, generando un entorno seguro y estimulante que fortalece la autonomía de los concurrentes y brinda alivio a sus familias. Sin embargo, según se expuso, el funcionamiento del centro está hoy al borde del colapso financiero. El presidente de la institución, Mario Amado, explicó con detalle las causas de la crisis: “Estamos atravesando una situación crítica. Gastamos más de lo que facturamos, y de lo que facturamos, casi no se cobra. En lo que va del año solo recibimos un único pago, proveniente del Iosper, que cubrió apenas una sexta parte del gasto mensual”. Amado fue enfático al señalar que no se trata de una mala administración, sino de un problema estructural que afecta a decenas de instituciones similares en todo el país: “Nos estamos sosteniendo con los últimos recursos que nos quedan. Y no porque no trabajemos, sino porque las obras sociales no pagan, el nomenclador está congelado, y el Estado no nos incluye en los presupuestos. Esta situación ya no se aguanta más”. Testimonios entre el dolor y la esperanza El presidente también denunció los obstáculos burocráticos que enfrentan las familias para mantener las pensiones por discapacidad: “Hoy en día te mandan cartas documento pidiéndote que revalides la discapacidad, como si fuera algo que desaparece de un día para el otro. Te obligan a buscar médicos, diagnósticos actualizados, certificados nuevos… todo para conservar un derecho que ya estaba acreditado”. Entre lágrimas, varios padres tomaron la palabra para expresar su angustia. Una madre resumió el sentir colectivo: “Nuestros hijos necesitan este espacio. Aquí son felices, aprenden, se sienten útiles. No hay otro lugar como este en Gualeguay. No podemos permitir que lo cierren”. Amado reforzó ese punto con una reflexión contundente: “No hay que olvidarse del rol de las familias. Este centro también les permite a muchos padres ‘descansar’ sabiendo que sus hijos están en un lugar cuidado, seguro, con actividades que les hacen bien. Si esto se cierra, se pierde un derecho básico y se rompe un sostén esencial para muchas familias”. Un sistema que excluye a quienes más lo necesitan Además del atraso en los pagos, se denunció la inexistencia de un marco institucional claro a nivel provincial: “No hay un ministerio que contenga a los centros de día. No hay un área que se haga cargo de los talleres, que tanto se anuncian en las leyes. Hace décadas pedimos que se nos asigne un cargo por año. Nunca lo logramos”. Amado agregó que, en cambio, las instituciones solo reciben exigencias: “Nos piden matafuegos, barandas, categorizaciones, planos… y todo lo cumplimos. Pero cuando se trata de reconocer nuestro trabajo en el presupuesto, desaparecen. Todos los años llegamos a junio rogando que nos incluyan, pero si no entramos, hay que esperar al año siguiente. Es una carrera contra el tiempo”. El riesgo de cierre es real En uno de los tramos más duros de su intervención, Mario Amado advirtió: “Si esta situación continúa, en tres meses no vamos a estar hablando de recortes: vamos a tener que cerrar. Y no porque queramos, sino porque ya no vamos a poder sostenerlo”. No obstante, también apeló a la esperanza: “Hoy estamos complicados, pero no vencidos. Más de 60 instituciones en la provincia están en la misma situación. Esta movilización tiene que servir para que nos escuchen, para que las autoridades entiendan que no somos un gasto, somos la contención de un montón de chicos que no tienen otro lugar”. Un llamado urgente a la sociedad y a los gobiernos La reunión culminó con un fuerte aplauso colectivo, abrazos y palabras de aliento entre los presentes. La comunidad de Granja Lucecitas se mostró unida, decidida a no bajar los brazos y a seguir luchando por la continuidad de un espacio que es mucho más que un centro de día: es un hogar, un refugio, una oportunidad. “Este no es un acto político, ni un reclamo aislado. Es una necesidad urgente. Queremos que se nos escuche, que se nos vea, que se entienda lo que está en juego”, concluyó Amado. La jornada dejó un mensaje claro: la discapacidad no puede esperar. El tiempo de actuar es ahora.
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